Cuidando a un bebé que llora mucho: el entorno y la mamá

Cuidando a un bebé que llora mucho: el entorno y la mamá
7 comentarios

Vimos en el tema anterior algunas pautas que pueden sernos de enorme utilidad si tenemos que atender a nuestro bebé en etapas en las que llora mucho sin perder los nervios. Muchas de las cosas que hemos propuesto son acciones hacia el niño, para reconfortarlo. Pero no es lo único que nos podemos plantear.

Entorno

El conseguir un entorno adecuado es muy importante. No todos los niños son iguales, como no lo somos todos los adultos. Unos necesitan rutinas para sentirse bien, otros responden mejor a un entorno cambiante y son más flexibles con los horarios, pero en general, los bebés que lloran mucho suelen mejorar con una cierta organización de las rutinas, pero sin ser obsesivos.

Lo que en mi opinión influye más es el estado mental de la madre, si ella se agobia si no está todo bien medido el niño lo percibe, pero si ella está relajada el bañarse a una hora u otra no importa demasiado. La cuestión es estar nosotros cómodos y felices, no hacer lo que digan las costumbres o los manuales.

Generalmente he visto que los niños que son llevados en un portabebés se adaptan bien a cualquier horario y situación, duermen y comen tranquilos pegaditos al cuerpo de mamá y pueden estar casi en cualquier sitio en el que no exista un ruido excesivo. En realidad los niños suelen adaptarse a lo que su madre haga habitualmente.

Rutinas

Obligarnos irnos a la cama a las ocho cuando somos trasnochadoras o no salir a la calle si nos gusta pasear puede ponernos a nosotras tan nerviosas que termine repercutiendo en la manera de estar con el bebé. Y ellos lo perciben todo.

En absoluto quiero decir que debamos vivir sin horarios o sin organización. Una nevera llena de comida y un baño relajante en mitad de la tarde, compartido si puede ser, ayudan mucho a ver las cosas de la mejor de las maneras. Y más con los bebés que lloran mucho es preciso tener el espacio y el tiempo bastante organizados para no agobiarnos con más cosas.

Acostarse al lado del bebé cuando él duerme y descansar en vez de ponerse a hacer la colada o limpiar el suelo ayuda también mucho a estar de mejor humor, sobre todo si conseguimos que nuestra pareja o los familiares que tantas ganas tienen de venir a casa se dan cuenta de que lo mejor que pueden hacer por el bebé es ocuparse de las tareas de la casa para que mamá pueda descansar todo lo posible.

Las visitas y lo que tienen que hacer

Las visitas a casa deben espaciarse y controlarse. Las mamás recién paridas y los bebés recién nacidos no necesitan para nada un desfile de familiares y amigos con regalos y ganas de charla o consejos sin mucho sentido. Necesitan tarteras llenas de comida, una limpieza de la casa, ayuda con los otros hijos, cosas prácticas y lo menos invasivas posible en su intimidad en construcción.

La casa, para un niño que llora mucho, debería en principio no ser campo de batalla de discusiones pero tampoco un festival de visitas apabullantes. Tampoco tendríamos que tener la televisión a tope todo el día. Un ambiente agradable, suave y alegre es lo mejor tanto para la mamá como para el pequeño. Y sobre todo, mucha ayuda de la de verdad.

Mamá necesita cuidados

Y es que, como en todo en la vida, si hay que ocuparse de una tarea agotadora física o emocionalmente, y atender a un bebé lo es, y más todavía si es un bebé que llora mucho, es importante afrontarla descansado.

Así que llegamos a una de las cosas más importantes que hay que hacer para poder atender a un bebé que llora mucho sin perder los nervios: cuidarnos a nosotras mismas. Igual que hemos repasado todas las posibles necesidades del bebé para tenerlas todas cubiertas, nuestra responsabilidad y la de nuestra familia es ocuparnos de que nuestras propias necesidades no queden desatendidas.

