Cuando a Breanna Sykes le dijeron que su parto sería complicado porque el bebé venía bastante grande no podía imaginar que tendría el honor de ser el bebé más grande jamás nacido en Australia (que se sepa). Tan grande, que a pesar de que iba dispuesta a parir, tuvieron que quitarle esa idea de la cabeza por ser demasiado peligroso.
Casi 6 kilos de peso
El bebé, de nombre Ziad Kadic, rompió al nacer todos los récords australianos al medir 57 centímetros y pesar 5,9 kilos, que es la medida y peso que podría tener un bebé de tres o incluso más meses.
Según se explica en el periódico PerthNow, Breanna iba dispuesta a dar a luz y los médicos tuvieron que negarle esa posibilidad al darse cuenta de que el bebé parecía pesar cerca de 6 kilos. La situación, el cambio de expectativas y el saber que le tenían que hacer cesárea le afectó demasiado y sufrió una crisis de ansiedad, tras la que optaron por utilizar sedación para poder intervenir sin riesgos.
Fue al despertar cuando se enteró de que los cálculos eran correctos; su hijo había pesado 5,9 kilos y estaba completamente sano. Al preguntar a los médicos cómo era posible que su hijo fuera tan grande, le explicaron que no había una causa clara, porque ella estaba perfectamente de salud (los bebés más grandes suelen nacer cuando la mujer sufre diabetes gestacional y el control durante el embarazo no es el adecuado), así que concluyeron que era simplemente una cuestión de genética.
Pero los hay más grandes
Está claro que el bebé es enorme. Imaginad que vais a dar a luz y de repente os dicen que vuestro bebé mide como 7 centímetros más que la mayoría de bebés y pesa casi el doble. Pues bien, aún así, no sería el bebé más grande nunca nacido porque en Bebés y más os hemos hablado años atrás de otros muchos bebés gigantes:
- En Florida, una mujer esperaba gemelos y llegó solo uno de 6,4 kilos.
- En Rusia nació uno de 6,1 kilos y 63 cm.
- En Alemania nació uno de 6 kilos, y por parto vaginal.
- Aquí en España nació una niña de 6,2 kilos que en este caso fue por parto natural.
- En Texas, nació uno de 7,540 kilos de peso.
- Y en Indonesia nació el más grande de todos ellos, que pesó 8,7 kilos y midió 62 cms.
No por ser más grandes están más sanos
Son muchas las personas que piensan que debe ser una suerte tener un bebé grande, porque así estará más saludable y más fuerte. Sin embargo no es así, o no tiene por qué ser así. Los bebés que nacen con un tamaño mayor al habitual pueden tener complicaciones igual que las pueden tener los que nacen con menos peso del habitual.
Eso quiere decir que la mayoría tienen que quedarse ingresados en la unidad de neonatos. La razón es que los bebés tan grandes suelen tener los niveles de glucosa en sangre muy inestables, al bajarles más de lo habitual cuando no comen, y esto es necesario controlarlo. Además, tienden a ser bebés más bien tranquilos a los que les cuesta despertar incluso para comer.
En Bebés y más | Macrosomía: las causas y riesgos de nacer demasiado grande