Los abuelos son una figura muy importante para nuestros hijos. Junto con padres y hermanos son las personas más significativas en su vida por los cuidados, los mimos, los valores y las enseñanzas que transmiten.
Es muy subjetivo medir la felicidad de una persona, pero según un estudio en el que participaron casi 1600 niños de entre 11 y 16 años procedentes de toda Inglaterra y Gales, los niños que crecen cerca de sus abuelos son más felices.
El autor de la investigación señala que “los niños que interactúan con sus abuelos a diario, son mas felices”. Y añade: "Hemos encontrado que las relaciones cercanas entre los abuelos y los nietos sirven de amortiguación a los efectos de los eventos adversos en la vida, como la separación de los padres, porque [estas relaciones] calman a los niños y les dan seguridad".
Mis hijas han están creciendo lejos de sus abuelos. Pero sólo lejos físicamente. Hoy en día tenemos medios que nos permiten estar en contacto aunque vivamos a miles de kilómetros de distancia. Pero es cierto, se pierde mucho del día a día, el primer diente, las primeras palabras, los primeros pasos, los cumpleaños, e incluso lo más cotidiano como buscarlas al colegio, dar un paseo de la mano… Todo eso se lo pierden.
Intentamos viajar o que ellos viajen para que abuelos y nietas puedan compartir juntos lo máximo posible, pero siempre es menos de lo que todos quisiéramos. Al verse se dan una dosis concentrada de mimos y experiencias que se atesoran en la memoria hasta el próximo encuentro. Mientras tanto, las llamadas telefónicas y las videoconferencias ayudan mucho a acortar las distancias.
Si mis hijas son menos felices por no estar cerca de sus abuelos, no lo creo. Me hubiese gustado que pudieran disfrutarse más, claro. Que ellas se enriquecieran de experiencias vividas con sus abuelos y ellos de su ternura, de la satisfacción de verlas crecer. Pero la vida se dio así, y también me parece importante transmitirles que pueden ser felices con lo que tienen a su alcance.
No viven con la sensación de que les falta algo porque sus abuelos, aunque lejos, están presentes. Para contrarrestarlo, aprendieron a encontrar la felicidad en las personas que les rodean, en sus padres que hacemos de padres y de abuelos, en sus hermanas, en sus tíos y en amigos que han pasado a ser parte de la familia.
Seguramente, muchos de vuestros hijos también tienen a sus abuelos lejos. Me gustaría compartir experiencias. ¿Qué hacéis para mantenerlos presentes en la vida de vuestros hijos?, ¿Creéis que los niños que crecen cerca de sus abuelos son más felices?
Foto | Thinkstock En Bebés y más | Esos maravillosos abuelos