Equivocarnos forma parte de la vida y del ser humano. Y aunque esto puede ser difícil de aceptar, e incluso doloroso y/o vergonzoso en algunas ocasiones, lo cierto es que errar no tiene por qué ser tildado como algo negativo, pues nos permite aprender y crecer al corregir nuestros errores.
Ten siempre presente que:
“Una persona que nunca cometió un error, nunca intentó nada nuevo”.
-Albert Einstein-
Y todo esto, por supuesto, es aplicable también a los niños. Reflexionamos sobre cómo podemos enseñar a nuestros hijos a aprender de sus errores, dejando atrás el orgullo, y los beneficios que esto supone para su desarrollo.
Cómo enseñar a tus hijos a aprender de sus errores para ser mejores
Aprender a aceptar los errores propios y a asumir las consecuencias de nuestros actos es un tema que debemos trabajar durante toda nuestra vida.
Y nuestros hijos también pueden hacerlo. De esta forma, como padres podemos ayudar a que nuestros hijos lo hagan con las siguientes recomendaciones:
Sé su ejemplo
Recuerda que los niños aprenden mucho más de lo que ven que de lo que les decimos. Es importante ser coherentes y comportarnos de acuerdo con la forma en la que queremos que ellos actúen.
Debemos aprender a asumir nuestros errores, sin excusas, admitir que nos hemos equivocado y corregir.
“El principal truco para cometer buenos errores es no esconderlos, especialmente de sí mismo”.
-Daniel Dennet-
Todo es ensayo y error
Una de las maneras más efectivas para el aprendizaje es la experimentación; así, es importante que dejemos que nuestros hijos puedan buscar por sus propios medios resolver sus conflictos.
Esto no sólo los ayudará a asumir sus errores y aprender, sino que además les hará sentirse muy bien tratando de lograr sus objetivos.
Enséñale
Explícale que los errores son parte de la vida y que no hay nada de malo con equivocarnos algunas veces, pero que es muy importante que tomemos cartas en el asunto cuando esto suceda para corregir lo que ha pasado, aprendiendo de nuestra equivocación para hacerlo esta vez mucho mejor.
Enséñale también a no sentir vergüenza por equivocarse; es normal sentir decepción, frustración e incluso enfado ante el error. Incluso, también pueden sentir arrepentimiento, y está bien.
Pero no tiene por qué avergonzarse, al contrario; equivocarse puede ser una oportunidad. Aprovecha estos momentos para cultivar su tolerancia a la frustración.
Trabaja su autoestima
Un niño seguro y confiado de sí mismo y de sus capacidades puede ver con mayor facilidad las situaciones que se le presentan como un reto que puede superar, entendiendo que si se equivoca puede buscar otra solución.
Así, es importante que enfoquen los errores de esta forma; como retos para mejorar. Y para ello, trabajar en su autoestima resulta imprescindible.
Anímalo
Cuando cometan errores, anímales a buscar otras soluciones al mismo tiempo que señalas las cosas que han hecho bien. Esto contribuirá a mejorar su autoestima.
Buscad juntos un aprendizaje
Por otro lado, puede ser de gran ayuda buscad un aprendizaje de lo sucedido y comentarlo entre vosotros, e incluso hacer preguntas generadoras como: "¿Qué aprendimos de esto?"
“Un fracaso no siempre es un error. Simplemente puede ser lo mejor que se puede hacer en esas circunstancias. El verdadero error es dejar de intentarlo”.
-B. F. Skinner-
Este sencillo acto permitirá, a su vez, buscarle un "sentido" a lo sucedido, lo que también puede ayudar a integrar experiencias complicadas.
Que sepa que lo amas
Es muy importante que nuestros hijos sepan que a pesar de que puedan llegar a equivocarse, eso no va a cambiar cuánto les queremos. Recuérdale que tiene todo tu amor incondicional, sin importar si se ha equivocado: en definitiva, que lo aceptas tal y cómo es (¡y gracias a cómo es!).
Guíalo
Cuando tu hijo se equivoca, es preciso que no actúes de manera sobreprotectora. Déjalo experimentar lo que siente y que trate de solucionarlo.
Pero no lo dejes solo, también puedes echarle una mano y orientarlo con mucho cariño, pero sin darle todas las respuestas a su situación.
Edúcalo para asumir responsabilidades
Edúcalo para que siempre asuma la responsabilidad de lo que hace, recordando siempre que eso no va a cambiar cuánto lo amas.
Enséñale a afrontar las situaciones sin huir de ellas ni tratar de buscar la culpa en terceros; enséñale a asumir su responsabilidad.
“Los errores son siempre perdonables, si uno tiene el coraje de admitirlos”.
-Bruce Lee-
Aprovecha los recursos
Actualmente existen muchos libros y cuentos, e incluso material audiovisual, que abordan este tema de manera entretenida y de fácil comprensión para nuestros pequeños.
Esta puede ser una excelente manera para que aprendan sobre el tema.
Beneficios de enseñar a aprender de los errores
Enseñar a nuestros hijos a aprender de sus errores tiene grandes beneficios, que van más allá de la enseñanza que puedan tener de las circunstancias en las que sucedió.
Además de que ello les permite adquirir más experiencias, con esto podemos lograr que:
- Nuestros hijos sean más independientes y capaces de resolver conflictos, lo que les permite ser mucho más autónomos.
- Fortalezcan su autoestima al saberse capaces de solventar las situaciones y reconocer sus errores, aprendiendo cada vez más.
- Adquieran más y mejores herramientas para afrontar diferentes situaciones.
- Se potencie su tolerancia a la frustración, aprendiendo a no centrarse en los errores o fallos y enfocando toda su atención en buscar soluciones.
“No importa cuántos errores cometas o lo lento que sea tu progreso, todavía estás muy por delante de quienes no lo intentan”.
-Tony Robbins-
Los errores como parte de la vida
Los errores son parte de la vida y como tal, debemos aprender a gestionarlos de manera positiva haciendo que se conviertan en fuentes de aprendizaje y no únicamente de frustración, miedos, tristezas o rabia.
Sin embargo, también está bien que nuestros hijos sientan estas emociones, y no debemos obsesionarnos tampoco en que nunca experimenten la frustración, o en que deban siempre aprender de todo lo que hacen, porque eso sería contraproducente.
Por otro lado, nuestros hijos aprenderán a afrontar sus errores de la manera en que nos ven hacerlo a nosotros mismos, por lo que es preciso que hagamos un proceso de introspección para saber qué ejemplo les estamos dando y si hay algo que podamos mejorar.
“Aquellos que no cometen equivocaciones están cometiendo la mayor de todas: no intentar nada nuevo”.
-Anthony de Mello-
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