En las Estadísticas Sanitarias Mundiales de 2009, la recopilación anual que realiza la OMS en base a los datos de sus 193 estados miembros, encontramos una noticia positiva, a pesar de que todavía queda muchísimo por hacer.
Señala que la mortalidad de los niños menores de 5 años ha disminuido en un 27% entre los años 1990 y 2007. Aunque sigue habiendo un montón de muertes evitables, han pasado de 12,5 millones a 9 millones en 17 años.
A mitad del periodo entre el 2000 y 2015, meta para conseguir los Objetivos del Milenio, los avances son bastante alentadores. La mira está puesta principalmente en reducir las tasas de mortalidad neonatal, uno de los focos más acuciantes.
Se estima que el 37% de las muertes de los niños menores de cinco años se producen en el primer mes de vida, la mayoría en la primera semana.
Las vacunas, el uso de terapias de rehidratación oral durante episodios de diarrea y algo tan simple como el uso de mosquiteros con insecticida están siendo de gran ayuda para que mueran menos niños. También es remarcable que un 65% de los partos mundiales son atendidos por personal cualificado.
De todos modos, estos avances dependen de muchas cosas y todavía queda muchísimo por mejorar en aspectos como el saneamiento y el acceso al agua potable, así como la disponibilidad de medicamentos. Pero desde luego es una pequeña esperanza saber que se salvan cada vez más vidas. Lástima que algunos tengan todavía tan poco.