A veces los mayores nos sentimos agobiados de estar en casa. A los niños pequeños les sucede igual necesitan un paseo, salir al exterior.
El paseo diario tiene una gran importancia para el aprendizaje y la salud del niño. Un paseo beneficia el sistema inmunológico haciendo que sea más resistente. De igual manera estimula los sentidos: la vista, el olfato, el oído, el bebé observa todo cuanto pasa a su alrededor; el mundo se mueve y a ellos les encanta.
En verano o si vives en un país tropical, el paseo debe ser a una hora en la cual no haga un calor excesivo. El bebé llevará ropa fresca y recuerda protegerlo muy bien del sol. Es recomendable pasearlo por un parque con árboles.
En invierno bastará con abrigarlo bien: un gorro, bufanda y manoplas como complemento para los días muy fríos. Sólo debe suprimirse el paseo si llueve o nieva, si hay mucha niebla o mucho viento.
Tu hijo lo agradecerá y a tí también te vendrá bien tomar un poco de aire fresco.
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