Ni una vez al año ni cada seis meses: cada cuánto hay que lavar las almohadas para evitar los ácaros

Ni una vez al año ni cada seis meses: cada cuánto hay que lavar las almohadas para evitar los ácaros
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Lavar las sábanas con regularidad, algo que se recomienda hacer por lo menos una vez a la semana, es una práctica que probablemente todos hacemos, pues además de eliminar bacterias, suciedad y otros residuos, nos ayuda a prevenir enfermedades y alergias.

Parte de esta rutina de lavado incluye las fundas de las almohadas, que suelen lavarse junto a las sábanas. Pero, ¿qué sucede con las almohadas?

Aunque técnicamente no son "ropa de cama", su limpieza también debe ser rutinaria. Esta es la frecuencia con la que debemos lavar las almohadas.

Cada cuánto hay que lavar las almohadas y por qué

Hay diversos motivos para ello. En primer lugar, porque debido al uso que damos a las almohadas -aproximadamente ocho horas diarias- es común que presenten manchas amarillas con el paso del tiempo y lavarlas nos ayuda a mantenerlas en buen estado.

Pero más importante que esto, son las razones que mencionábamos al inicio: para prevenir enfermedades y alergias, ya que esas mismas manchas amarillas se deben a la acumulación de todo lo que está en contacto con ellas, como sudor, cremas, aceites, saliva, polvo...

Sucede que, a pesar de que las almohadas estén cubiertas por una funda, y aunque éstas se laven con frecuencia, ambas son porosas y con el tiempo todos esos residuos se acumulan en nuestras almohadas. Y por ello, debemos lavarlas con frecuencia, pero no una vez al año ni cada seis meses, como se suele creer, sino cada tres meses, tanto para eliminar todos esos residuos como para evitar la acumulación de ácaros.

Así debes lavar las almohadas

lavadora
Foto | Freepik

Si la almohada tiene manchas amarillas, es recomendable ponerlas en remojo durante un par de horas en un recipiente con agua fría, una taza de bicarbonato de sodio o perclorato y un chorro de jabón líquido para ropa delicada.

Después de esto, o si no tiene manchas y no es necesario el remojo previo, habremos de ponerlas en la lavadora en un ciclo con agua caliente (a 60º centígrados), y posteriormente otro ciclo con agua fría. Este último paso es clave para eliminar cualquier rastro de jabón que pueda haber quedado.

Como consejo para que que las almohadas no pierdan su forma y que éstas se ahuequen durante el proceso de limpieza, se recomienda introducir en el tambor un par de pelotas de tenis que irán moviendo su contenido a medida que se lavan, así como lavar las almohadas de dos en dos, para que la lavadora se mantenga equilibrada.

Una vez lavadas las almohadas no se deben escurrir ni retorcer, y se deben dejar secar totalmente, ya sea al sol o en una habitación bien ventilada, sobre una superficie plana para evitar que se deformen.

Foto de portada | Imagen de Freepik

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