Seguimos con nuestro Especial sobre Alimentación Infantil en Bebés y más. La semana pasada os ofrecimos recetas pensadas para los niños menores de un año, ahora nos dedicaremos a los niños de entre uno y dos años.
Al cumplir un año el niño debe estar ya preparado para que dejemos de usar las papillas y purés, algo que habremos ido ya introduciendo en su menú a medida que pueda ir masticando cosas muy blanditas antes. Podemos seguir usando, claro está, los purés de verdura, como primer plato igual que los tomamos los mayores, pero alternando con verdura cocida o al vapor. La sopa sigue siendo muy aconsejable, y podremos enriquecerla con huevo cocido por ejemplo.
Además, es el momento también para empezar, poco a poco, un alimento cada vez, a darle otras cosas que antes serían un riesgo adicional para la alergia o la intolerancia, o que, sencillamente, su cuerpo no está preparado para asimilar: la leche de vaca, el pescado (que puede tomarlo un par de meses antes según algunas recomendaciones) y los huevos. No usaremos ni soja, ni frutos secos, ni marisco todavía.
Uno de los objetivos de estas recetas para niños de entre uno y dos años es, además de proponeros ideas baratas y sabrosas para cocinar a vuestros hijos, con nutrientes adecuados a su edad y una preparación sencilla, es que solamente cocinéis una vez, en el convencimiento de que el tiempo es siempre escaso cuando tenemos hijos y que ellos y nosotros comamos lo mismo va a hacer que no tengamos que recurrir a los preparados industriales más que en contadas excepciones. Las cantidades son aproximadas, pero están pensadas para dos adultos y dos niños pequeños. Vamos , ahora, con nuestras recetas.
Arroz caldoso con rape
El arroz contiene hidratos de carbono, vitaminas, minerales y aminoácidos. Su contenido en proteínas es bajo y su poder calórico, al no tener grasas apenas, es bajo. No contiene, como decía, apenas grasas, ni tampoco sodio ni colesterol.
Es muy digestivo y además no es alergénico ni contiene gluten, una proteína de los cereales que puede provocar alergías o intolerancia, sobre todo si se incluye en la dieta antes de que sea recomendado por el pediatra. Los celiácos, que no pueden tomar gluten, pueden tomar arroz.
El arroz es un alimento muy adecuado para la dieta de toda la familia, asi que vamos a preparar un plato rico para mayores y pequeños. Lo vamos a hacer con un pescado blanco, el rape, pero podemos usar otro pescado blanco más barato, o, si el niño o alguno en casa es alérgico, hacerlo con pollo.
Los niños pequeños no deberían tomar fritos y, si usamos grasa para hacer un sofrito, incluir muy poca y no calentar en exceso.
Usaremos una cebolla mediana muy picadita a la que daremos una vuelta con una cucharada de aceite. No esperaremos, como habitualmente, a que esté pochada, solo queremos que tome un poco de sabor, aunque, los primeros meses, podemos saltarnos este paso para usar solamente aceite en crudo, que mantiene mejor las propiedades.
Coceremos los huesos del pescado diez minutos y los colaremos. Podemos añadir al cocimiento una rama de apio y un puerro, para darle más sabor.
Sobre la cebolla añadiremos el caldo, el arroz (dos puñados para los adultos y uno para los niños), preferentemente arroz de grano corto, que queda meloso. Podemos usar arroz vaporizado, pero el plato no quedará tan suave y cremoso.
Si decidimos introducir el arroz integral, más rico en vitaminas y minerales, es conveniente valorar el efecto que tiene en el niño, ya que tiene mucha fibra, y tampoco es el ideal para esta receta en concreto.
Lo coceremos, sin sal o con muy poquita, durante diez minutos, tapado, sin lavarlo previamente, y con aproximadamente un tercio de arroz por dos tercios de líquido, aunque podemos ir añadiendo a medida que veamos que se consuma.
El pescado debe estar en dados pequeños, muy limpio, sin sofreir previamente. Lo añadiremos cuando el arroz lleve unos diez minutos al fuego y lo mantendremos tapado todo el tiempo, confirmando que esté bien hecho antes de servirlo.
El rape es más duro que otros pescados blancos, motivo por el que podemos incluso ponerlo al principio para que quede muy blandito si el niño rechaza los alimentos con texturas más gruesas, e ir poco a poco adaptando su paladar. Es también un pescado con sabor fuerte, por lo que podemos, las primeras veces, hacer la receta con merluza o pescadilla, siempre con máxima atención para quitar todas las raspas.
