¿Es cierto que las niñas son el ojito derecho de los padres, o en cambio, tienen predilección por el niño? Investigadores de la Universidad de Emory (Atlanta, Estados Unidos) han querido responder a estas preguntas para lo cual realizaron un estudio basado en el comportamiento del hombre hacia sus hijos e hijas pequeños. Tuvieron en cuenta lo atentos que son con sus ellos, el tipo de lenguaje que utilizan y cómo interactúan con unas y otros.
Para ello combinaron estudios cerebrales de los padres con datos de comportamiento recogidos y la conclusión publicada en la revista científica Behavioral Neuroscience es contundente: el género de los hijos influye en las respuestas del padre, o dicho de otra forma, el padre trata de manera diferente a las hijas que a los hijos.
"Cuando una niña llama a gritos o pregunta por su padre, este contesta con más inmediatez que si lo hace un niño", explica en un comunicado Jennifer Mascaro, autora principal del estudio. "A partir de este resultado, deberíamos tener en cuenta qué papel juega el inconsciente en la diferencias sobre el género", añade.
Para registrar las interacciones con sus hijos los padres llevaban encima un cinturón con un pequeño ordenador que grababa audios al azar durante 50 segundos cada nueve minutos, durante 48 horas. Quisieron así eliminar el sesgo que podría haber al hacerles preguntas directas sobre la forma de tratar a sus hijos e hijas. Nada mejor que tener la prueba grabada.
De los 52 participantes, 30 eran padres de niñas y 22 de niños, los resultados mostraron que los padres eran más atentos con sus hijas y cantaban más con ellas que con los niños. Asimismo, encontraron que los padres de niñas tienden a hablar más sobre las emociones con las niñas. También utilizan con ellas más palabras asociadas con el cuerpo, tales como “vientre”, “mejilla”, “cara”, “grasa” y “pies”.
Por su parte, los padres de niños suelen jugar más con ellos y utilizan más palabras relacionadas con la energía y el logro, tales como “mejor”, “ganar” y “súper”. Por el contrario, los padres de hijas utilizan un lenguaje más analítico con palabras tales como “todos”, “abajo” y “mucho”, que podrían relacionarse con el futuro éxito académico.
Más sensibles con ellas
Otra parte del estudio consistió en registrar mediante un escáner cerebral la respuesta de los padres al enseñarles fotos de personas adultas que no conocían de nada, de niños desconocidos y de sus propios hijos con expresión feliz, triste o neutra.
"Los padres de las niñas tuvieron una respuesta más fuerte en las áreas cerebrales encargadas de las emociones, recompensas y valores cuando veían a su pequeña feliz. En cambio, los cerebros de los padres de niños respondieron de una forma más rotunda ante expresiones neutrales en sus caras", según la investigación. Claramente, los padres se "derriten" más ante la felicidad de las hijas.
“Nuestro estudio ofrece uno de los conjuntos de datos más ricos para los padres ahora disponibles, ya que combina las evaluaciones del mundo real de la conducta con las respuestas del cerebro”, afirman los investigadores.
Aclaran, además, que son respuestas inconscientes. No significa que se quiera más a las niñas que a los niños, ya que todos los padres hacen lo mejor que pueden por sus hijos, sino que la forma de abordar la crianza es diferente. No está claro si estas diferencias se deben a bases biológicas y evolutivas, estereotipos culturales sobre la forma en que uno debe actuar, o una combinación de ambos.
Es sólo el resultado de una investigación realizada con 52 padres; no es una muestra concluyente para afirmar que es así en todos los casos. Me hubiese gustado saber, por ejemplo, si un mismo padre de niña y niño también tiene diferente trato con uno y el otro.
Pero de todas maneras traza una tendencia en la forma de interactuar con los hijos en el que el trato con las niñas parece ser más emocional (tal vez por eso las mujeres seamos más empáticas), y con los niños más intencional, aunque como bien dice la autora del estudio "la validación de las emociones es bueno para todos; no sólo para las hijas”.
Vía | e-Science Commons
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