Ya sabemos que a través del olor las madres pueden transmitir determinados miedos a sus hijos, pero un sentido tan desarrollado como la vista tampoco podía ser indiferente a la expresión de esta emoción por parte de los adultos. El bebé detecta el miedo en tus ojos, sabe cuándo estamos asustados, a partir de los siete meses.
En concreto, es cuando ponemos lo que coloquialmente se conoce como "ojos como platos", cuando el bebé aprecia que abrimos mucho los párpados y se ve más blanco de los ojos, cuando el bebé percibe que sentimos temor. Además, los ojos pueden delatar también de dónde viene nuestro miedo, ya que la forma en que los abrimos o movemos será diferente.
Si el peligro que percibimos está en el entorno, tendemos a dirigir la vista hacia un lado, moviéndola rápidamente; si la amenaza viene de una persona que tenemos junto a nosotros, lo miraremos fijamente: en cada situación, la porción de blanco del ojo que dejamos ver formará un dibujo distinto.
Los niños a partir de los siete meses son capaces de leer nuestros sentimientos de temor fijándose en nuestros ojos, de manera inconsciente, según ha concluido un equipo del Instituto Max Planck de Ciencias Neurológicas y de la Cognición, en Leipzig (Alemania) y el Departamento de Psicología de l aUniversidad de Virginia (EEUU).
El estudio, titulado "Unconscious discrimination of social cues from eye whites in infants" ('Discriminación Inconsciente de las señales sociales del blanco de los ojos en los bebés') y ha sido publicado en la revista "Proceedings of the National Academy of Sciencies of the United States of America" (PNAS).
Para elaborar la investigación mostraron a bebés de esa edad imágenes de ojos, mientras monitorizaban con electrodos su actividad cerebral. Esta aumentaba claramente cuando la expresión que veían era de miedo y se intensificaba si los ojos ficticios se dirigían directamente a los suyos. ¿Podría decirse que esos ojos le transmitían temor?
Los autores han querido relacionar estos resultados con la capacidad social, de cooperación y de convivencia de los bebés, muy alta ya desde los primeros meses, y por supuesto antes de los siete. Pero este sería un dato más y da cuenta de la importancia de la comunicación no verbal en las personas.
Después de saber que el bebé detecta el miedo en los ojos, nos preguntamos, ¿qué sucederá con otras emociones como la sorpresa o el enfado? ¿Será posible detectarlas también solo observando los ojos? ¿En qué medida el resto de gestos faciales influyen en la detección de los sentimientos? En cualquier caso, nos queda bastante claro que los ojos son el espejo del alma...
Vía | Quo
Más información | PNAS
Fotos | Thinkstock
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