Aunque no es posible prevenir todos los defectos de nacimiento, muchos de ellos sí pueden ser prevenidos y es posible reducir la probabilidad de que los niños nazcan con esos defectos.
Uno de cada 30 bebés nace con algún defecto de nacimiento o defecto congénito. Se trata de un problema que ocurre mientras el bebé se desarrolla dentro del cuerpo de su madre.
Hay muchos tipos de defectos, entre los más comunes están el labio y paladar partidos, dedos adicionales o pegados, espina bífida, miembros pequeños o deformes, cardiopatías congénitas...
¿Qué son las anomalías congénitas?
Las anomalías congénitas forman un grupo heterogéneo de patologías de origen prenatal, siendo la mayoría de ellas de baja frecuencia.
Las anomalías congénitas pueden ser estructurales o funcionales. Las primeras involucran alteraciones morfológicas, afectando a algún tejido, órgano o conjunto de órganos del cuerpo, como las que acabamos de mencionar.
Por otra parte, las anomalías congénitas funcionales son aquellas que interrumpen procesos biológicos peor que no implican un cambio de forma; involucran alteraciones metabólicas, hematológicas, del sistema inmune... Algunos ejemplos son: hipotiroidismo congénito, discapacidad intelectual, tono muscular disminuido, ceguera, sordera...
Las malformaciones congénitas también se pueden clasificar atendiendo a los órganos o sistemas a los que afectan, hablamos entonces de malformaciones congénitas del sistema nervioso, del sistema circulatorio, del sistema respiratorio, del sistema digestivo, de la cara y cuello, de los órganos genitales, del sistema urinario, del sistema muscular...
El origen de muchas de estas anomalías se desconoce, y también se habla de un conjunto amplio y complejo de causas diferentes. Pero sí que se sabe que los efectos producidos por el consumo de alcohol, de tabaco, de ciertos medicamentos, las radiaciones, infecciones como la rubeola y el citomegalovirus o enfermedades maternas como la epilepsia y la diabetes aumentan el riesgo de anomalías congénitas.
Cómo evitar defectos congénitas
Por qué algunos bebés se forman de manera diferente en el vientre de la madre es un misterio. Sin embargo, sí hay algunas cosas que las mujeres embarazadas pueden hacer para evitar los defectos de nacimiento de su bebé o reducir sus probabilidades de aparición, fundamentalmente manteniéndose saludables y evitando ciertos peligros. También existen consejos para las mujeres que aún no están embarazadas pero planean estarlo próximamente.
- Comer bien durante el embarazo y antes del embarazo. Comer suficientes alimentos buenos da fuerza, previene infecciones, desarrolla un bebé sano y ayuda a prevenir complicaciones durante el parto, el sangrado abundante... La dieta del padre antes del embarazo también es importante para evitar defectos en el bebé.
- Ácido fólico. Hay que asegurarse de comer alimentos que tengan ácido fólico y el ginecólogo nos dará un suplemento con este componente. Para las mujeres que estén planeando quedarse embarazadas y para las embarazadas se recomienda una suplementación con una dosis farmacológica de ácido fólico diaria.
- Yodo. También es importante el yodo, ya que una deficiencia de yodo durante el embarazo y primera infancia puede producir una hipotiroxinemia que afecte negativamente al cerebro en desarrollo. Se sugiere la recomendación de suplementos en aquellas mujeres embarazadas que no alcanzan las cantidades recomendadas de yodo con su alimentación.
- Evitar todas las medicinas y drogas durante el embarazo (incluso las que se venden sin receta) a menos de que esté segura que no van a dañar al bebé. Las drogas tienen una estrecha relación con los defectos congénitos del bebé.
- Ni una gota de alcohol. No se conoce qué cantidad mínima de alcohol empieza a hacer daño al bebé, por lo que lo mejor es evitarlo por completo. Sigue siendo necesario concienciar a la población sobre los riesgos del alcohol en el embarazo, ya que es habitual decir que "por una copa no pasa nada".
- Sin tabaco. No solo no ha de fumar la embarazada para prevenir defectos congénitos, sino que tampoco ha de hacerlo su entorno y debe evitar permanecer en lugares con humo.
- Evitar el contacto con los plaguicidas, productos químicos y otros venenos. Si alguien de la familia o cercano usa plaguicidas o venenos, se debe lavar su propia ropa por separado y prevenir que la mujer embarazada sea expuesta a los productos químicos.
- Si ya ha nacido uno o más niños con algún defecto de nacimiento, es más probable que tenga otro, de modo que se hace necesario el asesoramiento genético y es probable que el ginecólogo indique que conviene no tener más.
- Durante el embarazo hay que mantenerse alejada de personas con rubéola o varicela si nunca se han pasado antes y no están vacunadas. Hay que procurar estar al día de la vacunación antes de quedar embarazada y también hay vacunas recomendables y seguras durante la gestación.
- Tener sífilis o herpes durante el embarazo puede causar que el bebé nazca con defectos de nacimiento. Si existen sospecha de estas enfermedades hay que hacerse un examen y tratar las infecciones sexuales lo antes posible.
- Acudir a un profesional de atención médica antes de quedar embarazada para que pueda asesorar sobre la dieta y el ejercicio, comprobar el historial médico de la pareja, el riesgo de defecto congénito, el estado de vacunación de la madre...
- Después de los 35 o 40 años hay un mayor riesgo de anomalías cromosómicas, por tanto planificar el embarazo en edades más tempranas contribuye a la prevención de estas.
- Las mujeres con alguna enfermedad crónica también deben planificar el embarazo y en estos casos es especialmente importante la visita preconcepcional al ginecólogo.
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