De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, la empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, y aunque suele ser una capacidad innata en las personas, necesitamos fomentarla y alentarla en los niños desde temprana edad.
La empatía es un indicador importante del éxito futuro de los niños, ya que esta habilidad no solo les permitirá trabajar en equipo o ser mejores líderes, sino que también les ayudará en la resolución de conflictos y a la hora de adaptarse a los problemas o dificultades que puedan surgir.
Te compartimos los consejos de los expertos para cultivar la empatía de nuestros hijos desde que son pequeños.
1) Hablad cada día sobre cómo os sentís
Es importante educar a nuestros hijos en una correcta gestión emocional, para que desde pequeños entiendan que todas las emociones son buenas y necesarias, sepan ponerles nombre y transitar por ellas.
Una forma de enseñarles sobre las emociones es a través de nuestro ejemplo, hablando con naturalidad sobre cómo nos sentimos o no reprimiendo nuestra tristeza cuando tenemos un mal día. Poco a poco, nuestros hijos aprenderán a reconocer sus propias emociones y a exteriorizarlas siguiendo nuestro ejemplo. Mientras son pequeños, podemos ayudarles a que se vayan soltando con frases como "pareces enfadado, ¿quieres contarme que te ocurre?", "¿te has puesto nervioso en esta situación?", "te noto triste, ¿te apetece hablar de ello?"...
Hacer asambleas de familia al finalizar el día, en donde nos contemos cómo ha transcurrido nuestra jornada o qué hemos sentido ante las diferentes situaciones que se nos hayan presentado, también es una actividad maravillosa que no solo ayuda a fortalecer vínculos y a conocernos más los unos a los otros, sino a expresar ante los demás nuestros sentimientos y a empatizar con la persona que tenemos al lado.
2) Juegos de emociones
Las actividades relacionadas con la gestión emocional son una de las preferidas por los padres para disfrutar del tiempo junto a sus hijos. Y es que este tipo de actividades no solo nos permiten pasar un buen rato en familia y conocernos más los unos a los otros, sino entrenar la empatía y otras habilidades.
Por ejemplo, cuando nuestros hijos son pequeños podemos animarles a terminar frases como: "me siento triste cuando..." , "me siento alegre cuando...", "me enfado cuando...". También podemos aprovechar estos juegos para conocernos más los unos a los otros, utilizando frases como "creo que mi madre se siente triste cuando...", "a mi hermano le enfadaría que...", "¿quién de este grupo crees que se pondría más contento si ocurriera...?", "¿qué harías si vieras a alguien a quien quieres muy triste?"...
3) Utiliza tarjetas de emociones
Pero hablar de las emociones puede ser una tarea complicada en el caso de los más pequeños, pues carecen de los recursos léxicos necesarios para contarnos cómo se sienten. Los adultos podemos ayudarles recurriendo a las "tarjetas de emociones", un recurso muy práctico que podemos descargar de Internet o bien elaborar nosotros mismos, y utilizar en cualquier momento y situación para que nos cuenten cómo se sienten.
4) Cuentos sobre las emociones
Otro recurso fabuloso para ayuda a los niños a explorar sus emociones es apoyarnos en los libros. Y es que cada vez más editoriales publican títulos relacionados con la gestión emocional, en forma de cuentos que ayudan a los más pequeños a entender lo que están sintiendo en un momento dado y a trabajar la empatía al identificarse con los protagonistas de las historias.
5) Fomenta el juego con muñecos
Jugar con muñecas es una de las mejores formas de enseñar a los niños a desarrollar la empatía y otras habilidades sociales desde que son muy pequeños; beneficios que incluso la neurociencia ha demostrado. Además, las muñecas también son una excelente herramienta para educar a los niños y niños en igualdad, así como para descubrir los intereses de nuestros hijos y sus preocupaciones, al observarlos mientras juegan y escuchar lo que dicen.
