Muchos niños comienzan a tomar sus primeras comidas sólidas con la posibilidad de tragar trocitos sin ningún problema, en cambio otros, no pueden tragar y les producen ganas de vomitar, incluso parece que se ahogan cada vez que encuentran en su comida un minúsculo trocito sólido.
Cuando esto pasa, lo mejor es tardar un poco más en ofrecer al pequeño la comida sólida con trocitos, generalmente la capacidad de tragar se suele desarrollar adecuadamente alrededor del octavo mes, pero de todas maneras hay que vigilarle para cerciorarse de que puede tragar adecuadamente sin que les produzca ningún tipo de contratiempo.
Cuando el niño es capaz de tragar sin problemas los primeros alimentos con trocitos, podremos entonces proporcionarle trocitos más grandes, pero siempre vigilándole, tengan o no problemas con los nuevos alimentos con los que van a disfrutar.
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