Los 17 alimentos que más atragantamientos provocan en niños y cómo ofrecerlos para evitarlo
Las muertes por atragantamiento son una causa importante de mortalidad infantil, y la mayoría de los episodios de asfixia se producen en niños menores de tres años, el grupo con mayor riesgo. Al tener vías aéreas con un diámetro pequeño, sumado que aún tienen una dentición incompleta, mastican menos los alimentos, y pueden distraerse fácilmente mientras comen, el riesgo de atragantamiento aumenta en los niños pequeños.
Las características físicas de ciertos alimentos como las uvas, las aceitunas, las salchichas, y otros que mencionaremos a continuación, los hacen más susceptibles a quedarse atascados y producir un taponamiento de las vías respiratorias. Es importante conocer cuáles son los alimentos que más atragantamientos provocan en los niños para evitar ofrecerlos en los primeros años u ofrecerlos de forma adecuada para evitar accidentes.
Palomitas de maíz
La asfixia por palomitas en niños pequeños es más frecuente de lo que creemos. A pesar de ser habituales en cumpleaños, en el cine o en fiestas infantiles, las palomitas deben retrasarse al menos hasta los cuatro o cinco años.
Un grano de maíz podría pasar a las vías respiratorias y provocar la muerte instantánea por asfixia o bien alojarse en alguna zona de pulmón y provocar una infección por cuerpo extraño.
Frutos secos enteros
Frutos secos como almendras, nueces, cacahuetes, maíz, avellanas, pistachos, así como semillas como las pipas son alimentos duros y pequeños con gran peligrosidad para los niños.
La Asociación Española de Pediatría recomienda no ofrecer frutos secos enteros, no molidos, antes de los 5-6 años por el riesgo de asfixia. Sin embargo, los beneficios nutricionales de los frutos secos son muy adecuados para los niños, por lo que antes de esa edad, se pueden ofrecer molidos a partir de los seis meses.
Jamón
El jamón, así como el lomo embuchado y otros embutidos, son alimentos que no se desmenuzan fácilmente en la boca y al tener los niños pocos dientes y una deglución aun inmadura, son más susceptibles de provocar atragantamientos.
Para que eso no suceda, hay que ofrecerlo desmenuzado o cortado en trozos pequeños que los niños puedan comer fácilmente con las manos.
Caramelos y dulces duros
Al ser redondos y duros podrían ser tragados por el niño sin deshacerse. Podrían ser inhalados al reír o respirar profundo, y pasar a las vías respiratorias obstruyéndolas.
Por tanto es preferible evitarlos en general y en caso de ofrecerlos puntualmente, esperar hasta que sean capaces de masticarlos bien.
Gominolas
Los alimentos duros parecen ser los más peligrosos a priori, pero también lo son los que tienen una consistencia gomosa como las gominolas. Son blandas, pero no se deshacen en la boca y vuelven fácilmente a su forma original.
Precisamente por ser blandos, este tipo de productos dan una falsa sensación de seguridad, pero si no se mastican bien pueden pasar a la laringe del niño sin deshacerse y poner en riesgo su vida.
No aportan ningún valor nutricional, por lo que es preferible evitarlas y en caso de darlas puntualmente, a partir de los cuatro o cinco años.
Malvaviscos o nubes
Este tipo de gominolas de aspecto inofensivo, también conocidas como marshmallows son especialmente peligrosas para los niños, aparte del nulo beneficio nutricional que tienen para los niños.
Por su tamaño y consistencia gomosa, que impide que se deshagan fácilmente en la boca, podrían quedar atascadas en la garganta y provocar asfixia. Al igual que las anteriores, son dulces sin valor nutricional y además perjudiciales para los dientes, por lo que es preferible evitarlas o retrasarlas lo más posible.
Chicles
Los niños no deberían comer chicles hasta que no sean capaces de comerlos bien, es decir masticarlos y luego escupirlos. Sin embargo, no son convenientes para los más pequeños porque provocan caries y también por el riesgo de atragantamiento.
El chicle podría ser aspirado sin querer al reírse o al respirar profundo y quedar atascado en las vías respiratorias.
Uvas
Los expertos alertan sobre el peligro de asfixia de las uvas, un fruto cuya peligrosidad no está tan extendida como otros alimentos, pero que también provocan atragantamientos con frecuencia.
