Salvo en las palmas de las manos y en las plantas de los pies encontramos glándulas sebáceas en todo el cuerpo, incluida la cabeza. Estas glándulas producen una grasa que protege la superficie de la piel, pero cuando se inflaman pueden producir alteraciones cutáneas. Si esta inflamación se produce en las glándulas del cuero cabelludo aparece la dermatitis seborreica, cuyos síntomas más característicos son el picor, la descamación y las costras.
La dermatitis seborreica puede darse en cualquier etapa de la vida, aunque es frecuente que aparezca durante los primeros meses (la conocida como "costra láctea") y también en la adolescencia, debido a los cambios hormonales.
Hablamos de la dermatitis seborreica en la infancia y la adolescencia: ¿qué hacer si aparece y cómo podemos prevenir esta molesta dolencia del cuero cabelludo?
Qué es la dermatitis seborreica y cuáles son sus síntomas
La dermatitis seborreica es una enfermedad crónica, benigna, no contagiosa y que cursa con brotes y recaídas frecuentes. Se localiza en zonas con elevada producción de grasa, como el cuero cabelludo y la cara. Cuando afecta únicamente al cuero cabelludo se le denomina caspa, que es la forma más leve de la dermatitis seborreica.
A diferencia de la dermatitis seborreica del lactante, que no pica, cuando esta afecta a niños y adolescentes el principal síntoma es el picor del cuero cabelludo, así como la descamación grasienta, el enrojecimiento y la irritación.
Con frecuencia, la dermatitis seborreica también afecta a otras zonas de la cara como la frente, las cejas y el entrecejo, los párpados, detrás de las orejas y el espacio comprendido entre el labio superior y la nariz. Y en otros casos podría extenderse también al pecho, las axilas y las ingles, aunque esto es menos frecuente.
¿Por qué se produce la dermatitis seborreica?
Las causas de la dermatitis seborreica no están claras, pero se cree que puede ser una combinación entre una excesiva producción de grasa de las glándulas de la piel y un hongo llamado Malasezzia Furfur. Igualmente, la herencia juega también un papel importante, de manera que la dermatitis seborreica es más común en hijos cuyos padres también la tienen.
Hay factores que pueden favorecer la aparición de un brote o empeorar los síntomas de esta enfermedad, siendo los más habituales el estrés, la obesidad, el uso de productos irritantes con la piel del cuero cabelludo y el tiempo frío y seco.
La pubertad y la adolescencia son dos periodos sensibles para la aparición de dermatitis seborreica, pues los cambios hormonales provocan un aumento en la producción de grasa que tiene como consecuencia alteraciones en la piel.
¿Cómo se trata la dermatitis seborreica?
En primer lugar, es importante destacar que la dermatitis seborreica no es un problema de falta de higiene. Al contrario, si para tratar de eliminarlo utilizamos champús agresivos con la piel del cuero cabelludo o lo irritamos en exceso con los lavados, podríamos empeorar el problema.
Para la higiene diaria los pediatras recomiendan el uso de jabones neutros para hidratar la piel y lociones no grasas para el cabello, que podemos combinar con un champú antiseborreico dos veces por semana. Compuestos como el sulfuro de selenio, el azufre, piritionato de zinc, breas, ketococonazol y queratolíticos ayudan a paliar los síntomas. Cuando la descamación y el picor mejoren es recomendable espaciar el lavado con este tipo de champús.
Si tu hijo padece un brote o un episodio rebelde de dermatitis seborreica debes acudir al pediatra o al dermatólogo. A veces basta con cambiar el champú por otro con un principio activo diferente, pero en casos más graves podría ser necesario el uso cremas con corticoides tópicos suaves y un antifúngico en forma de crema o gel.
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Vía | Redacción médica, Kids Health, Familia y Salud - AEPap
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