Durante el primer embarazo todo son miedos en la mamá primeriza, que suele tomar todas las precauciones de salud posibles, siguiendo los consejos médicos a rajatabla. Probablemente muchas de vosotras os veáis reflejadas en esta situación que me parece bastante habitual, pero, ¿os cuidaríais igualmente en el segundo embarazo?
Seguro que las intenciones de todas es que sí. O al menos en principio, porque seguro que, como yo, conocéis mujeres que ni en su primer embarazo se han preocupado por lo que es la toxoplasmosis, por tomar una clase de preparación al parto o por subirse a una báscula.
Pero, quitando esos casos “extremos” de falta de cuidados, me da la impresión de que las mamás que ya hemos pasado por un embarazo anterior cuidándonos en lo posible, nos relajamos. Y creo que esa relajación podría aumentar exponencialmente cuantos más embarazos tengamos.
Parece que la experiencia nos da un grado, pero sin duda ese grado no debería, por contrapartida, restarnos cuidados durante la gestación, aunque sea difícil. Aquí van unos ejemplos: la aplicación de la crema antiestrías, la prohibición de comer embutido o de tomar un trago de cerveza, la realización de ejercicio físico…
Tenemos menos tiempo
Podemos pensar que algunos de los cuidados recomendados necesitan una dedicación y un tiempo que ya con un hijo en la familia es más difícil de encontrar que antes.
- Esto parece bastante claro en los casos como el de la realización de ejercicio, encontrar una hora diaria para ejercitarse con constancia es complicado. Yo por ejemplo lo he vivido con mi segundo embarazo. Si la primera vez hacía ejercicio prácticamente todos los días, esta vez me ha costado más ser tan constante.
- Las clases de preparación al parto creo que también ven reducida la asistencia de mujeres que ya tienen hijos por falta de tiempo, entre otras razones, como que creemos recordar todo lo que se nos decía entonces, aunque precisamente nos dijeran que había que cuidarse. Yo sí volví a asistir a las clases en mi segundo embarazo, aunque reconozco que casi siempre tenía que salir antes de que acabara la sesión porque era demasiado tarde y quería estar con mi hija para cenar y acostarla.
- Nos relajamos menos. El bebé ya no suele escuchar música clásica en el seno materno como lo hizo su “antecesor”, sino que eso se sustituye por las melodías de las canciones favoritas que escucha el hijo mayor. El yoga, el método pilates o los ejercicios de relajación encuentran menos lugar en nuestra apretada agenda para darnos sus beneficios.
Confiamos en nuestra experiencia
Confiamos en que todo irá bien porque antes nos fue bien. Claro, que si dejamos de hacer lo que facilitó que nuestro embarazo fuera viento en popa, podemos llevarnos alguna sorpresa. No hace falta que recuerde alguna fábula con moraleja.
- La alimentación es uno de los puntos en que más nos relajamos. También me pongo como ejemplo de “inconsciencia” si queremos. Mientras que en mi primer embarazo no probé el embutido ni el jamón serrano, esta vez he caído en la tentación alguna que otra vez. El alcohol o el café son otras “tentaciones” que algunas mujeres embarazadas no pueden dejar atrás ni en su primer embarazo, pero que deberíamos cuidar siempre.
- El peso. Relacionado con el punto anterior tenemos que muchas mujeres no vigilan tanto el peso como en el primer embarazo, dándose casos de engorde excesivo tanto por una mala alimentación como por la falta de ejercicio.
- El cuidado de la piel. Si en el primer embarazo nos preocupábamos de hidratarnos, aplicarnos protector solar y crema antiestrías, en ocasiones esos buenos hábitos se pierden en un segundo embarazo, con el riesgo de que nos salgan manchas o estrías si es que las habíamos mantenido a raya en la primera gestación.
Lo que creo que no sufre variación son las visitas médicas y las pruebas prenatales, que a la hora de saber cómo va creciendo el bebé y controlarlo muy pocas madres se descuidan. Y aunque a todas luces cada punto de los mencionados es importante para nuestra salud y la del bebé, puede que se olviden algunos o varios en los siguientes embarazos.
En cualquier caso, recordamos el decálogo para un embarazo sano y feliz, consejos que son válidos y recomendables tanto para el primer embarazo como para los siguientes. Vamos a mimarnos igual que antes, que nuestro bebé ni nuestro cuerpo note que nos cuidamos menos en los siguientes embarazos.
Foto | jaaron en Flickr
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