No todo fue malo en 2020, la pandemia nos unió más como familias
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No todo fue malo en 2020, la pandemia nos unió más como familias

Este año que nos encontramos a punto de terminar ha sido indudablemente uno de los más difíciles para todos. Nuestras vidas cambiaron drásticamente y muchas familias perdieron a alguien que amaban. Pero incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar un poco de luz.

Es por eso que hoy hago una reflexión personal, en la que despido el año pero también, encuentro que a pesar de la pandemia y las noticias tristes, el 2020 fue un año que nos unió más y también nos dejó algunas cosas positivas.

Un año de crecimiento emocional

Dicen que los momentos difíciles son los que nos hacen sacar esa fortaleza que tenemos en nosotros, y definitivamente este año ha sido uno que nos ha puesto a prueba de muchas formas.

Tuvimos que dejar atrás la normalidad que conocíamos y cambiar por completo nuestras vidas. Debimos protegernos de un virus que no es visible ante nuestros ojos. Nos alejamos de nuestros amigos, nuestros familiares y debimos aislarnos. Muchas familias pasaron por semanas y meses dolorosos al perder personas que amaban.

Todas esos grandes cambios, más las otras tantas pequeñas cosas que también debimos cambiar, nos volvieron más resistentes. Nos hicieron darnos cuenta, que somos capaces de adaptarnos a lo que sea necesario para sobrevivir.

También nos hicieron ver, que tenemos mayor resiliencia de la que pensábamos. Porque a pesar de lo duro que ha sido, de los retos, complicaciones, dificultades y pérdidas, seguimos de pie.

Aunque es posible que no nos hayamos dado cuenta antes, emocional y mentalmente hemos crecido de manera asombrosa, como nunca antes lo habíamos hecho. Y todo, a pesar de lo duro que fue este año.

Un año que nos unió más

Madre Hija Sentadas Sonriendo Casa Hablando

Otra cosa positiva que nos deja el año de la pandemia, es el poderoso cambio que hubo en nuestras relaciones con las personas que nos rodeaban. El coronavirus nos habrá distanciado físicamente, pero emocionalmente nos unió muchísimo más.

Nos refugiamos en nuestras hogares para protegernos mutuamente de ese virus que nadie podía ver. Pero pasamos estos momentos de miedo e incertidumbre sabiendo que no estábamos solos. Vimos nacer muchas iniciativas preciosas en redes sociales.

Y al volver a casa, tuvimos una oportunidad de oro que sin estas circunstancias no hubiéramos podido tener: fortalecer el vínculo con nuestro hijos y conocernos aún más entre nosotros.

Los meses de confinamiento nos ayudaron a acercarnos más y a buscar qué hacer para poder pasar esos días menos angustiados y más rápido. Esos momentos cotidianos y sin importancia, se volvieron muy valiosos.

La vida nos obligó a hacer una pausa y transformar por completo nuestras rutinas, pero al mismo tiempo nos regaló más tiempo con nuestros hijos, esos pequeños que nos dieron lecciones increíbles de valor y positivismo cuando nuestros ánimos decaían.

Es cierto que en algunas casas los niños experimentaron regresiones y muchas madres experimentaron insomnio derivado de la preocupación, pero la mayoría de los padres cree que el confinamiento creó una mayor complicidad con sus hijos. Y eso sin duda es algo muy positivo.

Así que ahora que termina el 2020, no olvidemos esas cosas buenas que también nos ha dejado, pues a pesar de todo logró unirnos más y nos hizo crecer mucho emocionalmente.

Fotos | iStock
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