El manifiesto educativo, una obra crítica con el sistema escolar

El manifiesto educativo, una obra crítica con el sistema escolar
3 comentarios

Nuestra sociedad considera que la escolarización, y más concretamente, el modelo educativo actual en España, es válido y correcto. No todas la voces opinan de este modo. Sea cual sea la conclusión final a la que lleguemos conocer estas opiniones y otras experiencias en materia educativa es muy revelador. En el libro que os presento "Manifiesto Educativo" de Íñigo Flórez de Losada, con prólogo de Mathew Appleton, ex-profesor de Summerhill y terapeuta reichian, se expone que, en opinión del autor, nuestro sistema de educación tiene muchas consecuencias negativas en el desarrollo de los niños.

La visión de esta obra da para mucho que hablar, y seguramente muchos padres y maestros esten en desacuerdo. Sin embargo a mi me ha servido para plantearme si algunas de las rutinas de la Educación infantil son positivas. El marcar la obligación de hacer fichas, el poner "pegativas de caritas" según se hagan la tareas correctamente, el mantener a los niños haciéndo fichas si desean jugar o la famosa silla de pensar son cosas que creo que no benefician en nada a los chiquitines.

Sobre todo creo que es positivo conocer otras visiones sobre la educación para, mientras nuestros niños son pequeños, optar por la que nos resulte de más confianza.

En esta obra el autor señala que nuestros niños son obligados a diario y durante años a pasar muchas horas del día sin juego, sentados. Se les indica que deben estudiar de modo teórico cosas que no desean aprender en ese momento, encorsetados en una programación de conocimientos que no eligen ellos.

A esto se añade la amenaza constante del suspenso si no estudian o no hacen sus deberes y a la competitividad que fomentan los exámenes. Las clases magistrales y los libros de texto marcan lo que tienen que aprender y de lo que se les examina, en un sistema de datos e ideas fijo en el que su espíritu de crítica o investigación personal está excluido. Todo esto tiene influencia en sus vidas y en su forma de enfrentarse al mundo. ¿Cuales son estas consecuencias? ¿Son realmente positivas?

En el prólogo se explica como otros sistemas de educación son posibles y se han desarrollado con éxito en otros paises desde hace años. . El manifiesto se compone de diecinueve partes, cada una de las cuales se vertebra al rededor de un concepto clave, los cuales nos explican en el blog de Crimentales:

1.-El sistema: El precio que pagan los estudiantes por someterse a las veleidades del sistema es la pérdida de su libertad, de su propia capacidad de decisión y, lo peor de todo, de su propia infancia. . 2.- Necesidad e importancia del juego: Al no permitir que los niños jueguen, les hacemos creer que jugar es malo. Eso les hace creer que sus instintos naturales y ellos mismos son malos. Y eso les crea un tremendo conflicto muy difícil de detectar y de resolver. A medida que crecen, les vamos robando a los niños su tiempo de juego. A eso le llamamos escolarización. . 3.- Miedo y represión: A los niños se les amenaza constante y enérgicamente con que, si no estudian y no aprueban, no van a ser nada el día de mañana o que se van a morir de hambre. Desde muy pequeños los estamos implantando toda clase de miedos para que obedezcan. . 4.- Arrogancia: El mundo occidental es presuntuoso, insolidario y vano porque está siendo educado en esos valores. Esos valores no se enseñan en las asignaturas, los adquieren los estudiantes por el mero hecho de estar presos dentro del sistema.

5.- Humor: La salud mental de un niño es directamente proporcional a lo bien que se lo pasa y a cuanto disfruta de la vida. Exactamente igual que ocurre con la salud mental de los adultos.

6.- Verdades y mentiras: La educación tradicional, basada toda ella en engaños y mentiras supuestamente científicas, produce adultos que mienten de forma crónica y compulsiva.

7.- Energía: Los niños se hacen vagos en la medida en que, de forma continuada, les obligamos a inhibir y reprimir sus energías. Y esto solemos hacerlo de tres maneras entrelazadas entre sí: la primera es no dejándoles jugar; la segunda es obligándoles a estudiar cosas que no quieren estudiar; y la tercera es impidiéndoles aprender lo que ellos quieren aprender. Cualquiera de ellas es mala, la combinación de las tres es fatal.

8.- Tiempo: Agobiar a los estudiantes con asignaturas, temas y materias, poniendo plazos y fechas fijas para que se examinen y aprendan, es la obra maestra de un demente.

9.- Confianza y participación: Cuanta más confianza tengamos en el niño, mejor dejaremos que se eduque el sólo.

10.- Planes de estudio: Los niños saben naturalmente lo que quieren aprender, pero se confunden y dudan de sí mismos cuando los adultos les decimos que, antes de parender lo que ellos quieren, tienen que aprender lo que nosotros queremos que aprendan. Eso, lo único que hace, es poner ahí un océano insalvable que separa y aleja a la persona de sus propios intereses e ideales.

11.- Éxámenes: Fomentar en los niños la idea de la competitividad es fomentar la idea artificial de que unos están destinados a ganar y otros a perder. Y mientras sigamos dramatizando y poniendo en escena esa forma de pensar seguiremos teniendo una enorme cantidad de perdedores, ya que el sistema está diseñado para que ganen solo unos pocos elegidos.

