Diversos estudios han manifestado que el embarazo es buen momento para dejar de fumar, demostrando que los cambios y la situación fisiológica de la mujer gestante, es una ventaja para dar puerta al tabaco.
Por todos es sabido lo perjudicial que es el tabaco para la salud, pero cuando se trata de la salud de un hijo, se consigue llegar más a la realidad y los esfuerzos para no encender un cigarrillo menguan.
Entre los problemas relacionados con el tabaco durante el embarazo, se encuentran los niños con bajo peso, el riesgo de aborto, los embarazos ectópicos…, pero además, la exposición pasiva al humo del tabaco, aumenta el riesgo de padecer infecciones respiratorias, mayor incidencia de leucemia de los niños y muerte súbita. Las estadísticas muestran que el 48% de las mujeres que dejaron el tabaco durante el embarazo, han vuelto a fumar tras el parto, por eso, los especialistas piensan que los seis meses posteriores al nacimiento de un hijo, es ideal para realizar una terapia que ayude a abandonar el tabaco definitivamente.
Los programas de prevención y tratamiento son fundamentales para recibir información sobre los riesgos y consecuencias que acarrea el tabaquismo, tanto para la mamá como para el feto. En Alemania, las mujeres realizan un programa llamado “Transtheoretical Model and Motivational Interviewing”, en el que incluyen sesiones de psicoterapia. Estas sesiones tienen como objetivo principal el análisis de los motivos que llevan a la mujer a fumar y a motivar la autonomía para tomar la decisión de dejarlo.
Los resultados del estudio realizado por un grupo alemán, demuestran que el programa es eficaz y sencillo, con lo que han logrado que muchas mujeres dejen de fumar durante el embarazo.
El logro sería total, si además de abandonar el tabaco la futura mamá, también lo hiciera el papá. Es un paso difícil de realizar para muchas personas, pero un camino que se hace unidos, es más fácil que llegue a buen término.