Las uvas enteras son redondas y tienen un tamaño perfecto para obstruir por completo la laringe de un niño. Además tienen piel, lo que hace que se puedan deslizar por la boca sin ser masticada y pasar a la laringe directamente taponando las vías respiratorias.
La forma correcta de ofrecérselas a los niños es sin piel, sin pepitas y cortadas a lo largo en dos o tres trozos. Nunca enteras.
Cerezas
Por su forma redonda, por tener una piel resbaladiza y porque contiene hueso, la cereza es otro fruto que podría provocar asfixia si se aloja en la laringe del niño sin ser debidamente masticada.
Para evitarlo, corta la cereza por la mitad o en trozos más pequeños y retira el hueso antes de ofrecérsela a los niños.
Aceitunas
Al igual que las cerezas, las aceitunas tienen forma cilíndrica y pueden obstruir las vías respiratorias si se comen enteras. Además, tienen hueso, por lo que siempre hay que ofrecerlas deshuesadas y cortadas en trozos.
Salchichas
Debido a su forma, las salchichas pueden resultar muy peligrosas para los niños. Son cilíndricas, del tamaño de las vías respiratorias y compresibles, lo que permite que se atasquen firmemente en la hipofaringe de un niño y ocluyan completamente las vías respiratorias.
Para evitarlo, tenemos que ofrecérselas en un tamaño que reduzca el riesgo de asfixiarse al comerlas. Esto es cortar las salchichas a lo largo, en lugar de hacerlo en rodajas a lo ancho (como solemos hacer) y después cortar esas dos tiras para que nos queden los pedazos de salchicha como media rodaja. Incluso si son pequeños podemos cortarlas aún más pequeñas.
Zanahoria cruda en trozos
Las verduras duras, como las zanahorias crudas, son susceptibles de provocar atragantamiento en niños pequeños si se comen enteras.
La recomendación es ofrecerla rallada si se va a dar cruda o cocerla para ablandarla y darla cortada en trozos a lo largo, no en rodajas.
Manzana cruda en trozos
La consistencia de la manzana es muy similar a la de las zanahorias. Al ser duras y no deshacerse en la boca podría provocar atragantamiento en los niños se si ofrece cruda y en trozos.
Para evitarlo, deberás ofrecérsela de otra forma que no implique riesgos, como por ejemplo rallada o hecha compota y cortada en trozos.
Pan
Alimentos de textura pastosa, como un trozo de pan al mezclarse con la saliva, también son peligrosos para los bebés y niños por el riesgo de atragantamiento.
Al ofrecérselo es importante que lo hagamos en trozos pequeños, nunca trozos grandes que puedan llegar a tragarse sin masticar, y siempre acompañado de líquidos como agua o leche.
Galletas
Algunas galletas de consistencia dura pueden resultar peligrosas para los más pequeños. Especialmente las de estilo rústico que absorben mucha saliva y no se deshacen en la boca fácilmente.
Es preferible evitarlas en niños pequeños, o bien ofrecerlas ablandadas (mojadas en leche, por ejemplo) o darlas en trozos muy pequeños.
Pescado
El pescado es un alimento muy sano que debería incluirse de forma habitual en la dieta de los más pequeños desde que se introduce la alimentación complementaria. Sin embargo, las espinas de algunos pescados son causa frecuente de atragantamiento.
Es preferible ofrecer pescados que se deshagan fácilmente en la boca, cortados en trozos pequeños y asegurarse de haberles quitado muy bien las espinas.
Carne
La carne es otro alimento habitual, pero es muy importante ofrecerla de forma segura. Un trozo muy grande carne o un trozo duro puede atascarse en la garganta del niño mientras come.
Para evitarlo, procura ofrecer carne blanda, retirar la parte de la corteza si está muy dura, y darla cortada en tiras o trozos pequeños. De esta forma, incluso los bebés pueden comerla con las manos con total seguridad.
Y por último...
Para evitar atragantamientos, también es muy importante vigilar que los niños coman tranquilos y sin prisas, que no estén saltando o corriendo mientras comen, y por supuesto tener nociones de primeros auxilios para saber cómo reaccionar en caso de atragantamiento. Todos los padres, así como los profesionales que trabajen con niños deberían conocer cómo practicar la maniobra de Heimlich si se produce.