Días atrás os hablábamos de citomegalovirus congénito en el embarazo, una infección por virus bastante frecuente que se transmite a través de los fluidos corporales.
Al pasar al bebé a través de la leche materna, la madre infectada por citomegalovirus puede llegar a plantearse la conveniencia de dar el pecho o no a su bebé, pero la recomendación es que no dejes de amamantar.
Es especialmente peligroso que la mujer embarazada se contagie el virus, pues puede tener consecuencias graves en el feto, pero una vez que el bebé ha nacido, suele ser asintomática a lo sumo pasa como una especie de gripe. De hecho, la mayoría de los niños se infectan a lo largo de su infancia y ni siquiera presentan signos.
Además, así como la madre puede pasar el virus a través de la leche, también puede pasar anticuerpos, haciendo que sea menos probable que se contagie.
El citomegalovirus sí es una amenaza para los niños inmunodeprimidos y bebés prematuros. En ese caso, si la madre es portadora del virus, éste puede pasar al bebé, por tanto, o bien se opta por pasteurizar y congelar la leche para inactivar el virus y así disminuir el riesgo potencial de contagio, o se recurre a la donación de leche materna.
Por tanto, un bebé sano nacido a término, cuya madre sea portadora del virus del citomegalovirus debe seguir recibiendo su leche. Considerando los grandes beneficios de la alimentación con leche materna frente a los posibles riesgos, no es una contraindicación para dejar de amamantar a tu bebé si es lo que has decidido.
Foto | Mothering Touch Más información | AEPED En Bebés y más | Razones médicas para no amamantar (II), Falsas contraindicaciones para la lactancia materna