Un nuevo estudio refuerza lo que anteriormente ya se consideraba bastante probado: la lactancia materna protege de la muerte súbita.
Según explican los autores, que publican este estudio en la Revista Pediatrics este mes, desde hace 20 años las campañas de la prevención para reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita han incluido acertadamente la recomendación de amamantar, aunque esta recomendación no se hace en todos los países o con suficiente claridad.
El objetivo del estudio es analizar objetivamente los índices de muerte súbita en relación con el tipo de alimentación del bebé y son bastante claros, amamantar reduce el riesgo de forma patente. Se tomaron como objeto del estudio 333 bebés fallecidos de muerte súbita y 998 bebés vivos que servían como grupo de control. La evidencia final indicaba que la lactancia materna reduce el riesgo de muerte súbita a la mitad a cualquier edad al menos hasta los seis meses, que es la edad máxima que analizaron. Desde mi punto de vista las campañas, al menos en España, son muy poco efectivas, y no transmiten la importancia del amamantamiento para prevenir este y otros graves problemas de salud infantil. Tampoco van acompañadas de apoyo real a las madres ni de la formación adecuada en los profesionales, y como demostración evidente, fracasa el sistema de protección a la salud cuando las cifras de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses en España son mínimas y no se corresponden con la capacidad natural de las madres para alimentar a sus hijos.
La lactancia materna protege de la muerte súbita y hace que nuestros bebés tengan la mitad de posibilidades de sufrirla. Es un dato muy importante a tener en cuenta y que autoridades y profesionales tienen la obligación de explicar a la población.
La falta de preparación o las presiones comerciales no pueden estar por encima de la necesidad de apoyar a las madres para que puedan amamantar y transmitirles información veraz, sin ocultarles datos ni minimizar los riesgos asociados a los sucedáneos de leche la materna.
El que las autoridades sanitarias se comprometan de verdad con la salud infantil supondría que apuesten por Información y apoyo real a las madres. Solamente de ese modo se puede conseguir que todas las madres que deseen amamantar lo hagan y que, seguramente, muchas más deseen hacerlo. Reducir el riesgo de muerte súbita a la mitad es un buen motivo para hacerlo.
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