¿Qué opinión tienes de las clases de preparación al parto?

¿Qué opinión tienes de las clases de preparación al parto?
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Las clases de preparación al parto son uno de los recursos más conocidos con que cuentan las parejas embarazadas. Cuando una pareja decide tener hijos, todo lo que sucede es nuevo y todo requiere, por lo tanto, de un aprendizaje.

Es por eso que las clases pre-parto son una herramienta muy útil (o debería serlo), para solventar dudas, ofrecer información y sobretodo para anticipar a los padres lo que irá sucediendo tanto a la hora de parir como después de haber parido.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, flota en el ambiente la sensación de que son poco útiles, que no ayudan demasiado o que podrían estar mejor. Es por esta razón que os pregunto: ¿Qué opinión tienes de las clases de preparación al parto?

Siempre que veo a una madre recién parida le pregunto si hizo clases de preparación al parto y seguidamente le pido su opinión. Evidentemente, hay de todo: madres con bebés recién nacidos que son capaces de hablar de crisis de lactancia, de la necesidad de tener contacto piel con piel al nacer o de lo importante que son los brazos para los bebés (imagino que la información recibida acerca del parto será también más o menos completa), pero también madres que expresan un cierto desencanto y que explican que no les han servido de mucho, que eran muy lights o que les decían “esto ya os lo explicarán en el hospital”, transformando un precioso tiempo de aprendizaje en un escaparate para mostrar bañeritas anticólicos, antivuelcos para la cuna, etc.

Mi mujer acudió a algunas clases antes del nacimiento de Jon y pronto las dejó porque se sumaba al sentir de las que piensan que son poco útiles. Traía a casa folletos de cachibaches “muy útiles”, libros que parecían escritos cuando la televisión era en blanco y negro y poca información verdaderamente útil.

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Recuerdo incluso el caso de una madre en la consulta que, preocupada, no dejaba que su hijo mamara más de 10 minutos porque sino el pezón se le agrietaría sobremanera: “Nos dijo la comadrona que nos chupáramos un dedo durante un minuto. Al ver lo arrugado que estaba nos dijo que imagináramos esto mismo en el pezón tras 10 minutos”. Evidentemente tuve que responderle: “Dile a la comadrona que pruebe a comerse una hamburguesa por la nariz, seguro que después de un minuto la tiene echa polvo… es lo que pasa cuando usas una cosa para lo que no es”.

Por otro lado, como he explicado, hay madres que agradecen mucho estas clases porque así reciben una orientación, aprenden sobre el parto y sobre el postparto y llegan más preparadas al momento de ser madre, con información actualizada y con lo más importante tanto para una madre como para un padre: confianza.

Quizás todo dependa de la profesional que te toque, o del centro al que acudas. Quizás dependa de las expectativas de las futuras mamás en torno a la información que quieran recibir. Quizás dependa de ambas cosas…

En cualquier caso, las clases de preparación al parto tienen un objetivo encomiable, que no es otro que dar herramientas a los futuros padres para vivir un parto sabiendo a lo que van y para criar a un hijo con la información necesaria para entender sus comportamientos. Otra cosa es lo que se consiga después y la sensación que les quede a los asistentes.

Fotos | Flickr – David Salafia, Emery Co Photo
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    • Mi experiencia con las clases de preparación al parto fue doble, intensa y muy variadita. En mi primer embarazo, mi seguro privado ofrecía unos cursos de P al P que me parecieron muy interesantes. Hace más de 4 años, pero por lo que recuerdo, eran a partir de la semana 28 y eran unas 5 ó 6 sesiones, teóricas y prácticas en las que nos dieron charlas un ginecólogo, una pediatra y un psicólogo. Las prácticas eran con una matrona de 60 y tantos años que volvía a España de su periplo de años trabajando con ONG por el mundo. No precisamente por el primer mundo. Un personaje entrañable que a mi me ayudó mucho a desdramatizar el momento del parto. Carmen. Fantástica. Éramos unas 10 parejas por sesión y nos daban una charla para dar paso a las preguntas. A mi me sirvió el contacto con otras futuras mamás (y papás) para ver que mis dudas y miedos eran super comunes. Mi expectativa era muy humilde, quiero decir que yo fui por encontrar precisamente eso, experiencias parecidas a la mía, contacto con otras personas, con otros profesionales... Y me lo pasé muy bien porque se habló de todo, no se nos dió doctrina única.

