Desde que son bebés, las utilizamos en algunas ocasiones para que no se duerman, para estimular la succión… Más adelante, es una manera de jugar con nuestros hijos. Aunque el diccionario las define como una sensación desagradable, pocos nos resistimos a la diversión. Intensas o suaves, las cosquillas son una buena manera de reírnos y activar el cuerpo.
Incluso, hay quien las recomienda como un método para mitigar el estrés, al igual que se “recetan” sesiones de risoterapia. Y, como es difícil que uno mismo se haga cosquillas, además resulta una actividad que conecta a las personas. Como a padres e hijos. Hoy vamos a ver 13 beneficios de las cosquillas para los niños.
Ventajas de las cosquillas en los niños
- Las risas que provocan las cosquillas liberan tensiones y reducen la ansiedad del niño o niña.
- También se recomienda una sesión de cosquillas para liberar el estrés de los adultos.
- Pueden servir para resolver pequeños problemas, para hacer las paces entre hermanos (sin olvidarse de hablar, claro)…
- Durante una sesión de cosquillas, el organismo libera endorfinas que ayudan a sentirse mejor: son las llamadas "hormonas de la felicidad"
- Las cosquillas estimulan las terminaciones nerviosas y los sentidos del niño al percibir nuevas sensaciones (tacto, oído…).
- Las risas y el movimiento que acompañan a las cosquillas ayudan a ejercitar los músculos, el aparato respiratorio y hasta se fortalece el corazón.
- Las cosquillas son una manera de contacto físico que crea conexión entre padres e hijos, nos sentimos más cercanos y “cómplices”. Eso sí, ¡hay que saber parar! Si los pequeños muestran desagrado, es mejor no seguir. A todos nos han sobrado cosquillas alguna vez…
- Estimulan la sociabilidad del niño al aceptar esta manera de contacto. Eso sí, es un juego enérgico apto a partir de los dos años, antes nos dedicaremos exclusivamente a cosquillas más suaves.
- Asociada a las cosquillas está la risa, y se sabe que reír refuerza el sistema inmunológico. Esto es debido a que la disminución de las hormonas del estrés mejora la circulación y el consumo de oxígeno, y la liberación de las emociones negativas puede incrementar las respuestas inmunológicas.
- Las cosquillas intensas no se recomiendan antes de dormir, pero las suaves, las que son más bien caricias, son relajantes y ayudan a conciliar el sueño.
- Las cosquillas generan confianza y bienestar en los pequeños.
- Si se acompañan de canciones, rimas, palabras… se muestran nuevas formas de expresión, estimulando el lenguaje.
- El juego y las risas compartidas refuerzan el vínculo entre padres e hijos, creando un clima de complicidad y confianza.
¿En qué momento hacerlas?
Para que las cosquillas "salgan bien", recuerda escoger el momento adecuado, no si el niño está cansado, si tiene hambre o si pretendes que se relaje, como hemos comentado, mejor tasajear porque las cosquillas enérgicas pueden alterarlo. Nunca fuerces las cosquillas, si el pequeño las rechaza, puede que no le gusten o que no sea el momento más óptimo.
Si percibes que son un estímulo desagradable para el niño, piensa si has sido demasiado brusco, si se ha asustado... Cambia a las cosquillas suaves o en otras partes del cuerpo que nos dan tan sensibles (los pies, la barriga, las axilas son los "puntos clave").
Por otro lado, ellos también han de percibir que se trata de un juego de confianza, que cualquiera no puede hacérselo (no ellos a otras personas con las que no tengan una relación estrecha).
Como vemos, hay ventajas físicas y sobre todo emocionales en las cosquillas, que favorecen la unión familiar. Nos quedamos con que se trata de pasar un buen rato con nuestros hijos. No os privéis de una buena sesión de risoterapia con los niños y recordad, ¡en un momento u otro os tocará ser destinatarios de las cosquillas!
Foto de Ketut Subiyanto en Pexels
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