Tanto el embarazo como el período después del parto son momentos de gran vulnerabilidad para la mujer. Durante este tiempo, no sólo aparecen sentimientos de alegría y gozo, sino que también pueden presentarse sentimientos de ansiedad y síndromes depresivos. De hecho, según los estudios, entre un 10 y un 25% de las mujeres presentan sintomatología depresiva tras dar a luz. Ahora bien, ¿todas las mujeres sufren los mismos síntomas y con la misma intensidad?
Muchas mujeres acuden a consulta asustadas y preocupadas porque tras la maternidad no experimentan lo que se supone que una madre tiene que experimentar tras el nacimiento de un hijo. Muy por el contrario se sienten tristes, irritables, ansiosas, melancólicas… ¿Es esto normal? ¿Qué está pasando? ¿No quiero a mi hijo? ¿Soy una mala madre? ¿Cómo puedo sentir esto cuando tengo un hijo tan sano y tan precioso? Son algunas de las preguntas se hacen.
En el mejor de los casos las madres son capaces de expresar lo que sienten: ”Esto es demasiado” “Me desborda”, “No sé si voy a ser capaz”, “¿Por qué me ocurre esto?” pero, por mi experiencia como psicóloga, no todas se atreven a expresar sus sentimientos, por miedo a ser juzgada por sentirse mal en el que debería ser el momento más feliz de su vida o, lo que es peor, teme que en el momento en que exprese sentir cierta tristeza o desesperación se la acuse de estar sufriendo la denominada depresión postparto y se la mande corriendo al médico o al psicólogo.
¿Qué es lo que me está pasando?
Se ha hablado tanto de la depresión postparto que se ha llegado a banalizar el término y se utiliza para bautizar cualquier situación donde una reciente madre no experimente únicamente el goce de la maternidad y se sienta triste o angustiada.
El uso incorrecto por parte de la sociedad de este término, unido a las implicaciones negativas que conlleva, ha provocado que muchas mujeres no se atrevan a decir cómo se sienten.
Socialmente se puede aceptar que tras dar a luz una mujer se sienta cansada, e incluso a veces temerosa por no saber hacer algo, pero ¿tristes? Eso es imposible y si a una mujer se le ocurre decirlo inmediatamente queda bajo sospecha de estar sufriendo una depresión potparto algo que, además, no se entiende. Parece que una madre, por el simple hecho de haber dado a luz a su hijo, no tiene derecho a sentirse triste o irritable, porque “es el momento más maravilloso de su vida”.
Pues bien, no sólo es normal, sino que más del 50% de las recientes madres experimentan sentimientos de malestar, tristeza, irritabilidad, melancolía o ansiedad en los 2-4 días después de dar a luz. Es tan normal que este período fue bautizado en los años 50 con el término de “maternity blues” o “babyblues” y está recogido en los manuales de Psicología.
Pero, también es cierto que este estado desaparece espontáneamente y sin secuelas en un plazo máximo de diez a quince días, sin apenas repercutir en el quehacer diario de la madre. No es ni más ni menos que el resultado de afrontar una nueva situación, con una gran carga emocional y en un momento en el que el cuerpo está sufriendo alteraciones hormonales y donde el sueño se ve interrumpido todas las noches en varias ocasiones.
La verdadera depresión postparto
Entonces, ¿esto no significa que la mujer está deprimida? ¿Qué es entonces la famosa depresión postparto? ¿Cómo reconocerla?
Muchos de los síntomas que aparecen en la depresión postparto (también llamada depresión puerperal) pueden pasar desapercibidos, al ser considerados como normales tras dar a luz. Este es el caso del insomnio, el cansancio y la falta de apetito o de energía. Del mismo modo, la aparición de estos síntomas pueden llevar a los familiares o amigos a pensar erróneamente que una mujer está deprimida.
Por este motivo y para diferenciar la depresión postparto del período denominado “babyblues”, es preciso prestar atención a otros síntomas que puedan sernos más útiles. Los más frecuentes son la aparición de crisis de angustia o llanto espontáneo, pensamientos y sentimientos de inutilidad, infravaloración o culpa y la pérdida de interés en casi todas las actividades, incluidas las relacionadas con su hijo.
Además, cuando estamos deprimidos, es frecuente que nos cueste concentrarnos y tengamos dificultad para pensar y tomar decisiones. Y un síntoma claro de que la mujer pueda estar sufriendo una depresión postparto es la aparición recurrente de pensamientos sobre muerte o suicidio.
Qué hacer si crees tener depresión postparto
Si todo esto te ocurre a tí o a algún ser querido durante las cuatro primeras semanas después del parto (o incluso pasado este período) y, sobre todo, interfiere de manera significativa en vuestra vida, entonces sí es el momento de acudir a vuestro médico o psicólogo para que evalúe la situación y os indique el tratamiento más adecuado para hacerle frente. Es importante recordar que un correcto diagnóstico es fundamental para poder iniciar el mejor tratamiento en cada caso.
En posteriores publicaciones abordaremos todos los temas de interés relacionados con la depresión postparto: qué puede propiciarla y qué podemos hacer para prevenirla, cómo y a quién pedir ayuda, así como los tratamientos disponibles hoy en día, entre otras cosas.
Foto | shanon wise, Amy Wilbanks Photography , en Flickr
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