      Todo lo contrario que las clases de P al P de mi centro de salud, donde tuve una mala experiencia con dos matronas. Simultaneé las dos clases porque tenía tiempo libre y me apetecía. Ya lo he contado alguna vez, pero se resume en que mi opinión y mi experiencia allí parece que no eran válidas. Sólo nos pusieron un video (británico o noruego, no recuerdo) de un parto en casa y otro sobra la lactancia materna, también de algún páis nórdico. Lástima que el material audiovisual fuera tan antiguo y básico. No se puede ilustrar la experiencia de un parto estándar con imágenes de un parto en casa, porque no es real, no es lo que ni yo ni mis compañeras nos íbamos a encontrar. Con el video de la LM no tengo nada que objectar. Sí que protesté porque ante mi pregunta sobre la LA, la respuesta fue poco profesional.

      Es mi caso personal e instransferible. Hoy en día, mis hijas van a la pediatra de ese centro de salud con la que tenemos mucha sintonía. Entiendo que los medios de un seguro privado y los de un CAP modesto de un pueblo no tienen nada que ver, pero sólo hacía falta una pizca de imaginación y amplitud de miras para haber hecho las clases más interesantes.

      Pero bueno, que me salgo por la tangente... nadie puede anticipar cómo va a ser nuestro parto, lactancia y primeros meses con el bebé. Creo que lo importante es tomarse esas clases con expectativas ajustadas a la realidad: es un contacto con un profesional y creo que están bien para comunicarnos con otras personas en nuestra situación. Porque, claro... hay tantas cosas que nadie nos había explicado sobre la maternidad...

    • A mi me vinieron muy bien. No nos intentaron vender nada, Es verdad que nos dieron una muestras, pero fueron de cremas que TB me vinieron súper bien.

      Nos explicaron todo nos enseñaron; los fórceps, el cable que a veces les ponen en la cabecita, como se coge un bebe, a cambiar pañales, a bañarlo, a cuidarle el ombligo, a respirar, a dar el pecho, nos hablaron de Lm a demanda y hasta de cómo se hace un bibe. Y por supuesto de toda la teoría del parto natural o cesárea, de lo que necesitaríamos en el hospital dependiendo de si era privado o público, como cuidarnos los puntos o los pezones, desmitificando muchas cosas e ideas de las abuelas. Y muchas mas cosas.

      Yo pienso hoy en ello y me parece que no me falto nada, todas mis dudas fueron resuelta y o note un montón a la hora de pasar esos primeros días. Yo estuve tan contenta que se lo recomiendo a todas. De hecho recuerdo que mi compañera de habitación que no lo había hecho por que le parecía un pérdida de tiempo, al final me dijo que si tenía otro no dudaría en hacerlo, al hablar con migo de ello.

      Pero por supuesto es que mi matrona con más de 30 años de experiencia como partera y ahora como matrona, se apuntaba a todas las clases y cursos de reciclaje para estar siempre a la ultima, se nota que la gusta lo que hace y es un encanto.

      Los cursos de posparto TB fueron muy útiles. Yo creo que a ti Armando te caería muy bien, comparte muchas de tus ideas, pero por supuesto adaptándose a todas las mamas, TB las tradicionales. Yo voy a volver a ir para recordar, por si acaso.

    • Yo había leido ya tanto, que de la teoría saqué pocas cosas nuevas en claro. Aunque me gustó la explicación de cómo son las contracciones y cómo cambian a lo largo del parto, y que nos recordaran que, excepto en los casos en los que está específicamente indicado ir rapidamente al hospital, donde mejor estábamos hasta que la cosa estuviera clara que iba para delante era EN NUESTRA CASITA. (en el resto de clases prenatales en Salamanca no sé si se hará mucho hincapie en esto, o la gente directamente pasa, pero una de las quejas de ginecólogos y matronas en las jornadas de parto natural es que hay demasiadas pacientes prodrómicas ingresadas...)