No, no se puede cuidar bien a un bebé que llora mucho si no hemos descansado, comido y no recibimos cariño y atención emocional. Esto es una prioridad de la que debemos ser conscientes y sobre todo, que es fundamental que el entorno comprenda. Las visitas puede que tengan mucha ilusión en ver al recién nacido, pero no sirven para nada objetivamente necesario.

Si tanto aman a nuestro pequeño, lo que mejor pueden hacer es cuidar de nosotras, darnos apoyo emocional, no juzgar, no entrometerse y sobre todo hacerse cargo de las necesidades físicas, de alimento y descanso que cualquier mamá, sobre todo con un bebé que llora mucho, precisa.

Solo si estamos comiendo sanamente y a intervalos regulares y descansando todo lo posible estaremos en buenas condiciones para atender al niño. Y solamente si nos sentimos amadas podemos enfrentarnos a las dificultades de la maternidad con serenidad y fuerza.

El mejor consejo a los papás y familiares es este, hagan que la mamá se sienta muy amada, protegida y respetada. Con eso ella podrá estar tranquila ante las dificultades y podrá cuidar a un bebé que llora mucho sin perder los nervios.

En Bebés y más | Cuidar a un bebé que llora mucho sin perder los nervios

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Mi hija, que ahora tiene 22 meses, fue un bebé muy demandante. Bueno, "muy demandante" en comparación con lo que nos cuentan las revistas, las vecinas, las suegras y las cajeras del súper. El caso es que durante el embarazo te haces una serie de películas mentales, visualizas cómo será todo, te imaginas una casa impoluta, un bebé que come y descansa tranquilamente, te visualizas a tí misma rodeada de una aureola de paz y armonía, con el pelo al viento brillando de pura suavidad, bla, bla, bla. Pero entonces te conviertes en madre y puedes darte con un canto en los dientes si ese día has conseguido darte una ducha que haya durado más de 5 minutos, la casa se desordena a una velocidad que nunca lo ha hecho, tu bebé llora y llora, pide teta a todas horas, de noche no duerme más de 1 o 2 horas seguidas. Y a todo este caos hemos de sumarle el baile hormonal. Los llantos por nada y por todo, la sensación de haberte equivocado y el pensar que esto de ser madre te queda muy grande. Y entonces vienen las visitas con sus consejos, su "a lo mejor es que tu leche no le alimenta", su "¿tienes para hacer café?" (que en realidad quiere decir "dame un café"), sus miradas de reojo a la ropa acumulada encima del sofá que está por planchar, etc. Luego están las visitas "no concertadas", que son esos que se creen con derecho a venir a tu casa cuando les da la real gana sin avisar (véanse abuelos). Por si fuera poco la gente te llama por teléfono como 200 veces al día despertándote a la criatura que tanto te ha costado dormir y tú te preguntas si esa gente de verdad ha tenido hijos, si es que sus niños eran como muñecos nenuco o es que el tuyo es un caso anormal. Al final, un día tienes un abceso de cordura o quizá de locura total, y silencias todos los teléfonos, no abres la puerta aunque amenacen con quemar el timbre, y en pocos días la gente deja de molestar. A tu casa vuelve la paz (no la limpieza ni el orden, que creo que no volverán jamás del mismo modo que antes existían) pero sí la PAZ. Decides dedicarte en cuerpo y alma a ese ser diminuto que tanto te necesita, te reencuentras con los instintos más profundos de tu alma mamífera y dejas de mirar el reloj. Y es entonces cuando comienzas a disfrutar de la maternidad, no hay tiempo que controlar, no hay nadie más salvo tu bebé y tú, y de repente todo fluye con naturalidad.

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    • Avatar de aliciamivida Respondiendo a aliciamivida
      interesante

      Bien dicho, Alicia!

