Si el bebé usará o no chupete es una decisión de los padres. Algunos tienen claro que nunca se lo ofrecerán, otros observan a su bebé y luego deciden, mientras que hay quienes le colocan el chupete nada más nacer.
El chupete no es malo ni bueno, todo depende de cómo se use. Tiene sus ventajas y desventajas. En el caso en que decidáis usarlo con vuestro pequeño, es conveniente tener en claro ciertas recomendaciones que enumero a continuación a modo de Guía del buen uso del chupete.
¿Es necesario el uso del chupete?
Partamos de la base de que el chupete es un elemento artificial creado para sustituir el consuelo que el bebé encuentra al succionar el pecho materno. Hay niños que nunca lo usan, o sea que no es algo imprescindible.
La realidad es que aunque fuese lo ideal, tal vez no siempre esté disponible el pecho de mamá para calmar al bebé. Hay niños que necesitan succionar mucho y para la madre puede ser agotador ofrecer el pecho en todo momento. Por eso muchos padres recurren al chupete para saciar esa necesidad. Es muy curiosa la palabra en inglés para chupete: “pacifier”, que significa pacificar, calmar, tranquilizar.
¿Cuándo ofrecerlo por primera vez?
No ofrecer el chupete al menos durante los primeros quince días de vida del bebé y preferiblemente no antes del mes, cuando la lactancia materna ya esté instaurada. De otro modo, al succionar el chupete de una forma diferente al pecho, podría interferir en la correcta activación de lactancia materna. Cuando todo vaya bien, la postura y la succión sean las apropiadas para la producción de leche, ya se puede ofrecer el chupete. También es cierto que probablemente a los dos meses el bebé ya no acepte el chupete.
Evitar la dependencia
Si ofrecemos el chupete al bebé ante cualquier situación que le provoque angustia acabaremos creando inevitablemente una dependencia. Lo convertiremos en un artículo insustituible para calmar su malestar.
Lo aconsejable es identificar primero la causa del llanto del niño antes de ponerle el chupete en la boca como si fuera un tapón. Si lo que quiere es comer, pues teta o biberón; si está incómodo, cambiar el pañal; si tiene frío, abrigarlo; si quiere mimos, brazos. Colocar el chupete es fácil, pero no solucionamos el problema. Podemos utilizarlo para tranquilizar al niño que se golpea, pero como complemento al consuelo de las caricias.
Sólo cuando es necesario
El bebé no debe tener el chupete todo el día en la boca como si fuera parte de su cuerpo. Es un artículo de consuelo para momentos puntuales.
Si se queda dormido sin chupete, mejor. No asociar indefectiblemente la hora de dormir con el chupete. Hay niños que con caricias y canciones se duermen tan a gustito, sin necesidad de succionar. Eso no quiere decir que no se deba usar el chupete para dormir cuando el bebé lo necesite. A su favor, hay estudios que demuestran que los bebés que succionan el chupete mientras duermen tienen menos riesgo de sufrir el síndrome de la muerta súbita.
Tampoco es imprescindible que el bebé tenga el chupete puesto mientras juega o pasea. Si es un elemento de consuelo y no hay nada que consolar, pues no tiene sentido que el niño tenga todo el día una tetina en la boca. Que por otra parte, puede interferir en el desarrollo del habla. Un bebé que tiene siempre la boca tapada, naturalmente hablará menos.
Evitar problemas en los dientes
Nunca untarlo con sustancias dulces como miel, helado u otros. Al estar en contacto con los dientes puede favorecer la aparición de caries. Con respecto a su forma, son preferibles los chupetes anatómicos cuya tetina se adapte a la forma del paladar.
Sobre si perjudica la formación de las arcadas dentarias, hay que decir que no sólo el uso prolongado del chupete más allá de los tres años puede hacerlo. También chuparse el dedo durante muchos años, masticar la comida siempre de un lado o llevar una dieta predominantemente blanda durante mucho tiempo también pueden causarlo.
Foto | Flickr CC - ff137 En Bebés y más | ¿El chupete genera tranquilidad o dependencia?, ¿Hace falta el chupete?, Cuándo se retira un chupete