      La actitud de mi matrona me gustó, a favor del parto más respetado posible y lactancia materna igual. Pero las clases eran frustrantes, porque aunque su actitud era esa, nos preparaba para lo que realmente nos íbamos a encontrar en el paritorio de aquí, que era casi todo lo contrario. O sea, un 'esto es cómo debería ser, pero aquí no lo vais a tener'. Que intentáramos pedir cosas que quisiéramos, o que no nos hicieran lo que no, pero que teníamos pocas posibilidades de que nos hicieran caso. Desde luego, mejor eso que tenernos en la nube de Valencia, pero a mi me resultó muy frustrante.

      Y eché mucho, muchísimo de menos que hubiese un grupo de postparto, que juraría que ahora ya hay, aunque no sé si está funcionando, a ver si me la cruzo un día y le pregunto. Los grupos de postparto deberían ser tan importantes o más que las clases de preparación al parto.

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    • Avatar de mamademateo Respondiendo a mamademateo

      "Muchas matronas se quejan de que las mujeres llegan la hospital pidiendo la epidural. 'Las mujeres ya no quieren sufrir', dicen. Pero la realidad es que el dolor de un parto hospitalario hoy en día no es comparable con el de un parto fisiológico. Las mujeres que entran por la puerta de urgencias lo hacen sabiendo lo que les espera: inmovilización, oxitocina, episiotomía...LOS CURSOS DE PREPARACIÓN AL PARTO PREPARAN A LAS MUJERES, SÍ, PERO NO PARA PARIR -LO QUE LA MAYORÍA DE LAS MAMÍFERAS SABE HACER SI SE LAS DEJA TRANQUILAS- SINO PARA QUE TODO LO QUE SE LES VA A HACER LES PAREZCA NATURAL."

      ("La revolución del nacimiento", Isabel Fernández del Castillo)

      Las mayúsculas son mías, y me disculpo por ellas, no tenía otra forma de resaltarlo.

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    • Avatar de mamademateo Respondiendo a mamademateo

      ¡No se puede decir más claro!

    • A mi las clases de preparación me vinieron muy bien, pero sí creo que depende mucho de quién y cómo las imparta. En mi caso era la matrona del Centro de Salud, una chica joven que sí estaba en la onda de la lactancia a demanda, el mínimo intervencionismo en el parto y nunca nos publicitó ningún artículo, de hecho en varias ocasiones repetía que lo que necesitaban los bebés sobre todo era a sus padres, que lo demás eran accesorios. Pero creo que no dejan de ser el inicio de un camino que debe hacer cada uno, su propia búsqueda de información para obtener los más variados puntos de vista y no quedarte sólo con uno.

      Y me gustaría reivindicar que si las clases preparto me parecieron útiles, aún me gustaron más las reuniones postparto que también organizaba mi matrona, porque muchas veces cuando de verdad tienes dudas y flaqueas es cuando tienes al bebé llorando en brazos y se te han acabado los recursos... Coincidir con otras madres, intercambiar consejos, experiencias y decirnos unas a otras lo hermosos que son nuestros hijos también ayuda mucho.

    • Yo ya he comentado algunas veces que estuve encantada con mis clases. Me apunté a las del ambulatorio y a unas privadas de yoga para embarazadas. Las dos me sirvieron. Las del ambulatorio para saber cosas fundamentales en el parto como tipos de respiración y cuidados de la episotomía, por poner un ejemplo. Las de yoga, a parte de hacer una gimnasia muy suave y muy orientada a reforzar el suelo pélvico, mi mayor ayuda fueron las clases habladas en las que nos demostraron que no debíamos tener el miedo prefijado y ajeno que tenemos casi todas al dolor del parto.

      Aprendí que en un parto perfecto el cuerpo de la madre se abre de par en par y el bebé colabora para salir. Lo que puede hacer la madre es estar lo más relajada posible para dejar que el cuerpo se abra a su ritmo. En mi caso, no tenía nada de miedo y dilaté en pocas horas para ser primeriza. Lo malo fue que mi bebé no quiso salir y hubo que ir a por él.

