Si tu compañero tiene ganas de comerse esa fruta imposible de conseguir fuera de temporada tanto como tú; o de pronto te acompaña con unas solidarias náuseas durante el embarazo puede ser que tenga “El Síndrome de la Covada”. Término proveniente del francés couver (incubar) y que se denomina a un antiguo ritual de algunas culturas primitivas. Consistía en que los hombres guardaban cama después del nacimiento del hijo y simulaban los dolores de la parturienta.
Algunos hombres sienten molestias durante el embarazo de su pareja: náuseas vómitos, pérdida del apetito, antojos, dolores de cabeza, dolores de espalda, insomnio y aumento temporal del peso que pueden aparecer en cualquier momento durante el embarazo y generalmente desaparecen después del nacimiento del bebé. Incluso algunos pueden llegar a sentir calambres en el abdomen y dolor en el pecho durante el parto de su mujer.
Y conste que hablamos de hombres comunes que no tienen delirios de estar embarazados. Algunos especialistas declaran que esos hombres se sienten tan asociados con los problemas físicos de las madres que experimentan el mismo tipo de molestias. Otros afirman que el Síndrome de la Covada se parece a los síntomas de la angustia común, cuando el futuro padre está preocupado por los cambios en la relación de pareja, el nacimiento del hijo, los ingresos económicos y otros asuntos relacionados con la paternidad.
Lo cierto es que durante el embarazo hay una aproximación a la pareja, una conexión emocional y el deseo compartido se ser padres. El embarazo es cosa de dos.
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