Ser madre es, para la mayoría de las mujeres, la mejor experiencia de su vida, pero también la más desgastante. Desde el momento que llega un bebé a nuestras vidas, todo nuestro tiempo y dedicación pasa a centrarse en ese pequeño ser que nos demanda a todas horas. Y cuando crees que empiezas a recuperar un poco tu vida, llega otro bebé y todo vuelta a empezar.
A medida que crecen dormimos mejor y nuestras vidas se empiezan a acomodar, pero nuestros hijos siempre son la prioridad y a menudo olvidamos cuidarnos a nosotras mismas, darnos ese merecido "tiempo para mamá" que todas necesitamos. Si últimamente te has sentido exhausta y sobrepasada, el comienzo de un nuevo año es un buen momento para fijarte un propósito que te ayudará: cuidarte y quererte más para ser mejor madre.
Por supuesto, los hijos son nuestra prioridad. Queremos brindarles toda nuestra dedicación relegando nuestras necesidades a segundo plano. "Ya luego me ocuparé de mí", nos decimos, sin darnos cuenta, que lo vamos dejando y que ese tiempo para girar la mirada hacia nosotras nunca llega. Nos devora la rutina, el cuidado de los hijos y nos olvidamos cuidarnos a nosotras mismas.
Por eso, os propongo un cambio que podéis empezar a poner en práctica desde hoy mismo y comenzar el año con un propósito que acabará siendo positivo para todos. Para tí, para tu pareja y para tus hijos, porque nuestro bienestar se proyectará hacia nuestra relación con ellos.
Te ayudará a estar más descansada, a aliviar el estrés y tener mayor claridad mental, lo cual seguramente contribuirá a que te sientas más feliz y a transmitir esa felicidad a tus hijos.
Qué podemos hacer para cuidarnos y querernos más
Busca un momento del día para tí, a solas. Aunque sólo sean 10 minutos notarás una gran diferencia con el pasar de los días. Aprovecha ese tiempo para hacer algo que te haga bien: date un baño relajante, escucha música, practica yoga, baile, medita, lee un libro o duerme...
Reúnete con amigas: convertirnos en madres no debe alejarnos de nuestras amigas, aunque no tengan hijos. Los encuentros con amigas llenan el alma, compartimos alegrías y tristezas, y nos ayudan a desconectar del estrés materno (aunque siempre acabemos hablando de los hijos).
Date un capricho de belleza: vuelve a esos pequeños gestos para mimarte que seguramente has ido relegando como ir a la peluquería, darte un masaje, ponerte una mascarilla, hacerte la manicura o un día de un día de spa... ¡Te lo mereces!
Pide ayuda: una madre sola no puede con todo y no pasa nada por reconocerlo. Pide ayuda a tu entorno, tu familia, tu pareja para que puedas disponer de tiempo para tí.
Haz eso que siempre has dejado de lado por una cosa o por otra. Organízate para asistir a ese curso que tanto deseas hacer (hay muchos que puedes hacer online), retomar tus clases de pintura, o unirte a un grupo de teatro.
En Bebés y más | Siete ideas para tener hoy mismo ese merecido tiempo para mamá, Por qué no debemos sentir culpa de querer tiempo a solas para nosotras