Mucho se está hablando estos días sobre la fiesta súper lujosa que la duquesa de Sussex dió en Nueva York para celebrar el nacimiento de su primer hijo, junto a sus amigas.
Este tipo de festejo se llama 'baby shower' y se celebra en todo el mundo para dar la bienvenida al nuevo bebé, con comida, regalos, juegos y mucho más. Te contamos cómo organizarlo para que sea inmemorable, pero sin dejarte una fortuna.
¿Qué es un baby shower?
Ni más ni menos que una fiesta que celebra la llegada del bebé. Se suele hacer cuando queda poco para que nazca (normalmente a partir de los siete meses de embarazo), pero cualquier momento es bueno, incluso después del nacimiento del pequeño.
Suele organizarlo las amigas de la embarazada pero cada vez es más frecuente que parta como iniciativa de la futura mamá, sobre todo en España, donde esta tradición tan americana aún no está muy arraigada.
¿De dónde viene la idea?
Puede parecernos que se trata de una costumbre relativamente reciente, pero la verdad es que ya existía en tiempos antiguos: era la forma en la que la embarazada recibía consejos y sabiduría de las madres más expertas de la comunidad.
- Se sabe que ya las mujeres de los imperios egipcio, romano y griego, celebraban la llegada de un bebé ofreciendo regalos a la madre. Se trataba de un encuentro familiar que se realizaba después del nacimiento, ya que entonces había mucha mortalidad en el embarazo y el parto.
Como entonces todo lo que tenía que ver con el cuidado de los niños era responsabilidad de las madres, en estos encuentros solo se reunían mujeres, una tradición que ha llegado hasta hoy, aunque también es cierto que cada vez se incorporan más hombres a los baby shower.
Las mujeres regalaban al nuevo bebé prendas hechas por ellas mismas, útiles en sus primeros meses de vida (mantas, zapatos y ropita), pero también alimentos para ayudar a los nuevos padres.
En el siglo XVIII era una manera de que las familias importantes presentaran en sociedad a su nuevo integrante. La fiesta solía celebrarse diez días después del nacimiento el bebé, ya que antes, tanto el niño como la madre pasaban los días en una habitación alejados del resto para proteger la salud del recién nacido.
En el siglo XIX, en plena época victoriana, estaba mal visto mostrar el embarazo, por lo que la madre reunía sus amigas alrededor de una mesa de té ya con el bebé en brazos.
Después de la Segunda Guerra Mundial se hizo muy popular en Estados Unidos como una forma de ayudar a los padres.
Esta fiesta se ha importado a otros países, sobre todo latinoamericanos, aunque la costumbre se extiende por todo el mundo: 'fiesta de pañales' en Argentina, 'té de canastilla' en Costa Rica, 'Cha de bebe' en Brasil...
En China, por ejemplo, el baby shower se celebra a las cuatro semanas de vida del bebé. Es una forma de celebrar el éxito del embarazo y de dar la bienvenida al bebé. Los seguidores de la religión hindú, sin embargo, lo organizan durante el embarazo, y no después.
Nueve claves para acertar
1. Los invitados
Aunque tradicionalmente era una fiesta solo para amigas de la madre, donde se hablaba de pañales, biberones y otros cuidados del bebé, ahora acuden todos.
Aunque el príncipe Harry de Inglaterra se quedó en casa atendiendo asuntos oficiales y dejó que Meghan recibiera consejos y regalos de sus amigas, lo cierto es que hay una tendencia a que los padres participen también de esta fiesta del bebé.
2. Invitaciones
Las amigas que organizan la baby shower (o los mismos padres) suelen invitar a unas 20-25 personas muy allegadas.
La tendencia es diseñar una invitación virtual con el lugar, día, hora y temática de la fiesta, y mandarla vía email, al menos con tres semanas de antelación. Aunque si se quiere ser más tradicional, se pueden encargar a una imprenta y echarlas al buzón. Pero no suele compensar el gasto, ya que son muy pocos invitados.
Si los organizadores son los propios padres, es más cercano realizar tarjetas manuscritas y entregarlas en mano a los invitados, para demostrar que son especiales.
3. El lugar de la celebración
Está claro que todo dependerá del presupuesto. Puedes hacerlo a lo grande, en un hotel de lujo como la duquesa de Sussex (algo poco probable), optar por un reservado en un restaurante más familiar, o incluso realizarlo en casa si son pocos invitados.
De hecho, en Estados Unidos es muy habitual que cada invitado lleve un plato preparado por él (fiestas 'potluck'), así que también puedes optar por esta alternativa. Lo importante es demostrar a tus amigos que quieres compartir con ellos tu felicidad, porque son muy especiales. Y para eso no se necesitan grandes despilfarros.