      Mi único consejo para un puerperio, y especialmente en el caso de padres primerizos, es que piensen muy pero que muy bien en el tema de las visitas y de las 'ayudas'... si a ti te encanta la idea de que todo el mundo se preocupe por tí y tu bebé y tu habitación siempre llena de gente, adelante. Pero si sólo la idea te pone los pelos como escarpias PON LÍMITES MIENTRAS ESTÉS A TIEMPO. Un bebé recién nacido, una madre y un padre necesitan tiempo y tranquilidad para reponerse del 'tránsito' y conocerse. Para mi, todos los demás, sobran. Al menos durante las primeras 24-48 horas.

      Y una vez en casa, pensar muy bien qué tipo de ayuda se va a necesitar y pedirla. Los primeros son unos dias muy raros y especiales donde no debe haber ningún mal karma circulando, de NINGÚN TIPO, alrededor de la nueva familia. Si yo fuera una abuela, o una tía, intentaría llenar la nevera, llevar comida hecha, fregar los cacharros y coger al bebé mientras los padres se asean o descansan un poquito. Y DESPUÉS, SALIR SIN HACER RUIDO.Los primeros días los bebés SÓLO necesitan a sus padres, y principalmente a su madre. Todos los demás, lo siento, pueden esperar.

    • Avatar de aliciamivida Respondiendo a aliciamivida

      Como la vida misma.

    • Avatar de aliciamivida Respondiendo a aliciamivida

      Eso mismo, ea.

    • Las visitas puede que tengan mucha ilusión en ver al recién nacido, pero no sirven para nada objetivamente necesario.

      Recuerdo que cuando nació nuestra primera hija nos dieron un consejo de oro en la clínica: "las visitas, que vengan aquí, que estamos nosotros para ayudaros con el bebé, que cuando estéis ya en casa necesitaréis estar tranquilos para todo lo que tendréis que hacer".

      Total, que a casa no vino ni dios. Y (dentro de lo que cabe) estuvimos más tranquilos que todas las cosas, oye. Realmente, hay muchos que no se mueven por amor sino por el egoísmo de satisfacer su propia curiosidad... a costa de lo que sea.

    • Mi hijo Martín tuvo cólicos (o lo que quiera que fuera ese llanto inconsolable durante los 2 primeros meses y 5 días de vida). No dormía más de dos horas seguidas, mamaba fatal, lloraba sin parar, teníamos que comer y cenar por turnos, la mañana era algo mejor pero aún así el casáfono, teléfono y hasta las pisadas despertaban su sueño ligero y nervioso. Fue una auténtica pesadilla. Recuerdo cómo me regañaban mis hermanas por no coger el teléfono o tenerlo desconectado, recuerdo cómo se miraban con sorna las visitas en general cuando veían el sigilo con el que transcurría nuestro día a día, recuerdo los consejos gratuitos que consiguieron que dejara de darle el pecho con sólo dos meses (hasta: "es que quizá con el poco pecho que tienes no estás preparada para amamantar).

      Menos mal que hubo amigos comprensivos, incluso mi mejor amiga y madrina se instaló una semana en casa para ayudarnos, lo que fue un gran alivio ya que yo temía quedarme sola con mi hijo ¿cómo suena eso verdad? También mis suegros vinieron en nuestro auxilio y comprobaron en sus carne que no éramos unos primerizos asustados.

      Cada recién nacido es diferente, unos duermen como lirones y otros nada, pero creo que todos los padres y madres primerizos necesitan estar solos, interiorizar la situación, conocerse y aprender los unos de los otros, sin interrupciones ni molestias externas. Algo sencillamente imposible viviendo en una comunidad.

      Espero no perder la memoria y cuando mis hijos tengan hijos, servirles como barrera ante las visitas "Plómez"

    • A mi me paso lo mismo con mis dos hijos la primera dormía pero sin ruido y el segundo q aún tiene dos meses no duerme mucho pero cuando duerme lo hace con ruido pero estoy sola en una ciudad nueva no tengo ningún familiar cerca y es agobianto no tener ni cinco minutos para uno o alguien q te che la mano con el bb.

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