Hoy se celebra el Día Nacional del Celíaco, un día para pensar, más que nunca, en la realidad de las personas que sufren esta enfermedad caracterizada por la intolerancia permanente al gluten presente en distintos cereales. Se estima que uno de cada cien españoles están afectados y que más de 450.000 personas pueden estar padeciéndola actualmente sin estar diagnosticados, pero queremos centrarnos especialmente en los niños con celiaquía, que se ven obligados a vivir sin gluten y para ello, modificar por completo sus hábitos alimenticios.
El lema de este año es “El gluten no es mi opción. Soy celíaco, es mi condición”, y pretende reivindicar, entre otras cosas, las problemáticas del colectivo como la necesidad de mejorar el diagnóstico precoz, una mayor participación de la Administración en normativas alimentarias y la vigilancia de su cumplimiento, así como en la prestación de ayudas para la compra de productos sin gluten y la concienciación de la industria alimentaria en pro del colectivo.
Llegar al diagnóstico puede ser un camino demasiado largo para las familias, ya que los síntomas (diarrea, vómitos, anemia, irritabilidad, etc.) son habituales en niños y suelen ser confundidos con otras afecciones hasta que se da en la diana de la problemática. Por eso, la implantación de un protocolo de diagnóstico precoz es tan necesario para reducir ese tiempo de incertidumbre y poner en marcha cuanto antes un tratamiento.
Aunque por un lado es un alivio, una vez diagnosticado el niño, la familia debe adoptar una serie de cambios sustanciales en los hábitos alimenticios, así como educar al pequeño sobre su condición, enseñarle a entenderla y aceptarla. Ninguna de las dos son batallas fáciles, pero poco a poco y con naturalidad, es más llevadero adaptarse a la nueva situación, sobretodo cuando el entorno y la familia se involucran.
Un tema que no es menor es el gasto que supone tener un hijo celíaco. Hoy en día la única manera de tratar de la enfermedad es una dieta sin gluten y estos productos tienen precios mucho más elevados que los habituales de la cesta de la compra. Se estima que al año, una familia con un miembro celíaco llega a gastarse 1.400 euros más que sin un enfermo celíaco.
Las investigaciones sobre la enfermedad siguen avanzando, e incluso se habla de una posible vacuna no muy lejana. Esperemos que en poco tiempo haya buenas noticias para los celíacos y especialmente para los niños con celiaquía, que tienen que aprender a vivir sin gluten desde muy pequeños.
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Más información | FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España )
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