Puede que notes que tu bebé se despierta con un ojo pegado, que tiene constantemente lágrimas en las mejillas aunque no esté llorando, y secreción en los ojitos pero sin enrojecimiento, por lo que no se trata de una conjuntivitis.
Es posible que se trate de una obstrucción del lagrimal u oclusión del canal lacrimonasal en términos médicos. También llamada estenosis del conducto lagrimal, una obstrucción muy frecuente en los recién nacidos que puede presentarse desde el nacimiento en los primeros meses de vida. Pueden estar obstruidos los dos o sólo un conducto.
Los síntomas típicos son mucosidad amarillenta y lagrimeo del ojo. Se trata de un trastorno del lagrimeo que puede ser congénito o resultado de una infección en la zona nasofaríngea. El conducto nasal que une el interior del ojo y la nariz se estrecha o inflama, quedando obstruido el lagrimal.
La estenosis lagrimal es la obstrucción total o parcial de los pequeños conductos subcutáneos que conectan el borde de los párpados interiores (en el ángulo interno del ojo) con la nariz.
Cuando el bebé nace, los conductos lacrimonasales están cerrados porque las glándulas todavía producen muy poco líquido lacrimal. Es alrededor de los dos o tres meses de vida cuando se abren espontáneamente para permitir el paso de las lágrimas.
El problema surge cuando los canales son muy estrechos y se obstruyen fácilmente o por el mal funcionamiento de la válvula de Hasner encargada del paso de las lágrimas hacia la nariz.
Qué hacer ante la estenosis del conducto lagrimal
En la mayoría de los casos, realizando diariamente un masaje llamado “hidrostático” y con correctas normas higiénicas es suficiente para desobstruirlo. Es un tipo de masaje que se realiza con la intención de estimular la apertura de esa válvula. Sino, hay que seguir otro tipo de tratamiento.
¿Cómo realizarlo? Ejercer una ligera presión con la punta del dedo meñique desde el lagrimal hacia la nariz, repitiendo en ambos lados un mínimo de cinco veces al día.
La higiene también es sumamente importante. Debes lavarle los ojos varias veces al día con una gasita distinta para cada ojo empapada en solución fisiológica.
El pediatra podría recetar un colirio antibiótico pero hemos de tener en cuenta que si el taponamiento o estrechamiento del conducto lagrimal continúa, la secreción se reducirá momentáneamente, pero la inflamación reaparece en cuanto el producto deja de aplicarse.
¿Es necesario intervenir?
Si a pesar de realizarle estrictamente a tu bebé este tipo de masajes durante unos meses el lagrimal no se ha desbloqueado, debes acudir al oftalmólogo pediatra quien te indicará cuál es el mejor tratamiento a seguir, aunque muchos médicos recomiendan no hacer nada hasta el primer año de vida.
Si el problema persistiera lo más habitual es realizar un sondaje, que es una pequeña intervención muy sencilla sin riesgos ni internación.
Foto | Burst-Pexels
En Bebés y más | La conjuntivitis en el bebé recién nacido