El arroz debe quedar cremoso y con un poco de caldo. A la hora de comer, los mayores podemos añadirle, si el plato nos parece soso, más sal, un majado de ajo sofrito con pan, o perejil en crudo picadito. Pero ojo, el pequeño que se sienta a la mesa suele saber lo que comemos los demás y va a querer comer de lo que comamos, así que cuidemos esos adornos para que no sean inadecuados para él, por lo que no os animo a poner pimentón ni almendras picadas mientras él pueda pedirlo. La idea, precisamente, es que se acostumbre a comer con nosotros y comer lo mismo, aunque cueste algún pequeño sacrificio a los adultos.
Si queremos hacer el plato con pollo, adelante. Queda delicioso también, pero hay que aumentar los tiempos de cocción, tanto del caldo previo, como de los trocitos de carne, que deberíamos ponerlos al comienzo del guiso, a la vez que el arroz. Lo que no os aconsejo es usar pastillas de concentrado de caldo, por la cantidad de sal que llevan.
La cantidad de pescado debe ser proporcional al apetito de los comensales, pero un filete de pescado es suficiente para los niños y los mayores, dependerá.
Lenguado en salsa
¿Suena rico, verdad? Pues lo está. Y lo podemos también comer todos los de casa. Los alérgicos al pescado pueden hacer este plato con filetes muy finos de pavo, lo más finitos posible para garantizar que queden hechos y aumentando cinco minutos la cocción. Y los que no puedan tomar leche de vaca, lo van a hacer también, como os explicaré en la variante del plato para ellos.
Hay que comprar filetes de lenguado o gallo o merluza, o, a partir de los 18 meses, con filetes de rodaballo, aumentando solo unos cinco minutillos la cocción. Lo que no aconsejo es usar panga o perca (ojo si nos la ofrecen como si fuera mero, que no lo es). También sale riquísimo con salmón e incluso con otros pescados azules, pero no vamos a incluirlos porque son, precisamente los que mejor quedan los que menos aconsejados están. Ya os contaré otras recetas ricas con pescados azules que si se aconsejan para los niños, a partir, siempre, de los 18 meses.
Vamos a hacer dos salsas, una para todos y otra también rica para todos, pero válida para los que no pueden tomar leche de vaca.
Haremos una salsita suave. Una cucharada de aceite (no más), una cebolla en puré o un puerro picado pero solo la parte blanca. Igual que en la receta anterior, no hay que calentar la grasa en exceso. Incluso en vez de grasa podemos usar el caldo muy concentrado de las raspas del pescado. Diluiremos en el líquido una cucharada sopera de harina (trigo o maíz para lo que sean celíacos o tengan uno en casa).
Añadiremos, poco a poco, un vaso de leche caliente o de caldo del pescado (vale el que hemos hecho u otro que tengamos reservado, hecho adecuadamente para los niños). Cuanto menos haya cocido la harina antes, más tardará la bechamel, por lo que es una buena idea hacerla con maicena, que cuece antes. El fuego debe ser suave, para que no se arrebate en el fondo.
Cuando esté la harina cocida separamos el cazo del fuego y vertemos el contenido sobre los filetes de pescado.
Los filetes, muy limpios, pasados por un chorro de agua fría y habiendo repasado que no queden espinas, se ponen sobre una fuente refractaria o en una cazuela en la que no se queden pegados. Los coceremos a fuego suave hasta que estén listos, unos cinco o diez minutos, añadiendo leche o agua si se quedan secos. Los que no pueden tomar leche de vaca pueden hacer toda la receta con caldo de pescado, y los que no toman trigo, con maíz, y los que no toman pescado, con filetes de pavo.
Podemos hacer la misma receta cambiando la crema hecha con leche por una salsa de tomate sin grasa, que se hace, sencillamente, triturando tomate y cebolla y dejándolos cocer a fuego muy suave (sin poner sal ni azúcar para que sean aptas para los niños) y vertiéndola también sobre los filetes en los últimos cinco minutos (para el filete de lenguado) o diez (para el pavo o los trozos más gruesos de merluza).
Igual que la primera receta, este plato vale para toda la familia y está delicioso. Los mayores podemos ponerle sal antes de comérlo y acompañarlo todos de unas patatas de colores o unas verduras al vapor (calabacín, calabaza, coliflor, zanahoria y brocóli). ¿Quíen se resiste a comer sano y rico con nuestras recetas para niños de entre uno y dos años?
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