Sabemos que en el futuro las vacunas no se administrarán tal y como se hace ahora, con una aguja y un líquido que producen dolor, pero como no sabemos cuándo veremos tal cosa, tenemos la obligación moral de intentar que los niños sufran lo menos posible por el acto vacunal.
Es por eso que desde hace años se están estudiando las diferentes estrategias que puedan ayudar a aliviar el dolor, sobre todo en bebés, pues no entienden por qué les estamos haciendo daño. Un nuevo estudio ha querido comparar diversas estrategias y han visto que la aplicación de una crema concreta podría ayudar a disminuir un poco el dolor.
Crema anestésica, sacarosa y el consuelo de los padres
El estudio se publicó el pasado 12 de diciembre en la revista CMAJ (Canadian Medical Association Journal), y se llevó a cabo con 352 bebés sanos entre el 2012 y el 2016. Con todos ellos se estudiaron diferentes estrategias de control del dolor mientras se les administraban las vacunas sistemáticas del primer año, dividiendo a todos los niños en cuatro grupos de estudio.
En uno de los grupos, los padres recibieron instrucciones en vídeo sobre cómo calmar al bebé; en otro grupo, los padres vieron el mismo vídeo y al bebé se le dio una solución oral de sacarosa; en el tercer grupo, los padres vieron el vídeo, al bebé se le dio la sacarosa oral y se le puso una crema anestéstica de lidocaína en la zona de la punción; y a los bebés del último grupo se les hizo un tratamiento placebo (los padres y el profesional creían que estaban haciendo algo por aliviar el dolor, cuando el tratamiento no hacía nada en realidad).
Sólo los bebés que recibieron crema lloraron menos
Para comparar a los niños de todos los grupos, se observó su comportamiento antes de la vacuna, durante la vacuna y después de la vacuna. No hubo diferencias en el antes en ninguno de los grupos, pero sí en el momento de la administración de la vacuna: los niños del grupo que habían recibido crema anestéstica en la zona de la vacuna lloraron menos que el resto.
El resto de niños lloraron lo mismo, tanto si los padres consolaban al bebé como si sólo se hacía el tratamiento placebo, e incluso lloraron igual aquellos a los que se les dio sacarosa oral. Otros estudios, en cambio, sí han encontrado que la administración oral de sacarosa es un método efectivo para paliar el dolor, o incluso la succión no nutritiva. Si además, la succión va combinada de algo que se ingiere, como en el caso de la tetanalgesia, el resultado podría ser aún mejor.
Los investigadores del estudio explicaron así en Medline sus conclusiones al respecto:
Encontramos que, cuando se usó de forma consistente durante las inyecciones de vacunas en el primer año de vida, solo la lidocaína liposomal en combinación con el video de instrucción para los padres y la sacarosa administrada por vía oral mostraron un beneficio en el dolor agudo cuando se comparó con el placebo, el video solo, el video y la sacarosa junto.
Y entonces, ¿cuál sería la mejor estrategia?
Según este estudio, de los métodos analizados solo la crema anestésica es útil. Pero otros estudios utilizan otros métodos que aquí se han obviado, así que la mejor estrategia podría ser una combinación de varios métodos.
Según la evidencia analizada, parece que lo mejor podría ser hacer algo así:
- Aplicar crema anestésica antes de la administración de la vacuna.
- Ofrecer el pecho un par de minutos antes de la administración de la vacuna, para que el bebé esté recibiendo leche y esté succionando activamente en el momento de la inyección.
- Si no toma pecho, ofrecer una solución de sacarosa un par de minutos antes y el chupete en el momento de la vacuna.
- Llevar a cabo algún tipo de distracción durante la vacuna: una canción, una historia si el niño es más mayor,... algo que le haga pensar en otras cosas mientras se le pone la vacuna (aquí puede ayudar el profesional).
Además, aunque esto no se basa en ningún estudio, sino en mi experiencia personal, una vez el bebé está llorando tras la vacuna, puede ser buena idea modificar su postura. Si está quieto en brazos, mecerlo; abrazarlo en vertical si se le ha vacunado en horizontal, etc. Es una manera de cambiarle un poco el estímulo visual y físico y algunos bebés se calman al hacerlo.
Fotos | iStock
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