      Lo único negativo es que las clases acaban con el parto, y cuando más orientación y ayuda necesitamos es cuando tenemos al bebé en brazos (pañales, lactancia, alivio de lloros, etc...). De embarazada, no veía más allá del parto. Pero creo que debería haber clases post parto o incluso, una visita de alguna matrona que nos oriente, una vez después de haber parido.

    • Para mi marido y para mi fue una buena experiencia, el descubrio el mundo de la mujer embarazada y ciertas cosas que desconocia...Y a mi me ayudo a ver el momento parto, sin miedo. Nos dio las clases una Matrona y ya desde el primer dia nos dijo, que ella, nos iba a contar cosas que se cuentan, cosas que ella a vivido. Tuvimos de todo pero despues de 11 meses, me viene a la cabeza, su insistencia en que en dilatación, estuvieramos tranquilas, a ser posible con la luz apagada, los moviles apagados y sin hablar, cerrar los ojos y "descansar". Cuando llego ese momento, lo hice y ahora me doy cuenta que nos ayudo a estar con todas nuestras fuerzas y con la mente clara. Entiendo que no a todas las mujeres y en todas las condiciones es posible pero en la medida de lo posible, te ayuda.

    • Mi experiencia también es buena.

      Yo acudí a las sesiones de preparto y de postparto de mi ambulatorio. Las sesiones preparto me sirvieron de mucho. La matrona que es encantadora, nos explicó muy bien todos los procesos del parto, el puerperio y la lactancia. Además de charlas muy instructivas, nos preparó psicológicamente para lo que venía. En relación a los ejercicios, nos enseñó ejercicios muy válidos para la espalda, la circulación y sobre todo los de respiración que yo si necesité y utilicé en mi parto que fue muy largo.

      Una vez parir, nosotros teníamos clases cada semana para hacer ejercicios para recuperar la zona perineal además de ayuda a la lactancia materna.

      Estas clases nos servía también para hablar entre las madres y solucionar muchas dudas que te surgen. Además acudíamos con nuestros hijos y era precioso ver la evolución de todos.

      En resumen, muy prácticas.

      Un saludo

    • Las primeras clases me las dió la matrona fija del centro de salud. Venía a la clase, nos explicaba el tema que tocaba, hacíamos ejercicios de respiración y a casa.

      Un día vino una matrona nueva a sustituirla temporalmente, Inma. Nos explicaba el tema que tocaba, pero después pedía nuestra opinión, podíamos hacer preguntas, comentar. Después la gimnasia y relajación.

      Nos explicó el porqué de las pruebas que te hacen durante el embarazo, qué le hacen al bebe al nacer, nos enseñó un video real de un parto en el hospital que nos tocaba a la mayoría, nos habló de las matronas que, seguramente, nos atenderían en nuestro parto. Qué pedir, qué no permitir que nos hagan. Sobre la lactancia... todas hemos dado el pecho y algunas continuamos después de 1 año. Sobre el cuidado del bebe. Qué productos no son necesarios.

      Nos abrió los ojos y nos dió los conocimientos necesarios para afrontar el embarazo y el puerperio sin miedo, bien informadas y con mucho amor hacia nuestro bebe.

      Soliamos poder hacer esas preguntas que todas nos guardamos dentro por vergüenza. Alli se hablaba de todo.

      Fue más que una matrona. Podíamos pasar a preguntarle sobre cualquier tema en cualquier momento. Nos ofreció apoyo, conocimiento, cariño, comprensión...

      Le estaré siempre agradecida, creo que si me siento preparada y fuerte para tomar según qué decisiones es gracias a ella.

      Pero, tengo que decir, que no conozco a muchas mamas que hablen bien de los cursos de preparación al parto. Generalmente no les sirven de mucho.

