Hace unos días os explicamos cómo es el pipí de los bebés y qué debíamos tener en cuenta si cambiaba de color, olor o apariencia. Como orina no es lo único que un bebé elimina, vamos a hablar hoy de su amiga la caca, explicando cómo es la caca de los bebés, cómo va cambiando en el tiempo y cuáles son los signos que nos tienen que poner en alerta, por si estuviera pasando algo.
La primera caca, que podemos llamar también heces para hacerlo más fino, es expulsada por el bebé durante los primeros días de vida. Se trata del meconio, una sustancia densa, pegajosa y de color verde oscuro o incluso negro que "residía" en los intestinos del bebé y que debe eliminar para poder digerir bien la leche. El meconio, si os preguntáis qué es, son los restos de la gestación, células muertas y secreciones del sistema digestivo combinadas con líquido amniótico, moco, lanugo y en definitiva todo lo que ha ido entrando por su boca.
En el proceso de eliminación del meconio las cacas irán cambiando de color, dejando poco a poco de ser tan oscuras para pasar a coger un tono amarillo verdoso y finalmente un color mostaza con grumitos, que es el color normal y habitual de las heces de un bebé.
La consistencia de las cacas del bebé
Muchos padres dudan de si es normal que su hijo o hija haga unas cacas tan blanditas, tan deshechas, y llegan a preguntar si no es posible que tenga diarrea. Tirando de lógica, si el bebé sólo toma líquidos, lo más normal es que las heces sean blanditas, a veces tirando a casi líquidas.
Sólo cambian un poco si un bebé no toma leche materna y toma leche artificial. En tal caso las cacas adquieren un color amarillento tirando a canela y son más consistentes, normalmente porque la digestión de las fórmulas para lactantes es más lenta y tediosa que la de leche materna, que al estómago le llega como anillo al dedo, es decir, siendo una digestión fácil y rápida (a menos que algún alimento consumido por la madre produzca algún tipo de molestia o reacción).
En caso de que las heces del niño sean duras y secas, ya sea tomando pecho o biberón, podríamos pensar que está tomando poco líquido o que está eliminando demasiado por culpa del calor, la fiebre o por alguna enfermedad. Si esto sucede más adelante, cuando ya come alimentos sólidos que podrían causar estreñimiento (cereales, plátano, zanahoria,...), podríamos pensar que necesita comer más variedad, disminuyendo la cantidad de los que le estriñen, pues podría estar comiendo demasiados.
Cambios en el color de las heces
Los cambios puntuales de color y de consistencia suelen ser normales. Si por ejemplo una digestión se hace más larga porque ese día ha tomado cereales u otros alimentos que requieran de más tiempo para ser digeridos la caca tiene un tono verdoso, si el bebé toma un suplemento de hierro serán marrón oscura o casi negra y si tiene el culete irritado, hasta el punto de tener alguna herida exterior o fisurita pueden aparecer vetas de sangre. Si en cambio se observa más cantidad de sangre, mucosidad o agua sería recomendable comentarlo con el pediatra pues podría estar sufriendo algún tipo de infección como una gastroenteritis o algún problema intestinal.
La diarrea o gastroenteritis en el bebé
A veces, como he comentado, puede ser difícil saber cuándo el bebé tiene diarrea, puesto que ya de por sí hacen muchas deposiciones a lo largo del día y éstas son líquidas o semilíquidas. Digamos que el signo más claro sería el incremento en la frecuencia, quizás hasta hacer dos por toma, y ver que las cacas son aún más líquidas de lo que eran. La diarrea suele ser un síntoma de infección intestinal (gastroenteritis) aunque también puede deberse a algún cambio en la dieta. Si toma leche materna, pocos cambios hará, claro, así que la diferencia puede haberse producido en la alimentación de la madre.
Lo que debe preocuparnos en caso de diarrea, sea cual sea la causa, es el riesgo a que se produzca una deshidratación. Como estamos hablando de bebés lactantes, bebés que toman leche, el tratamiento no es otro que seguir dándoles de comer de manera frecuente, es decir, leche materna a demanda o biberón a demanda. En cualquier caso, si queréis más información, os remito a la entrada que escribí hace un tiempo acerca de la dieta de los bebés y niños cuando tienen diarrea.
En caso de que tenga fiebre es recomendable preguntar al pediatra. Si hablamos de un menor de 3 meses mi recomendación es llevarlo directamente al hospital, por tratarse de un bebé pequeñito que está teniendo una infección, siendo necesario controlarla y tratarla. Si es mayor podemos acudir al centro de atención primaria para que su pediatra lo valore.
La frecuencia de las deposiciones
Es muy difícil decir cuál es la frecuencia normal de deposiciones de los bebés porque varía mucho entre un bebé y otro. Muchos bebés hacen caca al poco tiempo de hacer la toma, esto se debe al llamado reflejo gastrocólico, por el que el sistema digestivo se activa al entrar alimento en el estómago. Otros en cambio tienen una frecuencia menor y llegan a hacer una deposición al día, o a veces incluso ninguna (una cada dos o tres días, abundante). En tal caso habrá que ver si esa baja frecuencia se debe a un proceso normal, es decir, a que el niño tiene ese ritmo o si hace pocas cacas porque come poco. Si es lo primero, no pasa nada. Si es lo segundo, puede ser muy peligroso para su salud, pues podría estar desnutriéndose.
Hacia el mes o dos meses muchos bebés que toman leche materna hacen una sola deposición a la semana. Es decir, al principio llevaban un ritmo de 5-8 al día, más o menos, y de repente hacen una sola en muchos días. Esto es normal y se debe a que la leche materna genera muy pocos deshechos sólidos como para que el sistema digestivo del niño los tenga que eliminar. Por eso no se considera un problema ni se le llama estreñimiento. Lo sería si el bebé hiciera una deposición por semana y ésta fuera dura. Entonces sí hablaríamos de estreñimiento y entonces sí habría que buscar alguna solución. Si en cambio la caca es blanda, el niño se alimenta con normalidad y está aumentando bien de peso, no hay que hacer nada.
Los bebés que toman leche artificial, en cambio, tienen que tener un ritmo de deposiciones más constante. Lo normal es que hagan al menos una deposición al día. En caso de que no sea así, deberemos observar si a la hora de hacer caca está haciendo mucha fuerza, si le cuesta, vamos, pues en ese caso es posible que las heces sean más duras de lo deseable y entonces podríamos estar hablando de estreñimiento.
En tal caso, un cambio de leche puede solucionar el problema, cambiando la que se esté utilizando por una de otra marca o por su versión más digestiva. Antes las llamaban antiestreñimiento y ahora las suelen llamar Digest o algo similar, porque han unido la anticólicos y la antiestreñimiento en un solo producto con un nombre más "digestible". Si esto no fuera suficiente habría que hablar con el pediatra para que valore la necesidad de utilizar algún laxante de bebé.
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