Si hace unos días os contaba mi preocupación por el hecho de que mis hijas recibieran muchos regalos, hoy os traigo un vídeo en el que podemos ver cómo un niño de tres años desprecia un libro que recibe como regalo de Navidad.
Las imágenes son impresionantes, a mí me producen cierta pena porque el niño se enfada mucho y pone el grito en el cielo al recibir unos libros. Por un lado, dice “Odio los libros”, lo cual me parece sorprendente a esa edad, cuando casi todos para ello es novedad y sin duda la mayoría disfruta con los libros infantiles.
También suelta un “¿Qué diablos es esto?”, lo cual me recuerda que tengo que llevar mucho cuidado con las expresiones que uso delante de mis hijas si no quiero que se “contagien” de algunos malos hábitos lingüísticos… También llama a los libros “caca”.
Por otro lado, el niño espeta un “No acepto libros como regalo de Navidad” (ahí queda eso) que me deja patidifusa. Y deja bien claro que no son juguetes, que es lo que él esperaba (exigía).
Los padres parecen muy divertidos, aunque igual se tomaron en serio lo de que a su pequeño no le gustasen los libros, porque al año siguiente, como podéis ver en el vídeo más abajo, recibe el libro de mejor gana…
Bueno, tal vez más que preocuparse por la reacción del niño los progenitores se preocuparían por los comentarios que el vídeo suscitó en Youtube, donde, entre otras lindezas, se decía que el niño estaba condenado a ser un ignorante o que los padres le estaban dando una mala educación.
Tampoco creo que fuera para tanto, pero es lo que tiene exponerse a la opinión del resto en Internet. El niño probablemente tenía un mal día y la cámara estaba en el momento justo para captar una rabieta. Probablemente le encantará leer y la perdición de la incultura no se cierne sobre su cabeza.
Pero ante tal repercusión, no me extraña que se hayan aplicado en demostrar que su hijo también aprecia los libros, como vemos en el vídeo de un año después:
Yo recuerdo la primera vez que me regalaron ropa en vez de juguetes. Me llevé una desilusión, la verdad. Pero (aunque era más mayorcita) no se me ocurrió reaccionar de mala manera. A disimular se ha dicho. Algo que, como queda patente en el vídeo, un niño de tres años no puede hacer (menos mal, por otro lado…).
Lo que queda claro es que el niño del vídeo tenía muchos regalos y estaba acostumbrado a ellos, enseguida se va a ver otros montones diciendo “¿Y qué hay por aquí?”. Los juguetes, seguro; esperamos que le hicieran más ilusión. Tal vez fueran los padres los que le aseguraron que tendría juguetes, porque si no tampoco se entiende el desprecio al libro.
¿A vosotros qué os parece la reacción del niño al recibir un libro como regalo? ¿Es desmesurada, es normal, es como para preocuparse? A mí lo que me queda más claro es que quiero que mis hijas sean muy agradecidas con lo que reciben y que aprecien los gestos amables, los regalos, de los demás. ¡Y que no hablen como adultos malhumorados!
Vía | Papel en Blanco
En Bebés y más | Cómo evitar avalancha de regalos en Navidad, Cuando no piden nada y se lo damos todo, Diez consejos para que los niños odien la lectura