Es recomendable involucrar a los niños en algunas tareas domésticas aunque sean pequeñitos, porque aunque no tienen la suficiente habilidad para hacerlo correctamente, es muy bueno que ellos sientan que están compartiendo las responsabilidades del hogar, que ellos también son útiles.
A partir de los dos años, ellos, ya quieren ayudar simplemente por el hecho de imitarnos. No podemos dejarles aún poner la mesa, pero si podemos darles por ejemplo las servilletas para que las coloquen.
Con tres añitos, tienen más habilidades en su haber y pueden ya recoger sus juguetes de la habitación por ejemplo, y cuando cumplen los cuatro añitos, ya intentan poner ellos solitos la mesa, es cuando la tarea deja de ser un juego para convertirse en un trabajo. Este es el momento de alabarlos, sobretodo cuando hagan bien las cosas e intentar corregirles lo mínimo y poco a poco darles un poco más de responsabilidad.
Algunas de las tareas con las que pueden colaborar son, por ejemplo, el clasificar la ropa para ponerla en la lavadora, cuando separamos las prendas blancas de las de color y disponemos una caja para cada tipo, entonces tiramos la ropa en el suelo y le pedimos al niño que nos ayude y que introduzca en cada caja la prenda correspondiente. Este es un juego que le gustará además de ayudarle en su aprendizaje con los colores.
Enséñales como es un armario ordenado, junto a él, ordena su armario, de esta manera él aprenderá donde se coloca cada prenda y poco a poco le podrás dar esa responsabilidad que le ayudará a ser ordenado. En cuanto a poner la mesa, debes explicarle para que se utiliza cada cubierto, el tipo de plato, etc. Una manera de enseñarles esta cuestión es con colores, se engancha una pegatina de un color, por ejemplo, cucharas de color verde, tenedores de color amarillo, etc. Esto ayudara mucho al niño.
Que tu hijo colabore en la medida de lo posible, ayuda a que sea responsable, ordenado y que se sienta valorado.
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