Todos sabemos que las necesidades alimenticias de un niño no son las mismas que las de un adolescente o las de un adulto, no se trata de que cada integrante de la familia coma a la carta pero si de que los alimentos ingeridos sean adecuados a cada edad y estilo de vida.
Para los preescolares, con ello nos referimos a los peques desde que nacen hasta que ven al cole, las necesidades calóricas son muy altas y se ven perfectamente cubiertas durante los primeros meses de edad por la leche materna.
Según los expertos, un bebé necesita unas 120 calorías por kilogramo de peso durante los tres primeros meses, aunque esta necesidad va disminuyendo hasta las 105 calorías por kilogramo de peso entre los 9 y 11 meses.
A lo largo de este período el niño está en fase de crecimiento, de modo que necesita un alto aporte de proteínas, calcio y hierro. De ahí que el consumo de carne, pescado, huevos, cereales y verduras en puré y también de leche y derivados lácteos sea fundamental para cubrir las necesidades de su organismo.
En edad escolar, es decir, entre los 6 años y la adolescencia la alimentación es fundamental que sea la adecuada ya que una deficitaria puede conllevar problemas en un futuro porque el ritmo de crecimiento de los niños es acelerado debido a la gran actividad mental y física que desarrollan en sus actividades diarias tanto en el colegio como la derivada de la práctica de deportes y juegos.
Por todo ello la ingesta más importante del día es el desayuno, ya que de este depende que comience el día con energía y tenga un rendimiento óptimo tanto físico como intelectual. En cuanto a la comida es imprescindible que tomen un plato de arroz, verduras, legumbres o pasta para continuar con otro compuesto por proteínas que pueden se carne, pescado o huevos y por supuesto una o dos piezas de fruta como postre. En la merienda conviene que tomen frutas o cereales y que evitemos la bollería industrial o los azucares y en la cena debemos intentar que ingieran proteínas y verduras, todo ello les hará crecer fuertes y sanos.
En la adolescencia suele haber una rebeldía y desorganización en las comidas con lo que suelen olvidarse de tener una alimentación sana. Durante esta etapa las necesidades alimenticias son las mismas que los escolares ya que la actividad energética y el esfuerzo mental continúan estando presentes. Debemos estar muy atentos porque precisamente es en la adolescencia cuando más trastornos en la alimentación se producen ya que surge la importancia extrema de la imagen, es esencial que tengan una sana alimentación para desarrollarse correctamente en un futuro y es aquí donde cobra gran importancia la educación nutricional que les hayamos dado con anterioridad.
En cuanto a los adultos las necesidades nutricionales van más encaminadas a reponer la pérdida de sustancias propias de su actividad física siendo evidente que la alimentación no es igual en todas las personas dependiendo de la actividad que desarrolle en su vida laboral y personal así como su constitución y edad.
En cualquier caso, el secreto de una nutrición saludable está en realizar una alimentación variada, evitar el exceso de grasas y practicar ejercicio físico apropiado a cada edad.
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