La alimentación con leche materna es probablemente la intervención que, con menores costes económicos, consigue mayores beneficios sobre la salud de las personas.
La lactancia materna ha demostrado tener enormes beneficios tanto para el bebé, -a nivel alimenticio, inmunológico y afectivo-, así como también para la madre. Hoy nos centraremos en once importantes beneficios que tiene amamantar a tu bebé desde el nacimiento.
Tanto la OMS como UNICEF, recomiendan el inicio temprano de la lactancia -durante la primera hora siguiente al nacimiento-, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y la continuación hasta los dos años de edad o más, con la incorporación de alimentos complementarios a partir de los seis meses.
Beneficios de la lactancia materna para tu bebé
1) Actúa como la primera vacuna "natural"
La leche materna puede considerarse como la primera inmunización que recibe un bebé justo tras su nacimiento. El calostro y la primera leche materna contienen componentes antiinfecciosos, nutrientes y también anticuerpos para protegerlos de graves enfermedades que afectan a los bebés.
La leche materna mejora el sistema inmune del bebé y desarrolla bacterias beneficiosas para el intestino del bebé, actuando como una vacuna natural frente a bacterias y virus que pueden desarrollar enfermedades.
2) Protege al bebé frente a enfermedades
La lactancia materna protege al bebé de infecciones respiratorias como catarros, bronquiolitis, neumonías, etc; previene enfermedades como obesidad, hipertensión, diabetes, aumento del colesterol y reduce el riesgo de alergias.
También protege frente a la enterocolitis necrotizante, una enfermedad muy grave que se da en recién nacidos -especialmente en bebés prematuros-, que provoca la destrucción de partes del intestino.
Asimismo, protege frente a infecciones gastrointestinales e incluso urinarias.
3) Protege frente a la muerte súbita
Un meta-análisis concluye que los niños que toman pecho tienen un 60 por ciento menos de probabilidad de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Este efecto protector es mayor si el bebé toma sólo leche materna y mayor si la toma de manera prolongada. En tal caso las cifras son aún mejores, puesto que el riesgo de los bebés que toman lactancia materna exclusiva es de un 73 por ciento menos.
Cuanto más tiempo se dé el pecho al bebé, mayores beneficios para su salud.
4) Proporciona contacto físico y promueve el vínculo
El amamantamiento proporciona contacto físico a los bebés lo que les ayuda a sentirse más seguros, cálidos y consolados, promoviendo el vínculo con la madre.
Desde el nacimiento se recomienda poner al bebé al pecho nada más nacer durante la primera hora de vida. Es un momento clave, dado que se establece lo que se conoce como impronta afectiva que favorece el vínculo entre los dos y la instauración de la lactancia materna.
5) Le aporta los nutrientes que necesita en cada momento
La leche materna se adapta a cada etapa del bebé, aportándole lo que más necesita en cada momento de su crecimiento. Por ejemplo, la leche materna de las madres que dan a luz a bebés prematuros es diferente de las que tienen bebés a término, actuando como un medicamento natural: aumenta los niveles proteína, sodio, grasa, y aminoácidos libres, a la vez que presenta niveles más altos de factores inmunológicos.
A medida que el niño va creciendo la leche también se vuelve más enérgica y calórica. No en vano, y en contra de lo que se suele creer, a partir del primer año aumenta en la leche materna el contenido en grasa y calorías.
Además, adapta su composición cuando el bebé enferma y le ayuda a recuperarse antes.
6) Previene enfermedades futuras
La lactancia materna ayuda a prevenir enfermedades futuras (de aparición en edades más adultas) como el asma, alergias, obesidad, enfermedades inmunitarias como la diabetes, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la arterioesclerosis y el infarto de miocardio.
Incluso parece tener cierta protección frente a linfomas y algunos otros tipos de cáncer.
7) Mejora el desarrollo dental
Dar el pecho al bebé contribuye a que su boca se desarrolle correctamente. El movimiento que realiza al mamar le ayuda a prepararse para la masticación y favorece la correcta respiración.
Los niños amamantados tienen un mejor desarrollo dental con menos caries y problemas de ortodoncia, puesto que reducen hasta en un 50 por ciento el riesgo de maloclusiones dentales.
8) Potencia el desarrollo intelectual y neurocognitivo
Potencia el desarrollo intelectual gracias a que la leche materna tiene componentes específicos que son fundamentales para el desarrollo del cerebro.
Diversos estudios demuestran que los niños alimentados con leche materna durante más tiempo presentan mayor facilidad en funciones ejecutivas, planificación, inteligencia social y emocional, con el lenguaje e incrementa su interés por las relaciones sociales.
9) Se digiere mejor
Gracias a su composición "mágica" que se adapta a las necesidades del bebé en cada etapa de crecimiento, la leche materna se digiere mejor que cualquier leche artificial.
Muestra de ello, es la cantidad de tomas que hace el recién nacido. Al digerirse tan rápido, especialmente los primeros días (muchas veces hacen deposición a la vez que comen), los recién nacidos necesitan realizar tomas de pecho muy frecuentes: entre 8 y 12 tomas al día, a veces incluso más.
10) Reduce los cólicos del lactante
Al digerirse mejor, y al no tragar aire debido al agarre anatómico del bebé al pezón, los bebés que toman leche materna sufren en menor medida gases y los conocidos como cólicos del lactante.
Habitualmente los cólicos del lactante se inician en torno a la tercera semana de vida y desaparecen hacia el cuarto mes. Hablamos de cólico del lactante cuando hay llanto de más de tres horas al día, más de tres días a la semana y durante más de tres semanas.
11) Ayuda a la relajación y al sueño del bebé
La liberación pulsátil de oxitocina produce en la madre sentimientos de amor hacia su hijo, así como de bienestar, confianza o autoestima, y en el lactante produce relajación, serenidad.
Además, durante las horas nocturnas la leche materna posee un contenido más elevado de algunos nucleótidos, componentes del ADN, y mayor contenido de prolactina, triptófanos y melatonina, que actúan como inductores del sueño, lo cual contribuye a que el bebé desarrolle unos ritmos saludables de sueño y vigilia.
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