Si jugamos con nuestros hijos a juegos de muñecas (por ejemplo, a 'papás y mamás', a 'profesores y colegios'...) podemos aprovechar para pedirles que nos cuenten cómo se siente su muñeco, si está triste o contento, o cómo le cuida para que se sienta feliz.
6) Practica la escucha activa
A la hora de comunicarnos con nuestros hijos hemos de practicar siempre la escucha activa, pues con ello estaremos demostrándoles nuestra disponibilidad e interés en lo que nos están contando. Para practicar la escucha activa hemos de poner todos nuestros sentidos cuando hablamos con ellos, mirarles a los ojos, ponernos a su altura y hacer uso de gestos no verbales (poner nuestra mano en su hombro, abrazar, asentir con la cabeza mientras nos hablan...).
Y es que si queremos que nuestros hijos sean empáticos nosotros también hemos de serlo, y una de las mejores formas de darles ejemplo es demostrando que nos importan sus sentimientos y lo que nos cuentan.
7) Cambia el lenguaje a la hora de dirigirte a tus hijos
Según podemos leer en este documento publicado por la psicóloga y escritora, Michele Borba, sobre la empatía en la infancia, un experimento realizado demostró que cuando cambiamos los verbos por sustantivos a la hora de pedir la colaboración del niño, estos se muestran más dispuestos.
Y es que algo tan sencillo como cambiar un '¿Me ayudas?' por un '¿Querrías ser mi ayudante?' hace que los niños se sientan más capaces, confiados y con mejor autoestima para contribuir y ayudar a los demás.
8) Pon en valor sus buenas acciones
Aunque no se trata de elogiar al niño cada vez que tenga un gesto amable con los demás, sí que podemos poner en valor sus acciones para que él mismo también se de cuenta de cómo ha influido en la otra persona lo que ha hecho.
Algunos ejemplos: 'Gracias por el gesto tan amable que han tenido al sujetar la puerta a la persona que venía detrás de ti'; 'La abuela se puso muy contenta cuando la llamaste por teléfono'; '¿Te has fijado en lo feliz que estaba tu amiga al poder jugar con el juguete que le has prestado?'; 'Debes sentirte muy orgulloso por la forma en la que has ayudado a tu amigo cuando tenía problemas'"....
9) Respeto a otras culturas, razas y formas de pensar
Empatizar con las personas que se parecen a nosotros y que comparten nuestra cultura o forma de pensar es mucho más fácil que hacerlo con quien piensa diferente. Vivimos en un mundo de gran diversidad: diferentes razas, culturas, idiomas, religiones...por lo que es importante mostrar a los niños esas diferencias desde pequeños.
Una forma de conseguirlo es a través de muñecos que fomenten la diversidad y la inclusión social de todas las personas, huyendo de estereotipos y etiquetas. A medida que vayan creciendo también podemos integrarle en debates constructivos dentro de la familia que generen opiniones diferentes, para que aprendan a debatir con respeto y tolerancia.
10) Enseña a tu hijo a cuidar lo que le rodea
Es importante que los niños entiendan que todos debemos cuidarnos los unos a los otros, cada uno dentro de sus posibilidades, responsabilidades y también en función de su edad. Desde regar las plantas que tengáis en casa, hasta atender a vuestra mascota, participar en los cuidados de hermanos más pequeños, preocuparse por el bienestar de otros miembros de la familia, o llevar la compra a vuestro vecino.
11) Enséñale a ver las bondades de los demás
Por lo general, tendemos a fijarnos más en las cosas malas que en valorar las buenas, pero podemos cambiar nuestra mirada con un sencillo ejercicio que nos obligue a poner en valor las cosas positivas que nos han ocurrido en la jornada, así como lo que otros han hecho por nosotros.
Por ejemplo: agradecer a papá que haya preparado una cena tan rica, valorar el buen trato del profesional que nos atiende cuando vamos a comprar, poner en valor el trabajo de los profesores en estos difíciles momentos... Si a diario nos fijamos en los buenos actos de los demás y así se lo hacemos ver a nuestros hijos, estaremos dándoles una importante lección de empatía.
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