Al llegar al hospital hasta hace poco era habitual que a todas las embarazadas se les preparara una vía venosa con perfusión de suero a la que se añadían diversos medicamentos. Sin embargo la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) señala que hoy por hoy no hay datos que permitan evaluar la eficacia de tener una vía intravenosa durante el parto.
La SEGO considera recomendable el tener preparada una vía heparinizada por si se presenta alguna complicación. Actualmente no siempre se usa heparina en estas vias secas, existiendo otros métodos que la mantengan no coagulada. Sin embargo si la mujer desea un parto no intervenido y no hay riesgo de hemorragia no es preciso canalizar la vía.
El motivo de la vía venosa ha sido el mantener hidratada a la mujer ya que no se le permitía ingerir líquidos y poder actuar inmediatamente en caso de hemorragia pues en esos casos la venas pueden colapsarse y es más díficil hacer una perfusión rápida. La vía debería abrirse siempre que sea necesario instilar antibióticos u otra medicación, y cuando se vaya a incluir anestesia epidural pues su uso aumenta el riesgo de hipotensión en la madre.
En resúmen, si no lo deseamos y no es médicamente necesario de forma justificada podemos no tener el goteo puesto.Dicho esto podemos incluir en nuestro Plan de Parto nuestra opción, si aceptamos vía venosa, via heparinizada o fisiolizada o si no deseamos que se abra vía alguna si no hay necesidad.
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