Los niños que viven en hogares con fumadores presentan más infecciones respiratorias, consultas e ingresos hospitalarios que aquellos que viven en casas libres de tabaco. Además, una de cada cinco embarazadas fuma durante la gestación.
Son dos de las conclusiones del estudio sobre la exposición al tabaco, publicado en 'Prevención del Tabaquismo', la revista del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Este estudio estima que los hijos de padres fumadores recibirían una dosis de nicotina total anual equivalente a fumar 60-150 cigarrillos al año.
¿Por qué los niños son tan vulnerables?
Explica SEPAR, que los hogares de fumadores presentan niveles de nicotina ambiental elevados. Los niños son más vulnerables por su menor superficie corporal y peso, unido al hecho de que un niño menor de 18 meses pasa en casa entre el 60-80% del tiempo.
La exposición al humo de tabaco ambiental (HAT) durante la infancia se asocia a un incremento del riesgo relativo de presentar infecciones agudas del tracto respiratorio, otorrinolaringológicas y asma.
Las madres siguen fumando en el embarazo
Para evaluar los efectos del tabaquismo pasivo en la infancia, en particular de los cero a los tres años, SEPAR realizó un estudio retrospectivo en las consultas de pediatría de atención primaria de un centro de salud de Madrid. Participaron 150 niños. De todos ellos, un 43,3% estuvieron expuestos al tabaco.
Un 37% de los padres, un 26% de las madres y un 46% de los cuidadores principales se declararon fumadores. Entre las mujeres, un 19% fumó durante la gestación.
“Estos datos son el reflejo de que existe un elevado porcentaje de fumadores en hogares con niños y un porcentaje elevado de mujeres gestantes que continúan con su hábito durante el embarazo".
Explica la doctora Eva de Higes, directora de la revista 'Prevención del Tabaquismo', donde se publicó el estudio, y neumóloga del Hospital Fundación Alcorcón de Madrid. Y añade que además les preocupa que:
"el grupo de cuidadores principales representa el porcentaje más alto de fumadores (46%), ya que probablemente este grupo sea el menos consciente de los riesgos que supone exponer a los niños al HAT y prosiga con su nocivo hábito”.
¿Cómo afecta el tabaco a los niños?
Los autores del estudio señalan que el riesgo de sibilancias en los dos primeros años de vida aumenta cuando la madre o ambos progenitores son fumadores.
Y el riesgo baja si el fumador es solo el padre, quizás porque el bebé está más expuesto durante la gestación y durante los primeros meses de su vida, cuando es la mujer quien fuma, por cercanía.
El estudio también ha permitido confirmar que las consultas al pediatra por infecciones respiratorias fue superior en niños expuestos al tabaco: 9 casos de infecciones respiratorias frente al 7,4 de los niños no expuestos.
En cuanto al tipo de infecciones, los pequeños expuestos al tabaco sufrieron un número total de episodios de bronquiolitis significativamente superior a los que viven en un hogar libre de humo.
Por todas estas razones, concluyen estos expertos:
“Es necesario concienciar y diseñar programas para dar a conocer las consecuencias del contacto con el humo del tabaco activo y pasivo, mejorar la motivación y autoeficacia de los fumadores para dejar de fumar y fomentar una actitud positiva hacia la prevención por parte de los profesionales sanitarios”.