4. Comida: lo que no puede faltar
Lo más tradicional es montar una mesa buffet y que cada uno se sirva lo que quiera. No hace falta que incluya platos de diseño, ni mucho menos.
Lo que sí debe tener el baby shower es una mesa dulce que cuente con gominolas, cupcakes y una tarta especial con el nombre del bebé si ya se conoce. Puedes hacerla tú misma o encargarla a sitios especializados. ¡Hay auténticas monadas!
Y por supuesto no te olvides las bebidas para brindar por el próximo miembro de la familia y que tiene que incluir alguna opción sin alcohol para la futura mamá.
6. Decoración
Sin duda alguna, uno de los puntos fundamentales de la fiesta. Dependerá del espacio disponible (ya que no es lo mismo hacerlo en un jardín que en el salón de casa, que además no destaca precisamente por su amplitud.
Es habitual que el color de los adornos y los motivos aludan al sexo del bebé (si se sabe) y que incluya incluso globos o adornos colgantes con su nombre. Pero mejor dejarse de estereotipos de género y optar por los tonos que más atraigan.
Un consejo: cuanto más sencilla sea la decoración, más elegante y mejor funcionará. No olvides incluir algún detalle 'temática bebé' (chupetes, biberones, ositos...), para dar un toque divertido al ambiente festivo.
7. Juegos
Desde que los hombres se han incorporado a la celebración de bienvenida del bebé, la fiesta ha ganado en diversión.
Los juegos relacionados con la maternidad y el bebé son de los momentos más esperados en todos los baby shower y en ellos participan todos los invitados incluidos, claro está, los futuros papás.
Las ideas pueden venir de los organizadores, aunque se admiten sugerencias de todos los invitados. Un anticipo:
Simular un embarazo. Los invitados pueden ponerse un globo en la barriga e intentar atarse los cordones de unas deportivas o incluso jugar al Twister. Mamá no necesita el globo, por supuesto. Y gana quien menos globos rompa.
Adivina adivinanza. Prepara una lista de preguntas sobre la futura mamá y pídeles a las invitadas que den sus respuestas. Luego se comparan con las respuestas reales de la madre.
Como un bebé. Probar a tomar un biberón sin usar las manos. Gana el que antes lo consiga.
Cuánto mide la tripa de la futura mamá. Es muy habitual tener que recortar tanto rollo de papel higiénico como diámetro se cree que tiene su barriga. Está claro que gana quien más se aproxime.
¿Niño o niña? Los padres pueden desvelar el sexo o el nombre de su hijo en su fiesta de bienvenida. Pueden pedir a sus amigos que escriban sus opciones en un papel y lo descubran a la vez. O incluso que surgieran posibilidades de nombres a los padres, cuando aún no hay nada decidido.
- Un recuerdo para el futuro bebé. Cada invitado puede escribir una dedicatoria para el recién nacido en un body o escribir deseos para el pequeño y guardarlos en una caja. Mamá no los leerá hasta que no tenga a su bebé en brazos.
8. Regalos
Por supuesto no son obligatorios, aunque siguen siendo una tradición. Eso sí, quien organiza la fiesta puede promover 'una lista de nacimiento', con regalos ya elegidos (como en las listas de boda) y que ya están disponibles en muchos establecimientos especializados.
Pero sigue siendo habitual dejar la elección a los invitados, ya que con un detalle es suficiente: lo importante es su asistencia.
Lo normal es descubrirlos en la propia fiesta, aunque se pueden seguir los pasos de Meghan Markle y no abrirlos hasta que se esté en compañía del padre del bebé.
Lo que no se sabe es si la ex protagonista de la serie 'Suits', regaló a sus invitadas un detalle de recuerdo de la fiesta, como una figura alegórica, una cajita con caramelos dentro, un chupete 'falso' con el nombre del bebé... y con una pequeña tarjeta o grabado que recuerde el día.
9. Las fotos
Es importante decidir quién va a encargarse de inmortalizar los momentos más entrañables y divertidos de la fiesta. Aunque puedes contratar un fotógrafo profesional, seguro que entre los asistentes hay alguna persona que tiene buena mano con la cámara y puede encargarse de las fotos. ¡Recuerda que ese día te toca disfrutar, no estar cámara en mano!
Un último consejo: si te apetece compartir tu alegría por el nacimiento de tu hijo con tus amigos, pero no tienes tiempo (o ganas) para organizar una baby shower, siempre puedes contratar a un organizador de eventos, que se encargará de todo para que te limites a disfrutar. Así lo hizo Meghan Markle en una fiesta íntima, organizada por su mejor amiga y wedding planner Jessica Mulroney.
Fotos | iStock
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