Creo que si preguntáramos a cualquier padre por qué cree que los niños acaban siendo obesos tendría clara la respuesta: porque comen mucho y se mueven poco. Otros añadirían cuestiones como la genética, el metabolismo, la anchura de los huesos, la retención de líquidos y no sé cuántas cosas más, algunas ciertas y otras muy discutibles.
Sobre el "comen mucho" se ha hecho un estudio recientemente con el fin de poder calcular con exactitud cuáles son las necesidades calóricas diarias de los niños y adolescentes y conocer cuántas calorías diarias de más necesita un niño para empezar a tener sobrepeso u obesidad y han visto que son muchas más de las que se creían.
Algunos datos del estudio
El estudio, que ha sido publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology, trata de actualizar el modelo matemático utilizado para calcular las necesidades energéticas de los niños y niñas, teniendo en cuenta que el metabolismo de los niños es más activo que el de los adultos y que a medida que llegan a la adolescencia el gasto energético suele frenarse, porque ya no se mueven tanto como cuando eran niños pequeños.
Además de esto, han visto que las calorías necesarias para que los niños aumenten de peso por encima de lo lógico o esperable eran más de las que pensaban. En el modelo matemático utilizado hasta la fecha se estimaba que para que una niña de peso normal a los cinco años engorde 10 kg de sobrepeso al tener diez años debía consumir unas 40 kcal diarias de más, que es el equivalente a una manzana pequeña.
Según los nuevos cálculos parece ser que lo que tendría que comer esta niña, en realidad, son unas 400 kcal de más, que sería lo equivalente a una ración media de patatas fritas.
En el caso de los niños, el número de calorías es un poco diferente. Por ejemplo, un chico de once años que tenga 8,2 kg de sobrepeso ha comido cerca de 320 kcal de más al día que los niños con peso normal. Si se tratara de una niña, habría consumido 301 kcal de más.
Los investigadores quisieron utilizar los nuevos cálculos para conocer datos de la población norteamericana, así que cogiendo los datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. vieron que los niños de hoy en día pesan, de media, 5,9 kilos más que a finales de los 70 y estimaron que para conseguir ese aumento han consumido unas 200 kcal más al día, que equivale, ahora que estamos en verano, a un helado de cucurucho de vainilla y chocolate, más o menos.
Entonces, es peor de lo que parece
Estos datos vienen a demostrar, entonces, que el modo en que comen muchos niños es peor de lo que parece, más desequilibrado de lo que pensábamos. Antes se creía que sólo que un niño se pasara un poco, sólo que tomara 40 kcal de más, ya empezaba a acumular más peso del necesario. Al parecer el cuerpo tiene mecanismos de defensa para evitar que pasándose uno un poco acumule grasa tan fácilmente (debe ser el mecanismo de defensa ante madres que persiguen a sus hijos para que coman una cucharada más).
Ahora bien, ese mecanismo de defensa tiene un límite, y no es lo mismo que el niño coma unas cucharaditas de más cada día, esas que no le apetecen pero que mamá o papá han logrado que se zampe haciendo el avión, que se coma media pizza el solito, ahí sentado en sofá, viendo dibujos o las "magníficas" y "educativas" series del Disney Channel, o que se acabe todo lo que sus padres le han puesto en el plato porque al parecer a eso se le dice "mi niño come bien".
Está claro que si los niños de ahora pesan hasta 5,9 kilos más que sus padres y abuelos a la misma edad, algo más que la genética está obrando. Hace unos días, después de hablar casi un cuarto de hora con una madre sobre cómo puede modificar la dieta de sus hijas, a las que les sobra bastante peso ya con 4 y 7 años, y además de recomendarle que busquen actividades familiares en las que todos se muevan más de lo que se mueven ahora, me soltó, así de sopetón, que "lo que está claro es que han salido a la familia de su padre... son todos así, así que por mucho que haga no van a adelgazar".
Pues nada, no trates de modificar sus hábitos ahora que son pequeñas, deja que sigan comiendo igual y que sigan disfrutando del "soffing" (dicho por ella) y ya si eso, cuando sean mayores, que prueben todas las dietas habidas y por haber con el mismo éxito de quien baja 12 kilos y luego recupera 20. No le dije esto (aunque ganas tuve), pero sí le dije que aunque la genética es un factor importante, también lo es el hecho de que coman de más, de manera desordenada y que no hagan ningún tipo de ejercicio.
Hambre y sed
Estoy casi seguro de que nadie conoce a una madre o a un padre que vaya detrás de sus hijos con el vaso de agua para que se lo acaben: "Eh, no te levantes de la mesa, acábate el vaso, ¡queda agua!". Seguro que hasta os parece gracioso por lo absurdo. Pues sí, es así, tenéis razón, es absurdo a más no poder, porque para eso tienen los niños sed, para saber cuándo necesitan agua. De hecho, se pasan el día diciendo "¡Agua!, ¡quiero agua!", que suelen pedirla, además, en el preciso momento en que te sientas y ahí vas tú a prepararles un vaso de agua que se beben al instante sin que se produzca ningún tipo de satisfacción en ti.
Sin embargo, el tema de la comida va aparte. Los niños tienen el mismo mecanismo para saber cuándo y cuánto tienen que comer, sólo que, para diferenciarlo, en vez de llamarlo "sed" lo llamamos "hambre".
Y aquí sí, muchos padres tienen la manía de obviarlo y de tratar de controlar la comida que debe comer su hijo. Que si come poco, que si se le ven las costillas, que si es malísimo para comer, que si come bien, pero gracias a que le obligan, que si no se acaba lo del plato, etc.
Pues bien, diré lo mismo que digo a todas las madres y padres que tienen la misma inquietud: "dejadlo, si come poco es que os ha salido el niño anticrisis, que sabe que no está la cosa como para gastar. El peso está bien (suele estarlo, y si está un poco bajo, suele coincidir con que el padre o la madre eran igual de delgados de pequeños), así que no le forcéis. Luego llegan todos a los treinta y todos a dieta y a matarse en el gimnasio para adelgazar".
Vía | Medline Plus Fotos | Mahalie, Aaron Fulkerson en Flickr En Bebés y más | Niños que comen demasiado, Ayudarles a autorregular lo que comen, Alimentación complementaria: ¿Qué pasaría si les dejáramos comer a ellos?