Hay muchos niños que por desgracia la única fruta que comen, si se puede llamar así, está en los zumos industriales. Muchas veces se debe a nuestros malos hábitos a la hora de comer o para evitar otra pelea más, al final la fruta fresca termina por ser un elemento anecdótico en nuestro menú.
¿Pero qué pasaría si les diéramos uvas con sabor a algodón de azucar?
Ustedes dirán qué he desayunado hoy, pero gracias a un horticultor californiano llamado David Cain, su equipo de genetistas internacionales y a un enorme golpe de suerte, tomarnos unas uvas con sabor a algodón de azúcar es ya posible.
¿Pero cómo lo han hecho?
¿Les suena la historia de ese que nunca jugaba a la lotería y un buen día compra por casualidad un boleto y le toca? Pues más o menos lo que le pasó al señor Cain fue lo mismo.
Lo que este hombre buscaba era poder dar a los consumidores un producto nuevo, en esta caso uvas. ¿Pero cómo hacer nuevo algo que ha existido desde el inicio de los tiempos? Muy fácil, creando nuevas variedades con sabores diferentes. Algo similar a lo sucede con las manzanas. Para ello iniciaron su proyecto en el 2003, debían cruzar diferentes variedades hasta conseguir una que tuviera un sabor diferente que le gustara al consumidor. Y todo ello debería conseguirse sin ingeniería genética, sólo mediante cruces genéticos.
Les puedo asegurar que no es tarea fácil, hay que coger cada semilla, hacerla crecer en un tubo de ensayo y plantarla luego en un viñedo hasta que de fruto, momento en el que sabremos si hemos sido los agraciados con el premio gordo. ¡Llegar a la uva con sabor a algodón de azúcar les ha llevado ocho años y más de 100.000 cruces!
Debido al tipo de cruce entre plantas podemos decir que el sabor ha sido de casualidad, podrían haberles salido algunas con sabor a regaliz o nunca haber conseguido nada.
Algunos datos
La primera remesa se plantó sobre dos acres (aproximadamente un campo de fútbol) de terreno, tuvo que ser ampliada a 100 acres (50 campos de fútbol) , al no cubrir la demanda y para el 2014 van a duplicar la superficie.
Las uvas tienen un 12% más de azúcar que las uvas normales, lo que las hace mucho más saludables que el algodón de azúcar de verdad.
Eso sí, medio kilo de uvas cuesta de séis a diez dólares USA, pero quienes las han probado dicen que valen cada céntimo que se paga por ellas.
¿Os atrevéis con una uvas con sabor a algodón de azúcar?
Foto | Bernardo Macena en Flickr Vía | Dogonews En Bebés y Más | Cinco raciones de fruta y verdura al día, ¡es posible!, Las frutas en la alimentación infantil