Los bebés que lloran, el mayor "peligro" en un avión

Los bebés que lloran, el mayor "peligro" en un avión
2 comentarios

Si me preguntaran cuál es el mayor temor al viajar en avión, al margen de los más realistas retrasos, turbulencias o cancelaciones diría que los fenómenos meteorológicos adversos. Pero para mucha gente estar cerca de un bebé en el avión es la mayor "amenaza".

Una reciente encuesta elaborada por un casino online (por si nos orienta sobre el tipo de público que ha participado) ha desvelado la lista de los mayores "peligros" que pueden convertir un trayecto en vuelo en una pesadilla.

El mal tiempo, el temido overbooking, la escasa calidad de los alimentos servidos o las colas para ir al baño baños son algunas de las principales pegas.

Sin embargo, en lo más alto del ranking, con más de un 35% de los votos están los bebés llorones. Ya otras encuestas habían revelado este especial "miedo" a los bebés como compañeros de pasaje, y es que los bebés que lloran molestan en grado sumo. Seguro que muchos, si pueden, se cambian de asiento si hay niños cerca.

Por eso algunas compañías ya se han puesto manos a la obra y van poniendo impedimentos para que los niños viajen, como Malaysia Airlines y su prohibición de bebés en primera clase. Evidentemente, estamos en el caso contrario a cuando viajamos en turista con niños y recibimos atenciones de primera clase...

Pero estas pequeñas personitas no son las únicas que molestan como compañeros de asiento en el avión. No muy lejos se sitúan en la lista la incomodidad de viajar junto a una persona obesa que reduzca aún más el espacio vital del pasajero durante un vuelo.

La ausencia de higiene corporal de los compañeros de viaje se lleva la medalla de bronce en cuanto a los indeseados en el avión, incluso por encima de los pasajeros borrachos y ruidosos según los datos recogidos por esta encuesta.

Yo recuerdo cómo el hecho de que mis hijas molestaran en el avión era una de mis mayores preocupaciones al viajar al principio con ellas, precisamente por si llegaban a un "llanto incontrolable". Por suerte, siempre nos hemos apañado para que estuvieran entretenidas y no lloraran.

Ya no son bebés, pero estoy segura de que su tono de voz, sus movimientos, los ruidos de los juguetes... podrían molestar a algunos pasajeros. Lo mismo que me peden molestar a mí el tono de voz de algunos pasajeros, sus movimientos, el sonido de sus teléfonos...

En fin, que esperamos que a pesar de que se confirma que los bebés que lloran siguen siendo una amenaza para aquellos que viajan en un avión, podamos seguir conviviendo con el resto de personas en aviones, barcos, hoteles o restaurantes... No todos tenemos hijos pequeños, pero al fin y al cabo todos lo hemos sido.

Vía | La Razón Foto | ewilman en Flickr En Bebés y más | Consejos básicos para viajar con bebés en avión, Viajar con niño en avión y en crucero, Hoteles amigos de los niños,

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Comentarios cerrados
    • Estamos "programados" para que nos incomode el llanto de un niño pequeño. Es un mecanismo de autoconservacion de la especie. Y mas en un sitio cerrado. Como bien dices es muy importante darle al niño cosas con las que distraerse y, si tiene la edad suficiente, explicarle todo el proceso del viaje para que no se enfrete a sorpresas. Y un caramelo o una piruleta para la hora de aterrizar. Sus oidos suelen padecer por el cambio de presion al descender. Y si, pese a todo, el niño llora siempre sera adecuado tener una sonrisa de disculpa ante los vecinos de avion. Hara mas facil que lo entiendan. salu2

    • SAS, vuelo Copenhague-Amsterdam: último asiento del avión, delante de mí dos filas vacías y...una mujer con un cachorro de gran danés (fuera del transportin, encima de un asiento, y orinándolo). No olvidaré jamás a la teutona que vino con cinco juguetitos, tres para el perro y dos para mi hija.

      KLM, Amsterdam- Copenhague, (asiento al lado del motor para que si la niña llore mis vecinos no lo sientan) x 3 veces.

      En Lufthansa más de lo mismo.

      En todos los vuelos, o me ha tocado la panda de amiguetes de juerga, el compañero de asiento que huele a metano de lo que no se lava, o el palizas de turno, hasta pienso que los han puesto ahí a propósito. También diré que todos ellos, los amiguetes, el palizas o el repelente al agua sonríen a los niños, que es subir con un pequeñajo al avión y sólo ver sonrisas de los pasajeros, miradas cómplices y hasta alguno se ofrece a dejarle el móvil a la criatura. El problema son las compañías, no el pasaje.

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