En la actualidad, uno de cada diez niños en el mundo nace prematuro, una circunstancia a la que se le debe prestar atención porque se ha convertido en la principal causa de muerte en niños pequeños. Son demasiados los bebés que llegan al mundo demasiado pronto y necesitan cuidados especiales para conseguir salir adelante.
Hay muchas investigaciones centradas en el estudio del cerebro de los bebés prematuros, y una de la más recientes, dirigida por el Kings College de Londres, señala que el nacimiento prematuro altera las conexiones cerebrales del bebé.
El cerebro del bebé se forma dentro del útero materno y se va desarrollando hasta el momento de nacimiento, pero también lo sigue haciendo durante los primeros años de vida.
Los investigadores se centraron en el estudio del desarrollo cerebral de los niños nacidos antes de la semana 33 de embarazo para lograr comprender por qué el nacimiento prematuro está vinculado a un mayor riesgo de problemas de desarrollo neurológico, incluidos los trastornos del espectro autista y trastornos de déficit de atención.
Los autores comprobaron que estos niños tenían menos conectividad entre áreas del tálamo y áreas específicas de la corteza del cerebro conocidas por respaldar las funciones cognitivas superiores, pero también más conectividad entre el tálamo y un área de la corteza sensorial primaria que está involucrada en el procesamiento de señales de cara, labios, mandíbula, lengua y garganta.
También observaron que cuanto más prematuro es el bebé, más marcadas fueron las diferencias en el patrón de conectividad cerebral. Las conexiones más fuertes estarían vinculadas a su exposición temprana a la lactancia materna y el biberón, mientras que la menor conectividad estarían relacionadas con una mayor incidencia de dificultades de aprendizaje, concentración y sociales en la infancia.
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Vía | Infosalus
Más información | Kings College de Londres