Gabriel García Márquez es un escritor (una persona) marcada profundamente por su infancia, algo que se transmite a sus obras a través de personajes, situaciones y reflexiones variadas. También hay unos textos que García Márquez dedica específicamente a reflexionar sobre la infancia: "Manual para ser niño" y "Por un país al alcance de los niños".
En su "Manual para ser niño" nos introduce en una interesante reflexión sobre las artes y las letras en la escuela, cómo es la educación artística o más bien cómo debería ser para no aplastar las vocaciones de los niños. De ello os hablamos hace un tiempo al preguntaros ¿Sabes ya qué tipo de artista será tu hijo?.
Y es que la creatividad ha de ser alentada, destapada, ha de abrirse una vía libre para ella, ya que todos tenemos algún talento. Las preferencias, las vocaciones y las aptitudes que los niños manifiestan desde pequeños hay que identificarlas a tiempo y se toman en cuenta en los procesos educativos orientados por los padres y los maestros, se crearán las condiciones favorables para su desarrollo creativo.
"Un manual para ser niño" forma parte de la colección de documentos de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo de Colombia, y fue difundido por parte del Ministerio de Educación Nacional y la Presidencia de la República a la hora de preparar nuevos planes de estudios.
"Por un país al alcance de los niños" es el documento preliminar que da inicio al Informe Conjunto de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, titulado "Colombia: al filo de la oportunidad" (1994), cuyas recomendaciones fueron presentadas como “una nueva carta de navegación” para marcar los rumbos del desarrollo de la ciencia, la tecnología, la educación y el desarrollo para afrontar el siglo XXI.
Se trata de un texto en el que el autor desentraña un pasado nada idílico de Colombia, marcado por "la abominable herencia colonial", con ansias de riqueza y frente a todo lo cual se ha de oponer la creatividad y las ganas de destacar, de ascender, de "ser artistas", como esos niños del anterior texto.
Y si se quiere un nuevo país para los niños, se ha de cambiar la educación:
Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma.
Gabo nos habla de Colombia, pero... ¿no podríamos colocar sobre bandeja de plata las palabras de García Márquez en cualquier lugar del mundo? Sin duda la educación ha de empezar por formar buenas personas (y no encasillarlas o cortar sus alas) que harán un mejor futuro, un mejor país, un mundo mejor. Otra cosa es cómo empezar a cambiar esto con los tiempos que corren...
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