Hoy, día en el que muchos países de América celebran el Día de la Madre, continuamos con nuestra recopilación de los relatos sobre la experiencia de la maternidad que nos estáis mandando y que hemos reunido bajo el título: "Historias de madres".
El relato que os traemos hoy es la preciosa vivencia de Diana, la feliz y agradecida mamá de Stephie y de Gretchen, dos preciosas niñas que le enseñan a ser madre y a amar.
Cuando nos enteramos que estaba embarazada de Stephie, la mayor de mis hijas, recuerdo que lo único que mi marido y yo queríamos era que en un parpadear llegara el día del nacimiento. Eran tantas las emociones y también las preguntas que logicamente nos hacíamos: si a quien se parecía, si tendría el color de ojos del papá, el color del pelo, si sería rubia o morena... Así pasaron los meses a veces con ciertas preocupaciones, porque la señorita se quería adelantar y nacer antes de lo previsto… Hasta que por fin llego el momento, comenzaron las contracciones y así también el miedo a que algo salga mal, pero gracias a Dios, nació. Era una niña hermosa,. Fue un parto normal, sin ninguna complicación. Todavía recuerdo cuando ya estábamos los tres en la habitación que lo único que pudimos hacer mi marido y yo era mirarla y ponernos a llorar. Fue tan grande mi alegría que hasta el día de hoy solo una vez experimente semejante felicidad, y fue precisamente cuando nació Gretchen, nuestra segunda hija. Ella también quería adelantarse, creo que son algo apuradas las dos... El segundo embarazo, fue totalmente diferente desde el principio: malestares, mareos, y los dos últimos meses reposo absoluto. Hubo muchas prohibiciones que con el primer embarazo no tuve, pero todo valió la pena. Cuando llegó el día del parto y los nervios eran más intensos que la primera vez, creo que se debió a que fueron 9 meses de espera un tanto difíciles. Pero, de nuevo, afortunadamente, todo salio bien. Un parto normal, y mi gorda hermosa estaba en mis brazos sana, que era lo que nos importaba sobre todas las cosas. Hoy la mayor ya tiene casi 3 años y el 17 de mayo la menor cumple 1 año, dos días después del día de la madre, ya que en mi país lo celebramos el 15. Y creo que mejor regalo no podía pedir. Con mis hijas lo único que puedo hacer es agradecer a la vida. Me siento plena. Aprendí a amar sobre todas las cosas y con mis princesas aprendrendo a ser mamá.
Todas estas "Historias de madres" que nos estáis haciendo llegar son un reflejo muy bello de los hermosos sentimientos de ternura y de la fuerza que nos da el ser madres. Como bien dice Diana, aprendemos a amar.
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