Al hilo de la noticia sobre el aparcamiento reservado compartido entre discapacitados y embarazadas en el País Vasco, sobre el que queríamos conocer vuestra opinión, hemos conocido otras iniciativas similares de aparcamientos para embarazadas en el resto del territorio.
Ya expuse mi parecer en el post anterior: considero que, en general, la embarazadas no es una persona de “movilidad reducida transitoria”, como señalan los responsables de estas medidas, sino que la embarazada es una persona de volumen amplio transitorio. Y, en todo caso, que tuvieran plazas propias para no compartir el sitio destinado a personas con otras necesidades.
Ese volumen amplio de las embarazadas nos lleva a necesitar abrir la puerta del coche del todo para salir, separarnos del escritorio, girarnos para pasar por un pasillo estrecho donde hay más gente… Pero en principio, si no hay alguna condición especial en nuestro embarazo, la embarazada se puede mover.
Y bien que se mueven algunas hasta el momento del parto, precisamente buscando que éste se desencadene de manera natural. No estoy hablando de casos extremos como algunas que van a correr maratones, no.
Hablo de un ejercicio moderado y continuo que favorece la dilatación del cuello del útero cuando se aproxima la fecha prevista del parto al tiempo que durante todo el embarazo nos mantiene con una buena salud, evitando problemas circulatorios o musculares que sí nos impedirían movernos.
Evidentemente, el peso y el volumen de la mujer aumenta durante la gestación, y eso puede conllevar algunas dificultades a la hora de realizar algunas tareas como atarse los cordones o levantarse del suelo (póngase cuando acabamos de realizar algunos ejercicios). Pero eso dista mucho de ser “movilidad reducida transitoria”.
Personalmente, estaba más en forma durante mis embarazos que ahora, básicamente porque hacía ejercicio todos los días. Rara era la vez que me perdía mis horas de caminar o de otros ejercicios para fortalecer los músculos abdominales o de las piernas de cara al parto.
Que tal vez ahora pueda correr mejor que entonces, sí, tampoco estaba para hacer maratones. Pero ni necesité correr entonces ni lo necesito ahora (excepto cuando “corro” detrás de las peques). Y es indudable que el estado físico general era mejor. Por supuesto, podía caminar lo suficiente para llegar del coche a mi destino.
Ahora sería incapaz de hacer las abdominales o las “sentadas” en cuclillas que hacía entonces, o los estiramientos, después de meses de preparación y continuidad. En fin, será cuestión de ponerse a hacer ejercicio con las niñas… Y vosotras, ¿os sentiais en forma durante el embarazo o erais más bien de movilidad reducida?
Foto | Ernst Vikne en Flickr
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