    • Pues a mí me fue muy mal. Como era un embarazo de alto riesgo, no tenía ni control en el Centro de Salud ni tenía matrona, aunque la pedí, pero me dijeron que no, que sólo revisiones por el ginecólogo. Cuando tenía 20 semanas fui para apuntarme a las clases de preparación al parto y me dijeron que, como era gemelar, no podía asistir!!!! Me indigné y le dije que, por lo menos, quería ir a oir las charlas y fui. Bueno...sólo fui a tres porque, la verdad, las clases (por lo poco que vi) estaban centradas en el momento del parto (respiraciones...) y, mientras las demás mamás estaban haciendo la gimnasia, yo estaba sentadita en una silla, aburrida... Tampoco me hablaron de clases postparto y ni siquiera en el hospital donde nacieron mis hijos nos explicaron NADA!!! Incluso pedí que me enseñaran a bañarlos, a darles el pecho (no sabía si a los dos juntos, por separado...no sabía nada!!), pero coincidió que esos días hubo muchos partos y pocas enfermeras y matronas y nadie nos ayudó!! Sólo recuerdo una gran bronca de una enfermera (de broma le pusimos el mote de "Rosa, la enfermera diabólica") x utilizar toallitas!!! Eso sí: los niños estuvieron muy bien "atendidos" al nacer. Con todo lo que sé ahora, algunas cosas hubieran sido de distinta forma...Menos mal que con el amor tan grande que sientes por tus hijos, todo va saliendo y, aunque no sepas si lo estás haciendo bien o mal, lo haces lo mejor que sabes y que puedes.

    • LA VERDAD es que a nosotros nos vino muyyy bien., fue muy lindo compartir con otras futuras mamas todo lo que nos pasaba., es nuestro caso estabamos solos sin familia aca y la matrona fue como una abuela de la que todos tanto hablan., me ayudo muchisimo incluso una vez nacida mi beba seguia llendo para que me enseñe a darle bien de mamar ya que no sabia ni como cogerla., aunque ella mucha ayuda no necesitaba jeje pero tuve un pezon a punto de cortarse y era mala postura mia que ponia ami bebe., en conclucion fue una experiencia que la haria una y mil veces!

    • En nuestro caso se podría decir que nos sirvió una parte, me explico: Por un lado íbamos los dos juntos a lo que eran las sesiones teóricas, que impartía un tocólogo y en las cuales nos habló de los cambios en el cuerpo de la mujer, el proceso que sigue el parto, lo que pasa después... y esta parte estuvo muy bien y nos aclaró muchas dudas. Además, el médico que las daba era un tío muy cachondo y lo hacía muy amena. Por otra parte mi mujer acudía a las clases prácticas donde lo único que hacían era repetir una y otra vez los ejercicios de respiración, de contracción y cosas por el estilo, y según mi mujer esto no le sirvió para nada, ya que a la hora de la verdad ni respiraciones ni leches, apretó tres veces y la peque salió enseguida, de hecho en el paritorio estuvimos unos 10 minutos. Así que supongo que depende un poco de quien y como te den las clases, y del provecho que les saques más adelante.

    • Depende de la persona que lo imparta, definitivamente. Yo tuve mucha suerte con la matrona de mi centro de salud, partidaria de la lactancia materna y el parto natural (reconozco que en mi primera consulta me dejó un poco asustada, aunque después la entendí). Cuando asistí durante mi primer embarazo se me quitaron muchos miedos, cosa que agradecí enormemente porque me daba terror el momento del parto. Normalmente veíamos un vídeo, después simplemente hablábamos, preguntábamos, ella explicaba cosas como madre de tres hijos y matrona durante muchos años. Y siempre practicábamos las respiraciones, hacíamos relajación y gimnasia. Sé, por comentarios de amigas que acuden a otros centros de salud, que no todas las clases son así, ni parecidas. Una amiga se quejaba de que su matrona sólo les explicaba cómo tratar a las visitas cuando fueran a verles tras el parto, ... A mí me fue tan bien con el primer parto que con el segundo embarazo, aunque tenía programada la cesárea con muuuucha antelación, no dejé de asistir, incluso el último mes en el que me recomendaron reposo relativo, simplemente dejé de hacer la gimnasia, pero me gustaba ir a escuchar y a preguntar. En fin que ójala todas las matronas fueran así.

    • Mi experiencia con las clases de preparación para el parto fue muy buena, yo tuve mi parto en EU en una maternidad, y fue excelente! Las parteras se portaron de lo mas profesionales y son excelentes profesoras, se aprecia que ellas se mantienen actualizadas y buscan lo mejor para los nacimientos que tienen a su cargo...

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