Cuando estás embarazada tienes claro que amamantarás a tu bebé cuando nazca: la leche materna es el mejor regalo que le puedes dar.
Sin embargo, ya con tu bebé en brazos te encuentras con que la lactancia no es el camino de rosas que imaginabas. Tu pequeñín rechaza el pecho. Te sientes culpable, desesperada, pensando que estás haciendo algo mal. ¡Error! Las razones por las que el niño puede rechazar mamar de uno o de los dos pechos son muy variadas. Y tú no tienes la culpa.
Lo primero que hay que hacer es descubrir qué causa el problema para solucionarlo y disfrutar así de la lactancia.
Causas que provocan su negativa a la lactancia
El bebé puede evitar mamar de un pecho a los dos, bien al principio de la lactancia e incluso cuando ya estaba bien instaurada (entre los ocho meses y el año, normalmente).
Comenta Alba Padró, asesora de lactancia de Alba Lactancia Materna e IBCLC, en Latapp, que:
“Si el bebé rechaza el pecho a esa edad, podemos considerar que esta reacción se parece más a una ‘pausa’ que al fin de la lactancia ya que el destete natural suele producirse a partir de los dos años y medio, y no tan pronto. Por lo tanto, podríamos hablar de 'huelga de lactancia' y necesitamos saber porqué el bebé ha iniciado una huelga a esta edad”.
Pilar Martínez, farmacéutica, asesora de lactancia, IBCLC y autora de varios libros sobre lactancia, enumera algunas de las causas que pueden estar detrás del rechazo a la teta de mamá:
Porque la madre esté sufriendo una mastitis. Con la infección, la leche cambia de sabor, se hace mas salada, y hay bebés a los que lo les gusta.
Cuando su mamá se echa ese día un perfume fuerte o una crema corporal, a los que el niño no está acostumbrado, rehuye de esos olores.
Si el pequeño tiene llagas (aftas) en la boca no es capaz de agarrar el pecho por el dolor, hasta que no se curen. Además, la leche materna, llena de componentes antibacterianos, cae sobre las heridas. El bebé siente una molesta picazón que hace que rechace el pecho.
Ocurre que si sufre otitis en un oído (o en los) rechaza mamar porque el movimiento que debe hacer para succionar le resulta muy doloroso.
Un bebé respira y mama a la vez, por lo que con la nariz congestionada, no respira con facilidad y ante la desesperación puede rechazar el pecho.
También puede tener sus preferencias y decidir mamar solo de un pecho. Nunca son iguales los dos, ni los pezones presentan la misma forma, y pueden estar más cómodos agarrados a uno u otro.
El niño deja de amamantarse sin razón física aparente. Puede deberse a cambios importantes en su vida: una mudanza, el comienzo a la escuela infantil o la vuelta al trabajo de la madre, que puede provocar que reaccione con desprecio cuando la madre regresa y no quiera mamar. Se trata de una huelga totalmente pasajera que dura unos días y luego el niño vuelve a mamar.
Algunos niños se destetan ellos solos, antes de que mamá lo decida. No suele ser muy frecuente antes del año, pero puede ocurrir si se le está ofreciendo, por ejemplo, suplemento en biberón. Para ellos es más cómodo y pueden terminar decantándose por la tetina en detrimento del pezón de mamá.
Cuando la madre se queda embarazada de nuevo. La biología prima la supervivencia del niño que crece dentro de mamá, por lo que empezará a producir calostro a partir del segundo trimestre de gestación. Esto supone un cambio de sabor y textura en la leche que no siempre acepta el hermano mayor.
En casos muy, muy puntuales, se ha dado que el bebé dejaba de mamar sin razón aparente. Y con el tiempo se descubrió que la madre tenía un tumor en el pecho.
Qué hacer para solucionarlo
La asesora en lactancia, Pilar Martínez, quiere tranquilizar a todas las madres, señalando que esta animadversión hacia el pecho de mamá, casi siempre es pasajera. Conociendo el problema, se busca la solución y la producción de leche vuelve a ser la habitual la mayor parte de las veces: curar la mastitis, las llagas de la boca, cambiar de perfume…
Hay que dejar claro que:
"Mientras dure su rechazo al pecho, hay que vaciar las mamas para no tenerlas muy congestionadas y no disminuir la producción de leche”, añade Pilar.
Tampoco ocurre nada si decide alimentarse solo de un pecho, porque sacará de él todo lo que necesita. Eso sí, en estos casos es aconsejable que la madre procure sacarse la leche de la mama que no quiere, para que la diferencia de tamaño de los pechos no sea un problema estético y de ingurgitación.
Según explica Alba Padró, de Latapp,
“Nunca hay que dejar al bebé sin comer, porque eso no hará que vuelva a mamar. El pecho es una opción para los bebés, no una obligación. Por lo tanto, hay que desplegar las armas de seducción que todas las mujeres tenemos y enamorar al bebé, buscando su risa y la proximidad al pecho”.
En este sentido, la IBCLC Pilar Martínez, comenta que el mejor consejo es la paciencia y seguir ofreciéndole pecho en situaciones propicias, agradables: como después del baño, cuando está más relajado, o tumbados mamá y el bebé en la cama, solos y sin ruidos… Lo que está claro es que nunca relactará mientras veis la tele, con todo el mundo hablando alrededor.
Y, sobre todo, no olvidar que las huelgas pueden ser largas y hay que tener mucha paciencia, porque pueden durar hasta un mes. Pero por suerte, la mayoría de ellas terminan con el bebé rendido de nuevo a tu pecho.
Hasta que ese momento llegue, puedes consultar con la matrona o el pediatra o acudir a un grupo de apoyo a la lactancia, donde otras madres que ya han pasado por una huelga pueden aconsejarte y tranquilizarte.