¿Qué significa dar el pecho a demanda? El mito de amamantar cada tres horas

¿Qué significa dar el pecho a demanda? El mito de amamantar cada tres horas
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Hace muchos años (y por desgracia aún siguen recomendándolo algunos profesionales sanitarios poco actualizados), la recomendación más extendida en cuanto a la lactancia era amamantar al bebé cada tres horas y durante 10 minutos en cada pecho.

Afortunadamente, esto ha cambiado: la lactancia materna debe ser a demanda. Pero, ¿por qué debe ser así? ¿Qué significa exactamente "a demanda"?

¿Qué significa "a demanda"?

Dar el pecho a demanda significa darlo siempre que el bebé lo reclame y durante el tiempo que él decida. Es decir, el bebé marca tanto el intervalo entre las tomas como la duración de las mismas. La lactancia debe ser sin reloj.

Y esto debe ser así porque los bebés controlan perfectamente su hambre y su saciedad. Poner un horario no tiene sentido. ¿Verdad que vosotros, a veces, os levantáis con hambre, desayunáis mucho y entonces os saltáis el almuerzo? O al contrario, a veces nos levantamos desganados y apenas desayunamos, tomando entonces algo en el almuerzo. A los bebés les sucede lo mismo.

¿Por qué no es buena idea poner un horario? ¿Por qué la lactancia debe ser a demanda?

La primera razón la hemos comentado ya: los bebés controlan su hambre y su saciedad. Así que no tiene sentido marcar unos horarios si ellos saben perfectamente cuándo necesitan comer.

Por otro lado, nuestro cuerpo tiene mecanismos que regulan la producción de leche matera. A mayor succión, mayor producción y viceversa. Si un bebé mama muy frecuentemente, o, por ejemplo, son dos bebés los que maman, el cuerpo fabrica más leche. Si, por el contrario, el pecho no se vacía adecuadamente, se acumula el llamado Factor Inhibidor de la Lactancia (FIL) y manda una señal al cuerpo para que no fabrique más leche.

En determinados momentos a lo largo de la lactancia, los bebés necesitan comer más, necesitan que la producción de leche aumente. Son las llamadas crisis de crecimiento. Para ello, succionarán más frecuentemente y, como hemos dicho previamente, produciremos más leche. En unos días la situación se regulará y los bebés volverán a su ritmo habitual de tomas. Si en vez de respetar esto, imponemos unos horarios rígidos, es probable que nuestro cuerpo no sea capaz de adaptar la producción de leche a las necesidades del bebé.

Recordemos también que la leche materna tiene una composición que varía en función de la edad del bebé, del momento del día y durante la toma. Por ello, es importantísimo que sea el bebé el que decida cuándo ha acabado de mamar. La primera parte de la toma es rica en agua e hidratos de carbono, más dulce pero menos calórica. El final de la toma, por el contrario, es más densa, más calórica, más rica en grasas. Sólo el bebé sabe cuándo ha llegado al final y cuándo está saciado. Es importante que le dejemos mamar el tiempo que necesite para que obtenga esa parte final de la toma.

Además, los lactantes hasta los seis meses de vida toman sólo leche. Cuando tienen sed, la leche también es su forma de saciarla. Así, es habitual que en los meses de verano los bebés hagan más tomas, algunas de ellas muy cortas pues sólo querían saciar su sed (tomarán entonces sólo la parte inicial de la toma, más aguada y rica en hidratos de carbono)

Por último, es fundamental mencionar que la lactancia no es sólo alimentación. También es consuelo, calma, cercanía, seguridad... A veces, los bebés realizan una succión muy superficial y apenas extraen leche mientras están al pecho. Es lo que llamamos succión no nutritiva. Este tipo de succión, también tiene sus beneficios, pues proporciona confort y seguridad al bebé, ayuda a fortalecer su musculatura orofacial y aumenta la producción de leche materna.

¿Hay que ofrecer siempre los dos pechos?

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Esta es una pregunta muy recurrente. No, no es necesario que tomen de los dos pechos en cada toma. De hecho, hay mujeres que sólo pueden dar un pecho (por ejemplo, mastectomías tras un cáncer) y no hay ningún problema. También es el caso de los gemelos, donde hay 2 pechos para 2 bebés. Nuestro cuerpo es capaz de adaptar su producción a las necesidades.

Volviendo a cómo varía la leche a lo largo de la toma, diremos que el pecho que toman primero es el primer plato y el segundo plato. Algunos bebés se quedan saciados con eso. Otros, en cambio, necesitan un "postrecito", o un poco de agua para "pasar la comida" y por eso succionan brevemente el segundo pecho. Así que si el bebé se queda profundamente dormido tras tomar el primer pecho, podemos estar tranquilos de que ha comido suficiente. Si sigue despierto y/o buscando más, le ofreceremos el segundo pecho.

¿Cuándo sé que ha vaciado un pecho?

Esto preocupa a muchas madres. Hemos hablado de la importancia de que los bebés vacíen bien el pecho para que tomen esa última porción rica en grasa, más calórica. Sin embargo, sólo ellos saben cuándo la han obtenido.

Por otro lado, el pecho nunca se vacía por completo (por suerte). Así que debemos dejar al bebé mamando hasta que se suelte o hasta que se quede dormido. En ocasiones, terminan y se quedan dormidos pero realizando una succión muy superficial: es la succión no nutritiva. Además de los beneficios de los que antes hemos hablado (confort, seguridad, estimulación de la producción de leche) aquí obtienen también pequeñas cantidades de leche, que es justo la parte final de la toma.

¿Hay alguna excepción? ¿En algún caso no debemos ofrecer las tomas a demanda?

La lactancia materna debe ser a demanda, como norma general. La "excepción" serían los bebés prematuros, de muy bajo peso o que hayan perdido mucho peso los primeros días de vida o aquellos con alguna patología concreta en la que el pediatra os indique que debéis hacer las tomas con una frecuencia determinada.

En los primeros días de vida, algunos bebés duermen mucho y reclaman poco las tomas. En estos casos debemos estar atentos a cualquier señal de hambre, ponerles el pecho muy accesible, hacer mucho contacto piel con piel...

¿Y si pide todo el tiempo?

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Los recién nacidos suelen hacer entre 8 y 12 tomas al día, lo que significaría que reclaman las tomas cada 2 o 3 horas si hacemos la media. Sin embargo, las tomas a esta edad son muy largas, así que en algunas ocasiones pedirán incluso cada hora. Esto es normal. Según van creciendo aprenden a mamar mejor y vacían el pecho mucho antes y las tomas suelen espaciarse un poco. Recordemos también que a lo largo de la lactancia hay crisis de crecimiento en las que los bebés reclaman las tomas con mucha más frecuencia.

Además, hemos comentado que la lactancia es mucho más que nutrición por lo que, cuando están enfermos, cansados o se ha producido un cambio importante (por ejemplo, la madre ha vuelto a trabajar), es probable que pidan más a menudo.

Pero si vuestro bebé está constantemente enganchado, no duerme entre tomas, parece que no se quiere soltar nunca del pecho... es conveniente que un profesional experto en lactancia revise una toma, para ver si el enganche es adecuado así como controle el peso del bebe para asegurarse de que está comiendo lo necesario.

Para finalizar, recordar que la naturaleza es sabia. Los bebes nacen sabiendo regular su hambre y su saciedad. Ellos son lo que saben cuándo quieren comer y durante cuánto tiempo. Nuestro papel es estar atentos, accesibles y facilitárselo, respetando sus tiempos.

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