"Mi pequeña luchadora de sumo". Así es cómo su madre la llama a la pequeña Remi Frances, una bebé que pesó al nacer casi seis kilos: exactamente 5,880 kilos, cuando el peso medio de un bebé recién nacido es de 3,3 kilos.
Y eso que además nació con 38 semanas de gestación, que aunque es un bebé a término se adelantó dos semanas a la fecha de parto prevista.
Remi nació mediante una cesárea de urgencia en Sidney, y es la tercera hija de Emma y Daniel Millar, una pareja australiana que tiene otros dos niños que, aunque no a estos extremos, también nacieron con un peso superior al promedio. Willow, una niña de dos años pesó 5.5 kg al nacer y Ace, de cuatro años, que pesó 3.8 kg al nacer.
"A las 35 semanas, una ecografía reveló que pesaba unos 4 kg, pero no pensamos que crecería mucho más", declaró la madre. Pero sí lo hizo. La niña continuó ganando peso dentro del útero materno durante las últimas semanas, precisamente cuando más grasa acumulan antes de nacer.
La madre sufrió diabetes gestacional durante el embarazo, condición que aumenta la probabilidades de tener un bebé macrosómico. Se habla de macrosomía cuando se calcula que el peso del bebé al nacer será mayor del percentil 90 o superior a 4 kilos de peso.
Vía | The Sidney Morning Herald
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