Si estás buscando un bebé, quizá este mes de julio sea el que te de la mayor de las alegrías y descubras que estás embarazada. Si es así, queremos analizar las ventajas e inconvenientes que tendrás a la hora de vivir tus nueve meses de embarazo en la época del año que te toca, así como el mes en el que nacerá tu bebé.
Ventajas y desventajas de quedarse embarazada en el mes de julio
En el hemisferio norte, y en concreto en España, el mes de julio es el más caluroso del año, lo que puede causar algunos inconvenientes a las embarazadas. Pero julio también es el mes de la luz, las interminables horas de sol y las vacaciones de verano, factores que propician la concepción.
Quedarse embarazada en julio tiene grandes ventajas que irás descubriendo a lo largo de todo tu embarazo. Pero no te vamos a engañar; también hay algún pequeño inconveniente, si bien estos se olvidarán cuando veas la carita de tu bebé.
En cualquier caso, si quieres saber ya mismo todas las ventajas e inconvenientes que te esperan a lo largo de los próximos nueve meses, te lo detallamos a continuación por trimestres.
Primer trimestre: agosto, septiembre y octubre
Entre las molestias típicas del primer trimestre de embarazo están las náuseas. No en vano, se estima que aproximadamente el 80% de las embarazadas las sufren, y es realmente angustiante. Las náuseas empeoran con el calor, por lo que dependiendo del momento exacto de la concepción, es posible que dos de los tres primeros meses de embarazo los vivas en pleno verano, con todo lo que esto supone.
También el cansancio y el sueño, síntomas habituales durante el primer trimestre, podrían acrecentarse en esta época del año debido a las altas temperaturas.
Otro aspecto que deberás tener en cuenta es que, si bien no se contradice específicamente el hecho de viajar durante el primer trimestre de la gestación (siempre que no se trate de un embarazo de riesgo o el médico así lo considere), no suele ser lo más recomendable, especialmente si vamos a viajar largas distancias. Ten en cuenta además, que durante las primeras semanas deberás visitar con relativa frecuencia a tu médico o matrona para realizar las primeras revisiones y analíticas de embarazo.
¡Pero no todo es malo! Si tienes la suerte de vivir un primer trimestre libre de síntomas (o al menos, que estos sean llevaderos), estar embarazada en verano también tiene aspectos muy positivos. Para empezar, no tienes tripita que te incomode a la hora de descansar o disfrutar, además de disponer de más tiempo libre para ir preparando la llegada de tu bebé.
Segundo trimestre: noviembre, diciembre y enero
Las mujeres que se quedan embarazadas a lo largo del mes de julio, viven el segundo trimestre del embarazo entre los meses de noviembre y enero, con las fiestas navideñas como protagonistas.
Puesto que el volumen de la tripa durante la segunda parte de la gestación todavía no es abultado, podrás disfrutar al máximo de la Navidad, una fecha que si ya de por sí resulta mágica, durante el embarazo se vive con una especial ilusión.
Eso sí, deberás cuidarte mucho de las comidas copiosas en estas fechas, pues agravan síntomas digestivos como la acidez o el estreñimiento, que empiezan a ser acusados durante el segundo trimestre. También es importante que te tomes con calma las compras y preparativos navideños, así como los compromisos con familiares y amigos.
Por último, recuerda cuidar especialmente tu salud en esta época de frío, pues los catarros y la gripe propia de esta estación del año provocan síntomas muy molestos durante el embarazo, elevando también el riesgo de complicaciones.
Tercer trimestre: febrero, marzo y abril
La última etapa de tu embarazo la vivirás a las puertas de la primavera. Notarás cómo los días empiezan a alargarse, las temperaturas a suavizarse y... ¡el polen empezará a hacer de las suyas!
Y es que durante los meses de febrero y marzo polinizan algunos de los árboles que con más frecuencia encontramos en las calles y parques de las ciudades, como el ciprés común, el abedul o el plátano de sombra.
Si eres alérgica al polen y sufres picor de nariz y ojos, estornudos, lagrimeo o asma debes saber que no todos los medicamentos para tratar la alergia son compatibles durante el embarazo, por lo que es fundamental ponerse en manos de especialistas que te indiquen el mejor tratamiento a seguir, pues ciertos síntomas mal controlados o no tratados podrían poner el peligro tu salud y la de tu bebé.
Si por el contrario, no sufres alergia primaveral, podrás disfrutar al máximo de esta última etapa de tu embarazo y aprovechar para pasear y ejercitarte al aire libre, y así afrontar el parto con la mejor condición física posible.
Cuándo nacerá tu bebé
Quedarse embarazada en el mes de julio implica que tu fecha probable de parto será en marzo o abril, dependiendo del momento del mes en el que se haya producido la concepción.
Nacer en primavera tiene grandes ventajas, ya que los días comienzan a tener más horas de luz y las temperaturas se vuelven cada vez más agradables, lo que facilita que puedas salir a pasear con tu bebé casi desde el primer día, beneficiándose de la vitamina D del sol que tanto necesita.
Para la reciente mamá dar a luz en primavera también tiene aspectos muy positivos, pues pasar tiempo al aire libre y al sol te ayudará en tu recuperación postparto y mejorará tu estado anímico. Además, de cara al verano ya estarás completamente recuperada para disfrutar de tus primeras vacaciones con tu bebé.
Si atendemos al carácter del bebé según la época del año en la que nacerá (un dato curioso, aunque completamente anecdótico), una investigación llevada a cabo por el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología de Berlín concluyó que los niños y niñas nacidos en primavera tienden a mostrarse más optimistas y enérgicos que los nacidos en las otras estaciones del año.
En cuanto a la salud del bebé durante sus primeras semanas de vida, si bien las "itis" típicas del invierno ya habrán desaparecido, nos adentramos en una época del año en la que proliferan otro tipo de virus responsables de enfermedades como gastroenteritis, conjuntivitis y otitis. Mucha precaución, especialmente si el bebé tiene hermanos en la guardería o en cole.