12.- Enseñanza individualizada: La enseñanza no acepta el hecho de que los estudiantes sean diferentes unos de otros; por eso intenta inútilmente tratarlos y medirlos a todos bajo el mismo rasero y bajo los mismos parámetros. Eso demuestra la gran ignorancia en la que está sumida la enseñanza.

13.- Datos: Los niños no dejan de aprender por un acto de voluntad, sino porque caen abatidos por la maraña tan enorme de datos, con los que son diariamente bombardeados en el aula de clase.

14.- Teoría y práctica: Para los niños la práctica es anterior a la teoría. Los niños aprenden las cosas practicando con ellas. Aprenden un idioma, o dos a la vez, a base de escuchar y de hablar, sin necesidad de estudiar ninguna teoría. Aprenden a montar en bicicleta o a tocar el piano de la misma forma. No necesitan teorías para aprender.

15.- Resultados: En una educación represiva y/o competitiva como la nuestra, el estudiante más sumiso suele acabar convirtiéndose también en el más represivo. El estudiante modelo es sencillamente un siervo del sistema.

16.- Fracaso escolar: La educación clasifica a los estudiantes en buenos, malos, y del montón. Esa manía clasificatoria tiene dos aspectos relevantes a destacar: Uno es la propia actividad compulsiva de tener que clasificar a los estudiantes en categorías, y el otro son los parámetros tan aleatorios y desastrosos que se utilizan para llevar a cabo tales clasificaciones.

17.- Control y manipulación: Los seres humanos nacemos sinceros y honrados. Es la educación que recibimos la que se encarga de convertirnos en unos manipuladores.

18.- Un mundo mejor: El primer requisito que hace falta para cambiar algo es la voluntad de hacerlo. Lo demás viene rodado.

Via | Crimentales Blogspot Más información | Ediciones Crimentales En Bebés y más | Cada alumno es importante En Bebés y más | Encuentro estatal de A.L.E.

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Comentarios cerrados
    • Hola Mireia. Como sabes no estoy muy de acuerdo con lo que dice este señor ni la manera en que lo dice, pues si bien es cierto q el sistema educativo español tiene muchas carencias y necesita muchas mejoras, él está dando por sentadas algunas cuestiones q no son realidad en las aulas y q podría dar a los padres una imagen muy distorsionada del día a día en un centro educativo, q ni es represor ni manipulador con los niños,ni se les enseña mentiras.

      Al contrario, se les intenta formar en el aprendizaje por sí mismos y en el espíritu crítico, algo q desgraciadamente no ven en otros ámbitos sociales, empezando muchas veces por casa y en la televisión.

      Falsea la realidad por ejemplo cuando habla de miedo y represión, cuando dice q a todos los alumnos se les mide igual (la legislación educativa hace hincapié en q no debe ser así), cuando habla de control y manipulación… nada de eso se ve en las aulas, parece q esté hablando de otra época con conceptos ya erradicados y desfasados.

      Eso por una parte, y luego están los conceptos q no son propios ni exclusivos de la escuela (a la q echa la culpa) sino de la sociedad, empezando por las familias de los pequeños, como competición, prisas, energía, resultados… Decir q la escuela es mala por eso es como decir q es mala porq contribuye al cambio climático por sus sistemas de calefacción. Son problemas generalizados en la sociedad, y precisamente en la escuela muchas veces se les educa en q no todo es competición, no todo son resultados, el esfuerzo también cuenta…

      Afortunadamente cada vez hay profesores y maestros mejor formados y cualificados q viven su día a día en las aulas absolutamente ajenos a conceptos como los q se enumeran en la obra. Que saben q no "sobrevirían" en

    • Querida Eva, gracias por los comentarios. Sin duda es un manifiesto que nos induce a una seria reflexión.

      Y por supuesto, Aristoteles Papini, es un placer leerte, sigues siendo extraordinario. Interesantísimas las tesis que expones.

      Profesores como ambos sin duda sois la mejor parte de nuestro sistema educativo. Ojalá mi hijo encuente en su vida escolar personas como vosotros.

    • Nuestra "sociedad" se rige por la ley implacable del capitalismo, por tanto la "escuela" no tiene que ver con la "educación" sino con la reproducción de las condiciones de producción.

      Aquí un texto de Althusser que expone la cuestión de modo claro y diáfano:

      "¿Qué se aprende en la escuela? Es posible llegar hasta un punto más o menos avanzado de los estudios, pero de todas maneras se aprende a leer, escribir y contar, o sea algunas técnicas, y también otras cosas, incluso elementos (que pueden ser rudimentarios o por el contrario profundizados)de “cultura científica” o “literaria” utilizables directamente en los distintos puestos de la producción (una instrucción para los obreros, una para los técnicos, una tercera para los ingenieros, otra para los cuadros superiores, etc.). Se aprenden “habilidades” (savoir-faire).

      Pero al mismo tiempo, y junto con esas técnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las “reglas” del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la división del trabajo, según el puesto que está “destinado” a ocupar: reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social-técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase. Se aprende también a “hablar bien el idioma”,

      a “redactar” bien, lo que de hecho significa (para los futuros capitalistas y sus servidores) saber “dar órdenes”, es decir (solución ideal), “saber dirigirse” a los obreros, etcétera".

      (Louis ALthusser; Ideología y aparatos ideológicos de Estado- texto completo en http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/730.pd... )

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