Hace mucho calor. Si no estamos cerca del mar o con una piscina cerca, las tardes en casa pueden resultar muy largas. Os propongo, para pasar una tarde divertida un taller de ciencias en el que vamos a jugar y aprender con agua, globos y refrescos.
Vamos a necesitar agua del grifo, recipientes, globos, agujas de hacer media, un refresco de cola (preferentemente coca-cola light) y mentos.
Parte de los experimentos se hacen en casa, pero para algunos de ellos vamos a tener que salir a la calle o al jardín. Os aseguro mucha diversión, niños risueños y agotados pero también muchas cosas aprendidas. Vamos con ello.
Geiser con refrescos
No os asustéis, las explosiones son inofensivas, pero llamarán la atención de los niños y de cualquiera que pase por la calle. Necesitamos una botella grande de coca-cola light y caramelos mentos. Lo ideal es que cada niño tenga su propia botella y que sea una sorpresa, aunque si el niño es asustadizo, podéis avisarle de que se prepare para apartarse corriendo y que van a ver algo muy impresionante.
Las botellas las destapamos y preparamos cuatro o cinco caramelos para cada una. Es importante que los niños los dejen caer dentro de la botella a la vez y se aparten inmediatamente si no quieren mojarse.
Al introducir los caramelos, su superficie rugosa rompe la tensión superficial del líquido y hace que el gas carbónico que hay en el líquido se libere de forma rapidísima, saliendo como un geiser. Les encantará la emoción y os va a costar no repetirlo.
Globos que se hinchan solos
Debemos avisarles para que no se acerquen demasiado al fuego. Ponemos un globo en la boca de una botella de cristal y esta la ponemos al baño maría, en un cacharro con agua al fuego. Al calentarse el aire de dentro de la botella, el globo, aunque no se infla por completo, se levanta, pues el aire se expande y hace que sea evidente que donde antes no había aire ahora si hay, lo que nos llevará a hablar del efecto del calor en los materiales.
Globos que no explotan
Para este experimento necesitaremos globos y agujas de media. A los niños quizá les tengamos que ayudar si su destreza manual no les permite hacerlo solos y tener cuidado para que no se pinchen o jueguen con las agujas.
Primero hincharemos los globos y los pincharemos con las agujas. Explotarán fuertemente. Luego, otros globos iguales, los atravesaremos con la aguja pero lentamente e introduciéndola por los extremos, donde el globo está menos tenso. Al cerrarse en torno a la aguja no saldrá el aire y los globos no explotarán, pudiendo luego quedarse como pinchitos de globo un buen rato hasta que poco a poco irán cediendo.
Haremos otro experimento con globos que no explotan. Uno lo llenaremos de aire y otro con un poco de agua. Al acercar el primero al fuego, explotará, pero el segundo no. La razón es que el agua, para cambiar de estado al calentarse, absorbe la energía y no permite que el globo se caliente tan deprisa. Hay que avisar a los niños para que no se asusten con el ruido y por supuesto, mantenerlos lejos del fuego.
Vasos que no caen
Podemos también hacer que un vaso vuele, aunque parezca imposible. La razón es que, al tapar el vaso caliente, con el aire caliente dentro, con el globo, y meterlo inmediatamente en agua fría, está hace que el aire contenido baje de temperatura y ocupe menos volumen, atayendo al globo un poco a su interior para rellenar el vacío dejado por el aire, por lo que el vaso queda firmemente unido al globo y podemos levantarlo sin que caiga.
Si hicimos días antes el experimento del huevo que se mete en la botella, los niños entenderán el efecto producido en el aire por las diferentes temperaturas, aunque seguirán asombrados al ver la fuerza con la que se mantienen unidos ambos.
El que no lleguen a entender todas las explicaciones de física que les demos no debe preocuparnos, adaptándolas a su lenguaje, pero dejando que esto siembre la semilla del asombro y el deseo de saber más sobre la naturaleza y sus leyes.
Batalla de globos de agua
¿Preparados para mojaros? Tranquilos, primero vamos a ver este vídeo en el que se puede ver perfectamente como explota el globo de agua a cámara lenta. Si tenemos una buena cámara nosotros podemos hacerlo directamente y que después de verlo explotar lo observen lentamente, porque es realmente llamativo lo que sucede pero nuestro ojo no percibe.
Luego nos bajamos a la calle, con una buena provisión de globos ya llenos de agua en casa si no hay una fuente cerca. Haremos primero unos ejercicios. Comenzamos con lanzamientos desde el mismo punto, para que experimenten como afecta la fuerza de sus brazos, la posición de lanzamiento y la gravedad a la parábola de caída, incluso con lanzamientos en vertical.
Experimentamos con la resistencia a la rotura según lo lleno que esté el globo, la dureza o rugosidad de la superficie de impacto, la fuerza dada y la velocidad de caída en altura o en tiros horizontales cayendo en parábola.
¡Y luego, por supuesto, nos perseguimos tirándonos los globos y mojándonos todos corriendo!
Diversión y fresquito, garantizado y también mucha ciencia recreativa con estos talleres con globos y agua. ¿Os vais a resistir?
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